/ martes 16 de junio de 2020

Lucía Sabori solicita apoyo para pagar su quimioterapia

La mujer originaria de Caborca tiene 29 años y padece Linfoma de Hodgkin; el tratamiento quiere no puede ser costeado por el sistema de salud

Lucia Sabori Trujillo tiene 29 años de edad, desde hace un año padece un tipo de cáncer llamado Linfoma de Hodgkin. Es originaria de Caborca, Sonora, pero actualmente reside en la capital para llevar su tratamiento. Tiene un hijo de 4 años de edad, a quien lo llama “niño milagro” por haber nacido a los 6 meses junto a su hermanito gemelo, quien desgraciadamente falleció horas después de nacer.

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“Por alguna razón Dios decidió dejarlo aquí conmigo, ahora es el momento en que yo le ruego a Dios y a ustedes de su ayuda para poder estar con mi pequeño y, si es posible, verlo crecer el máximo tiempo que se pueda”, mencionó.

En abril del 2019 Lucía comenzó con las quimioterapias debido a un tumor en el mediastino (en elc centro del tórax); cinco meses más tarde había concluido con las sesiones.

Posteriormente le hicieron un estudio llamado PetCT para descartar la posibilidad de la actividad tumoral, sin embargo, no se había concluido con el tratamiento así que decidieron darle 20 sesiones de radioterapia, que terminaron el 2 de enero del 2020.

El pasado mes de marzo acudió al médico, ya que presentaba de nuevo los síntomas de la enfermedad, el doctor sugirió hacerle una tomografía que determinó la aparición de un nuevo tumor en la parte del cuello.

Cortesía | Lucía Sabori

“La única solución era quimioterapia, otra vez, porque estaba rodeando una vena muy importante del corazón y la tráquea, aparte estaba avanzando muy rápido el crecimiento; en marzo inicié con el tratamiento. Actualmente estoy en la cuarta de seis quimioterapias pero me han informado que no está funcionando y lo ideal sería cambiarla por otra, esos medicamentos no están en el país por lo que ningún sistema del sector público los cubre y hay que comprarlos”, explicó.

Desde la sala de un hospital, Lucía escribe un texto para solicitar ayuda a la comunidad y poder comprar los medicamentos, pues el personal médico le informó que el costo del tratamiento no puede cubrirlo el hospital, por lo que tendría que correr con los gastos del tratamiento que varían entre los 200 mil pesos del medicamento o el trasplante de médula que cuesta cerca de 2 millones de pesos.

“Es mucho el dinero que necesito y poco el tiempo que tengo para reunirlo, por eso acudo a todos ustedes para pedir de su cooperación y poder realizarme una nueva quimioterapia. Lo que más deseo es seguir viviendo para poder ver a mi hijo crecer, para poder criarlo y prepararlo para lo que venga más adelante. Uno no tiene la vida comprada pero hay que intentar hasta donde se pueda; jamás pensé verme en esta necesidad, pero de todo corazón pido de su ayuda y estaré eternamente agradecida”, expresó Lucía.

Cortesía | Lucía Sabori

Ni el dolor ni el cansancio, serán un motivo para dejar de luchar y acabar con la enfermedad, ya que lo más importante para Lucia es tener vida y salud para ver crecer a su pequeño.

“Lo más difícil ha sido vivir esta etapa con mi hijo, apenas tiene 4 años y él ya se da cuenta de todo lo que ocurre, se asusta cuando me desmayo o las veces que he llegado a convulsionarme; mi esposo siempre me ha apoyado y ahora mi hijo también quiere hacerlo porque me pasa el papel y un recipiente para vomitar, me acaricia la cabeza o está a mi lado abrazándome”, compartió.

Lucía no solo se ha visto afectada por el costo de sus tratamientos, sino también por no poder llevar a su hijo a las terapias de lenguaje, ya que tiene problemas y no habla bien; asimismo la entrada de dinero que tienen es para los medicamentos, por lo que se siente triste y presionada y corre el riesgo de entrar en crisis de ansiedad o depresión.

“A pesar de lo que ha sucedido no pierdo la fe, hasta ahorita gracias a Dios he podido llevar mi tratamiento de manera normal, solo me cambiaron el lugar de la aplicación a un lugar más seguro y aislado que el Hospital General, no tengo ninguna queja, todos son amables y me cuidan muy bien aquí en Unemeca”, señaló para referirse a la Unidad de Especialidades Médicas de Cirugía Ambulatoria.

Para apoyar a Lucía Sabori y su familia, para que le apliquen el tratamiento adecuado y pueda continuar para criar a su hijo, pueden comunicarse a su número de teléfono 6624 332 749.

