Desde hace algunos años, los corridos ‘alterados’ y demás símbolos que representan la cultura del narco retomaron fuerza, siendo un estilo de vida que consumen tanto a personas adultas como menores de edad, donde, según especialistas, se busca una recreación en lo cotidiano.
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Sergio Carrillo, antropólogo social, mencionó que el consumo de esta cultura en jóvenes y adolescentes es relevante, ya que en esa etapa de vida hay una búsqueda o construcción de la identidad personal con juicios sobre su forma de ser y actuar.
“La juventud tiene un consumo cultural que apropian para tener un reconocimiento social ‘bueno’ en especial para amigos y familia, pero cuando se habla de la cultura de la narcocultura, nos referimos a que las y los jóvenes adquieren los simbolismos relacionados al mundo del narco y tener como referentes a quienes participan en el tráfico de personas”, detalló.
Los menores adoptan valores, códigos, normas y significados que definen todo el contexto en que se gesta la producción, distribución y venta de droga.
“A partir de esta apropiación, se puede generar el gusto por narcocorridos, narcoseries y en casos más profundos, la integración al mundo del narcotráfico”, destacó.
Apología de la violencia
Juan Manuel Gálvez Andrade, profesor en el Departamento de Sociología en la Universidad de Sonora, explicó que el consumo de narcocorridos cada vez es mayor y son composiciones que hacen referencia a un estilo de vida violento que se sale de la norma social.
“Es violencia cultural, refleja la descomposición social y cultural; la apología de la violencia a través de la música, en este caso los narcocorridos son extremadamente violentos, lo que ellos tratan de demostrar cierta autoridad”, explicó.
Este tipo de canciones dejan más dudas sobre la distribución cultural de las actitudes violentas que permean en la sociedad.
“A veces, si los consumidores son jóvenes, que se involucran en esos conflictos; eso ya es preocupante porque como sociedad nos debe preocupar que vayan a internalizar ese tipo de conductas violentas”, expresó.
A decir del sociólogo, un punto muy importante en el que la sociedad debería poner extremada atención, es en cómo se interpreta la violencia para dirimir diferencias, dejando de lado la norma social establecida por la ley.