PARIS, Francia – La intervención de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia en Siria fue “un éxito en el plano militar”, afirmó ayer el presidente francés Emmanuel Macron durante una entrevista por televisión. “Fue un acto legítimo de represalia y no acto de guerra”, precisó.
“Francia, como sus aliados, no declaró la guerra al régimen de Bachar al Assad”, aclaró. Macron explicó que se trató de “una intervención de la comunidad internacional”. “Hemos trabajado simplemente para que el derecho internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad no sean letra muerta”, indicó.
El presidente reveló que los “esfuerzos” realizados por la diplomacia francesa permitieron “reducir” la “envergadura” de la intervención que proyectaba inicialmente Estados Unidos.
Los momentos de tensión internacional que se vivieron en la noche del viernes al sábado no destruyeron el diálogo entre los principales actores políticos. Macron confirmó que a fines de mayo asistirá al Foro Económico de San Petersburgo, como estaba previsto, donde seguramente se reunirá con el presidente ruso Vladimir Putin.
Igualmente anticipó que la diplomacia francesa, junto con otros actores europeos, en los próximos días lanzará una iniciativa para reunir a los países de la región implicados en el conflicto sirio. Macron espera ampliar posteriormente ese “grupo restringido” con la participación de las grandes potencias para buscar una solución negociada de un conflicto que provocó más de 350.000 muertos en 7 años de guerra.
Poco antes, los presidentes Vladimir Putin y su homólogo iraní Hasan Rohani, "constataron” que la intervención militar del sábado, calificada de “acción ilegal”, provocaba un serio “daño a las perspectivas de una solución política en Siria”. Nuevos ataques occidentales, advirtió el presidente ruso, podrían provocar un "caos" en las relaciones internacionales.