Ladisposición por servir a las personas que requieren auxilio es laprincipal fuente de motivación de Gabriela del Carmen FuentesLeón, miembro de la Cruz Roja nombrada como “Socorrista delMes” de enero por la benemérita institución.
Cuando Gabriela estaba en primariamiraba con fascinación a los miembros de la Cruz Roja durante losdesfiles alegóricos, esperando ansiosamente a que marcharan frentea ella los socorristas que tanto admiraba.
“Yo quiero ser socorrista,mami”, solía decir, sin saber exactamente todo lo que estabaimplicado en esa aseveración.
Fue el entusiasmo por ayudar a laspersonas el que finalmente convenció a la joven de 22 años deperseguir su sueño dentro de la corporación en enero de 2014luego de terminar su carrera como paramédico en la UniversidadTecnológica de Hermosillo (UTH).
“Estudié en la UniversidadTecnológica de Hermosillo porque yo no hallaba ni qué estudiar,entré a paramédico y comencé a hacer las prácticas aquí (enCruz Roja), me enamoré de la institución y aquí estoy”,indicó.
Esta misma pasión ha sido desafiadaen todas las ocasiones que ha observado el sufrimiento de losniños a los que debe socorrer, muchos de ellos en las situacionesmás terribles y adversas que una persona pudieraimaginar.
Una situación así se presentóhace un año cuando prestó servicio a un bebé que se encontrabaen paro respiratorio, en ese momento acudió al lugar de los hechospara realizar sus labores cuando se encontraron con el vehículo y,al ver la ambulancia, el padre corrió con el infante enbrazos.
En su desesperación, el hombreresbaló y cayó con el bebé, momento que consternó terriblementea Gabriela, quien se encontraba en estado de shock al ver a lacriatura sin señales de vida y, a pesar de que la socorristavolvió en sí y realizó las técnicas de reanimación, poco pudohacerse y el bebé fue declarado muerto al llegar alhospital.
Otra de las vivencias másaterradoras que esta profesión le prescribió a la jovensocorrista fue el choque e incendio de dos vehículos suscitado enel kilómetro 22 de la carretera Hermosillo-Mazatán, que causó lamuerte inmediata de 4 personas.
En el lugar, los socorristas lebrindaron auxilio a Octavio, quien en su delirio provocado por lasquemaduras que consumían el 90% de su cuerpo preguntaba por una delas personas que resultaron calcinadas en uno de los vehículosimpactados.
José Guadalupe Ayala Noriega,coordinador de Socorristas de Cruz Roja, calificó a Gabriela comouna persona comprometida, pulcra y entregada que ofrece su apoyo deforma incondicional, meritoria del reconocimiento que se leasignó.
Para Gabriela su mayor motivaciónestá encabezada por su familia, quien siempre la ha apoyado en surecorrido profesional, inmediatamente siguen sus compañeros y elayudar a la gente.
Al terminar su jornada laboral, lasocorrista decide qué contar o guardarse para lidiar con elestrés de su profesión, pero señala estar consciente de que eldía siguiente deberá ponerse su uniforme y continuar con la laborque tanto adora, tal como las palabras con las que aceptó sugalardón: “Estar en Cruz Roja es como el aire querespiro”.
