Los mejores recuerdos y momentos de gran diversión se vivieron en un lugar que mezclaba la naturaleza con la diversión; el cual actualmente se encuentra en el total abandono, ante la indiferencia de las autoridades.
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Durante 18 años el parque recreativo La Sauceda brindó alegría a sus visitantes y se volvió el lugar favorito para los hermosillenses, quienes disfrutaban de los juegos mecánicos, minigolfito, lanchitas, Mundo Acuático, Casa del Terror y muchas otras atracciones.
El cronista de Hermosillo, Ignacio Lagarda Lagarda, señaló que el parque fue inaugurado en 1994 y contó con una inversión de 230 millones de pesos, lo cual era parte del proyecto del Vado del Río, se ubica en una superficie de 40 hectáreas de grandes arboledas y una laguna natural por las filtraciones de la presa Abelardo L. Rodríguez.
“La Sauceda es un parque natural ubicado en el centro de Hermosillo, en la zona del Vado del Río, muy cercana al vertedor de la presa Abelardo L. Rodríguez. La Sauceda es una de las mejores áreas de esparcimiento de la ciudad y fue construida para el deleite de los niños y adultos que disfrutan de la convivencia familiar”, apuntó.
Lamentablemente, el descuido y falta de mantenimiento fue deteriorando el lugar, hasta que en 2012 cerró sus puertas de forma definitiva y actualmente La Burbuja Museo del Niño, es la única parte que permanece abierta y recibe a grupos escolares.
La Burbuja es una filial del Papalote Museo del Niño, ubicado en la Ciudad de México, cuenta con más de 100 exhibiciones interactivas, en donde la máxima es prohibido no tocar, esto distribuido en 10 salas temáticas y una destinada a niños pequeños, todo mediante divertidos experimentos científicos.
“El inmueble se le embargó en el año 2012 por parte la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al incumplir sus obligaciones fiscales y por créditos pendientes de liquidar de años anteriores. Ese fue el último año, antes de ser embargado, en que sus albercas con agua recibieron a jóvenes en shows nocturnos, también que en sus campos se celebraron piñatas o eventos familiares, incluso bodas en años anteriores, o conciertos en sus áreas abiertas”, señaló.
Recuerdos de momentos en familia
Angélica Rodríguez es una de las personas que acudía constantemente al parque, sobre todo en verano para mitigar el calor en el “Aquafantástico”, donde había alberca de olas, río lento, chapoteaderos, toboganes, además de lanchitas.
“Me encantaba ir, siempre íbamos y pasábamos horas en las albercas, era una emoción muy grande cuando sabíamos que íbamos a ir, íbamos de perdida unas dos veces por mes, mi papá también se llevaba todo para hacer carne asada, porque en las áreas verdes había asadores y bancas, llegamos temprano y salíamos una vez que se hacía de noche’, recordó.
Aunque le encantaba el “Aquafantástico”, Angélica y sus hermanos disfrutaban de todo el parque, de los go karts, cajas de bateo, trenecito, golfito, sobre todo de la Casa del Terror y comer en la isla de la comida, así como los diversos juegos mecánicos.
“La casa del terror, le dejaba las uñas marcadas a mi hermano, me gustaba mucho, aunque no era muy grande, pero sí se te aceleraba el corazón cuando estabas haciendo fila para entrar, mucha gente se arrepentía y no entraba, creo que daba más vergüenza salirse de la fila”, comentó.
La decadencia y el cierre
El deterioro era mayor con los cambios de administraciones estatales, con Armando López Nogales 1997-2003, Eduardo Bours Castelo 2003-2009; y Guillermo Padrés Elías 2009-2015, este último cerraría las puertas de manera definitiva.
La concesión del parque originalmente se otorgó al empresario Carlos Armando Félix Castro, propietario de Construvisión, pero actualmente no tienen quién se haga cargo de él.
Intento de rescate fallido
A mediados del 2014, en la administración de Alejandro López Caballero, como alcalde de Hermosillo, anunció una inversión de 50 millones de pesos de recursos federales que el Ayuntamiento dispondría.
En esa ocasión se limpiaron las áreas, pintaron paredes, juegos, se rehabilitaron albercas, bancas, cercos, alumbrado público y drenaje; el parque quedó listo a principios del 2015, sin embargo, nunca fue reabierto al público, por lo que a los pocos meses, otra vez estaba en condiciones deplorables.
“La maleza creció y las instalaciones fueron vandalizadas, porque no hubo nadie, de ningún nivel de gobierno, que quisiera hacerse responsable del lugar, argumentando la concesión particular del inmueble. Luego de varios conatos de incendios año tras año, por la maleza que crece y rodea las instalaciones del parque, se convirtieron en ceniza cientos de metros cuadrados de suelo hacia la parte derecha de la entrada principal al lugar”, lamentó Lagarda Lagarda.
El último intento de rescate
El Gobierno del Estado ha anunciado que hay un proyecto para hacer un parque tipo La Mexicana, que se ubica en la Ciudad de México, con un complejo de hotel, centro de convenciones y naturaleza.
Esto ha molestado a grupos ambientalistas, que piden se rescate el parque, pero que se respete la naturaleza del lugar, en lugar de realizar construcción de un hotel, por lo que proponen un corredor biológico en toda la zona del Paseo Río Sonora, desde La Sauceda hasta el bulevar Quiroga.
Actualmente se ha dado la desincorporación de un 30% de sus terrenos, lo cual fue confirmado por Carmen Carballo Cabanillas, titular de la Comisión Estatal de Bienes y Concesiones.
“Entonces, ciertas superficies fueron las que se desincorporaron del dominio público, para que pasarán a la Secretaría de Economía, en específico a Impulsor, para que determinen la factibilidad de la superficie para estas inversiones que se pretenden hacer”, indicó.
Cuando se conozcan los resultados de este esquema de análisis, estarían dadas las condiciones para determinar bajo qué condiciones podría darse la colaboración entre el Gobierno y la iniciativa privada.
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“Por lo tanto, el 70% restante de la superficie del parque, será regenerado en su totalidad”, subrayó la funcionaria pública estatal.
Ya son 26 años desde que La Sauceda vio sus mejores días, cada vez se ve más complicado que haya alguien que logre rescatar este emblemático sitio de la capital sonorense, que tantas horas de alegría brindó a sus visitantes, mismos que lo extrañan y recuerdan con nostalgia.
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