Cortesía | Lucía Sabori

Lucia Sabori Trujillo tiene 29 años de edad, desde hace un año padece un tipo de cáncer llamado Linfoma de Hodgkin. Es originaria de Caborca, Sonora, pero actualmente reside en la capital para llevar su tratamiento. Tiene un hijo de 4 años de edad, a quien lo llama “niño milagro” por haber nacido a los 6 meses junto a su hermanito gemelo, quien desgraciadamente falleció horas después de nacer.

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“Por alguna razón Dios decidió dejarlo aquí conmigo, ahora es el momento en que yo le ruego a Dios y a ustedes de su ayuda para poder estar con mi pequeño y, si es posible, verlo crecer el máximo tiempo que se pueda”, mencionó.

En abril del 2019 Lucía comenzó con las quimioterapias debido a un tumor en el mediastino (en elc centro del tórax); cinco meses más tarde había concluido con las sesiones.

Posteriormente le hicieron un estudio llamado PetCT para descartar la posibilidad de la actividad tumoral, sin embargo, no se había concluido con el tratamiento así que decidieron darle 20 sesiones de radioterapia, que terminaron el 2 de enero del 2020.

El pasado mes de marzo acudió al médico, ya que presentaba de nuevo los síntomas de la enfermedad, el doctor sugirió hacerle una tomografía que determinó la aparición de un nuevo tumor en la parte del cuello.

Cortesía | Lucía Sabori

“La única solución era quimioterapia, otra vez, porque estaba rodeando una vena muy importante del corazón y la tráquea, aparte estaba avanzando muy rápido el crecimiento; en marzo inicié con el tratamiento. Actualmente estoy en la cuarta de seis quimioterapias pero me han informado que no está funcionando y lo ideal sería cambiarla por otra, esos medicamentos no están en el país por lo que ningún sistema del sector público los cubre y hay que comprarlos”, explicó.

Desde la sala de un hospital, Lucía escribe un texto para solicitar ayuda a la comunidad y poder comprar los medicamentos, pues el personal médico le informó que el costo del tratamiento no puede cubrirlo el hospital, por lo que tendría que correr con los gastos del tratamiento que varían entre los 200 mil pesos del medicamento o el trasplante de médula que cuesta cerca de 2 millones de pesos.

“Es mucho el dinero que necesito y poco el tiempo que tengo para reunirlo, por eso acudo a todos ustedes para pedir de su cooperación y poder realizarme una nueva quimioterapia. Lo que más deseo es seguir viviendo para poder ver a mi hijo crecer, para poder criarlo y prepararlo para lo que venga más adelante. Uno no tiene la vida comprada pero hay que intentar hasta donde se pueda; jamás pensé verme en esta necesidad, pero de todo corazón pido de su ayuda y estaré eternamente agradecida”, expresó Lucía.

Cortesía | Lucía Sabori

Ni el dolor ni el cansancio, serán un motivo para dejar de luchar y acabar con la enfermedad, ya que lo más importante para Lucia es tener vida y salud para ver crecer a su pequeño.

“Lo más difícil ha sido vivir esta etapa con mi hijo, apenas tiene 4 años y él ya se da cuenta de todo lo que ocurre, se asusta cuando me desmayo o las veces que he llegado a convulsionarme; mi esposo siempre me ha apoyado y ahora mi hijo también quiere hacerlo porque me pasa el papel y un recipiente para vomitar, me acaricia la cabeza o está a mi lado abrazándome”, compartió.

Lucía no solo se ha visto afectada por el costo de sus tratamientos, sino también por no poder llevar a su hijo a las terapias de lenguaje, ya que tiene problemas y no habla bien; asimismo la entrada de dinero que tienen es para los medicamentos, por lo que se siente triste y presionada y corre el riesgo de entrar en crisis de ansiedad o depresión.

“A pesar de lo que ha sucedido no pierdo la fe, hasta ahorita gracias a Dios he podido llevar mi tratamiento de manera normal, solo me cambiaron el lugar de la aplicación a un lugar más seguro y aislado que el Hospital General, no tengo ninguna queja, todos son amables y me cuidan muy bien aquí en Unemeca”, señaló para referirse a la Unidad de Especialidades Médicas de Cirugía Ambulatoria.

Para apoyar a Lucía Sabori y su familia, para que le apliquen el tratamiento adecuado y pueda continuar para criar a su hijo, pueden comunicarse a su número de teléfono 6624 332 749.

Cortesía | Lucía Sabori

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