Al caer la tarde, cuando el Sol se está ocultando detrás del emblemático Cerro de la Campana se puede admirar un juego de colores combinados con pequeñas nubes que simulan trazos hechos por una brocha.
En cada parpadeo se siente, se vive y se admira cómo el Sol se va ocultando y va dejando rastro de los grandes paisajes que regala la madre naturaleza.