Día del Niño: así ha afectado la pandemia a los más pequeños

La pandemia de Covid-19 también ha permeado en el ánimo de los más pequeños; por segundo consecutivo, no tendrán un festejo como se acostumbraba

Manuel Velázquez | El Sol de Hermosillo

  · viernes 30 de abril de 2021

Foto: Jesus Verdugo | El Sol de Sinaloa

Este 30 de abril los niños y niñas nuevamente verán pausado el festejo de su día. Quizá habrá un convivio breve en casa, únicamente con su familia o tal vez los padres se aventuren a llevarlos a un paseo sencillo, pero siempre cuidando las medidas sanitarias como el uso de cubrebocas, gel antibacterial y la sana distancia, pues la pandemia de Covid-19 aún está presente.

Puedes leer: Noé, el niño que busca las respuestas en el espacio

A poco más de un año de que se detectaran los primeros casos positivos en México, los menores han tenido que adaptarse a la llamada ‘nueva normalidad’ que los ha obligado a permanecer en casa sin poder convivir con sus amigos y compañeros de la escuela, situación que ha permeado en la estabilidad emocional de algunos.

“Ha habido mucho estrés, miedo, tristeza, ansiedad. Hemos visto cada vez más casos en niños pequeños, de ansiedad, cuando antes esto lo dejábamos para los adultos”, señaló Alejandra Burciaga, psicóloga con maestría en psicología clínica.

Mencionó que a lo largo de los meses ha tenido contacto con una gran cantidad de padres de familia que le exponen la situación en la que se encuentran sus hijos, pues el aislamiento y el estrés provocado por la pandemia les han afectado en su estado de ánimo.

En ese sentido, la especialista señaló que al ser una situación atípica, los padres deben estar muy atentos a cualquier cambio de comportamiento en sus hijos y recurrir a profesionales cuando observen que puede ser un problema serio.

La psicóloga comentó que es normal que los pequeños sientan miedo pues en realidad la pandemia tomó por sorpresa a todos, por lo que también los adultos se han tenido que adaptar a las nuevas condiciones de vida.

Foto: Cortesía | Karla Barrera

“No tiene nada de malo que nuestros niños se den cuenta que nosotros también estamos aprendiendo, incluso está bien porque ellos sienten que como papás también estamos teniendo estos sentimientos de que también nos estamos readaptando”.

Un cambio tras otro

Para Belem Garibay, arquitecta y madre de dos pequeñas, este primer año de pandemia les ha supuesto varios retos como familia, pues poco antes de que iniciaran las medidas de restricción tuvieron que mudarse a Estados Unidos por una oportunidad laboral que le surgió a su esposo.

En ese sentido, mencionó que los primeros meses resultaron algo complejos pues no tuvieron oportunidad de relacionarse con las personas de su vecindario, a la par que iniciaron clases virtuales en inglés, un idioma que todavía no dominan del todo.

“Sí tuvimos momentos muy complicados; días con mucho trabajo y llegó a ser muy estresante. Aparte que estar en ese estira y afloja, de decirles ‘tenemos que cumplir’, sí llegó un momento en el que yo sentí que la relación entre mamá e hija sí se veía un poco afectada por eso”.

Mencionó que desde el primer momento trataron de explicarles detalladamente a sus hijas la situación de la pandemia y las restricciones que ésta imponía, pero siempre cuidando no generarles un miedo o pánico, sino simplemente encargarse de que fueran conscientes de las medidas de prevención.

Pese a ello, Belem menciona que sí observaron algunos cambios en las niñas, como el hecho de que la más pequeña ya no quiso dormir sola y ahora duerme siempre con su hermana mayor.

Buscar un respiro

Alejandra Burciaga reconoció que los padres de familia están exhaustos pues la sobrecarga de trabajo que han tenido a lo largo de los últimos meses ha sido abrumadora, por lo que señala que lo mejor que pueden hacer en ocasiones es detenerse un segundo para tomar un respiro, tanto por su bien como el de sus pequeño.

“Yo a los papás de verdad les digo, paren a respirar. Las áreas de juego y esparcimiento son bien importantes para que nuestros menores tengan un espacio sano donde se puedan desenvolver. Si tenemos cinco minutos con nuestros hijos, esos cinco minutos dediquémoslos al juego y al esparcimiento para poder acercarnos a ellos de forma emocional”.

Por último, señaló que los pequeños podrían tener afectaciones en el área emocional y social, principalmente, pero que también puede haber aprendizaje de una situación como esta.

“No sabemos cuándo volveremos a pasar tanto tiempo con nuestros menores; no sabemos si a lo mejor nuestros menores puedan desarrollar en este tiempo nuevas habilidades, quizá música, quizá pintura, quizá nuevas formas de cómo expresarse emocionalmente y creo que eso es muy importante retomar, dejando un poco de lado lo negativo”.