Sonrientes y con un plato en mano, descalzos, con su ropa polvorienta, cabello desaliñado, pero con ojos de ilusión; así es como uno a uno llegan los niños por su alimento del día en una de las poblaciones más marginadas de Sonora.
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Unos caminando y otros corriendo entre las polvorientas calles de tierra, se posan en fila en el cerco perimetral de una construcción que está ataviada con siluetas de clásicos dibujos animados y juegos infantiles.
Esto sucede a diario en el poblado Miguel Alemán, específicamente en la invasión Trinidad Sánchez Leyva, donde se ubica el desayunador de "Don Chemo" como le dicen de cariño los niños a Anselmo Ayala Corral.
"Don Chemo" fundó en el 2009 el desayunador Unidos por Miguel Alemán, donde diariamente brindan un plato de desayuno por la mañana y otro de comida al mediodía, con sus tortillas, bebidas cuando alcanza para ello, galletas e incluso dulces para alegrarles el día.
Antes de la contingencia por Covid-19 se servía el desayuno y la comida en un comedor que está en este noble centro de ayuda, pero debido a la petición de las autoridades de Salud de que no haya aglomeraciones, ya no pudieron abrirlo.
Pero los niños aún acudían a las horas de costumbre por sus alimentos, por lo que decidieron comprar trastes para que se los llevarán a diario y servirles a través del cerco, guardando las debidas distancias.
A lo largo de los 11 años que tienen de apoyar a los niños más pobres de una de las comunidades más marginadas de Hermosillo y Sonora en general, han atendido anualmente a un número similar de menores, unos 250.
"En los 11 años no ha bajado, desde que empezamos son 200, 230 que desayunan y comen, gracias a Dios y seguimos igual, también como a 20 personas adultas mayores", expuso.
A los 11 años de edad "Don Chemo" llegó a la llamada Costa de Hermosillo, proveniente de su natal Guachochi, Chihuahua, después de años de trabajar puso un comercio y decidió apoyar a la comunidad con arreglos y construcción de la iglesia, pero fue el desayunador el que más ha ayudado a miles de niños.
Explicó que aunque la mayoría del alimento que preparan para los menores y abuelitos, es fruto del trabajo de su familia y él, aunque reciben apoyos, les gustaría que fueran más
"Lo que servimos es del esfuerzo mío, de la familia y correteamos todos los días para darles de comer, hay veces que comen puro arroz, hay veces que comen puros frijoles y tortillas, pero comen gracias a Dios, no se quedan con hambre", señaló.
Son los hijos de los jornaleros, aquellos que irónicamente ganan el pan y que no les alcanza para la vida diaria, muchas son las circunstancias, bajos sueldos, en otros casos vicios, los menores pasan gran tiempo a solas y encuentran en este lugar un refugio.
"Con 11 años uno conoce el problema y son puros niños inmigrantes que vienen de Oaxaca, de Chiapas, del Sur, que vienen a los campos a temporadas de tres, cuatro meses y ya no se pueden regresar y se vienen a esta invasión a invadir y aquí en este desayunador es donde van sobreviviendo ellos", puntualizó.
Si usted desea apoyar con alimento puede comunicarse con 'Don Chemo" al teléfono 6621 03 98 02, donde la ayuda será bien recibida, pues como él dice, "Aquí no se pide carne, aquí si es arroz, sopa, es bienvenido todo".