/ domingo 22 de noviembre de 2020

Domingo de reflexión | Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo

“Que toda creatura sirva a tu majestad y te alabe eternamente”.

Ezequiel 34,11-12.15-17

1 Corintios 15,20-26.28

Mateo 25,31-46

Al celebrar la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, la Iglesia contempla, en este domingo, a su Señor glorificado, juzgando a sus ovejas, entregando el Reino a su Padre, y sentándose a su derecha.

RECIBE LAS NOTICIAS MÁS IMPORTANTES, ALERTAS, REPORTAJES E HISTORIAS DIRECTO EN TU CELULAR, ¡CON UN SOLO CLICK!

En efecto, la palabra de Dios nos presenta dos aspectos fundamentales a considerar: Jesús es Rey, y nosotros, sus ovejas, somos sus súbditos. Repasemos, pues, los textos bíblicos para profundizar el mensaje que el Señor nos ofrece en esta gran solemnidad.

Ante el fracaso del Gobierno que los reyes ejercían en el pueblo de Israel, Dios, por medio del profeta Ezequiel, les hace ver a los israelitas que él mismo pastoreará a sus ovejas. Las expresiones utilizadas en el texto (primera lectura) reflejan la forma extraordinaria como el Señor cuidará de su rebaño y de cada una de sus ovejas: “Yo mismo iré a buscar a mis ovejas, velaré… e iré por ellas…, apacentaré a mis ovejas, las haré reposar. Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, cuidaré a la fuerte. Yo las apacentaré con justicia”.

Estas promesas dadas en el Antiguo Testamento, tendrán su cumplimiento en el Nuevo Testamento, en la persona de nuestro Señor Jesucristo, el Buen Pastor, quien, conociendo, guiando, alimentando y protegiendo a las ovejas, será capaz de dar la vida por ellas.

San Pablo, en la segunda lectura, hablando de la consumación de la historia humana, nos presenta a Jesucristo cerrando, por así decirlo, la etapa terrena; y una vez vencidos los poderes del Maligno, entregando el Reino a su Padre Dios, Él mismo reinará en todo el universo.

El evangelio de esta fiesta nos hace concluir la importancia que tienen, a los ojos de Dios, las cualidades de los súbditos de este gran Rey. No es suficiente “pertenecer” al rebaño. Se requiere poseer y practicar las mismas cualidades del Pastor, Jesucristo, es decir: amar a los hermanos más insignificantes. Sólo quienes se compadecen y ayudan efectivamente a los pobres, podrán heredar y formar parte del Reino de nuestro Señor: “Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron…”.

Sigue a El Sol de Hermosillo en Google News y mantente informado con las noticias más recientes

En la eucaristía de este domingo le pedimos a Cristo, Rey del Universo, que toque nuestro corazón a fin de que dejemos que él reine verdaderamente en nuestras vidas. Así sea.

¡Que tengan un excelente domingo!

“Que toda creatura sirva a tu majestad y te alabe eternamente”.

Ezequiel 34,11-12.15-17

1 Corintios 15,20-26.28

Mateo 25,31-46

Al celebrar la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, la Iglesia contempla, en este domingo, a su Señor glorificado, juzgando a sus ovejas, entregando el Reino a su Padre, y sentándose a su derecha.

RECIBE LAS NOTICIAS MÁS IMPORTANTES, ALERTAS, REPORTAJES E HISTORIAS DIRECTO EN TU CELULAR, ¡CON UN SOLO CLICK!

En efecto, la palabra de Dios nos presenta dos aspectos fundamentales a considerar: Jesús es Rey, y nosotros, sus ovejas, somos sus súbditos. Repasemos, pues, los textos bíblicos para profundizar el mensaje que el Señor nos ofrece en esta gran solemnidad.

Ante el fracaso del Gobierno que los reyes ejercían en el pueblo de Israel, Dios, por medio del profeta Ezequiel, les hace ver a los israelitas que él mismo pastoreará a sus ovejas. Las expresiones utilizadas en el texto (primera lectura) reflejan la forma extraordinaria como el Señor cuidará de su rebaño y de cada una de sus ovejas: “Yo mismo iré a buscar a mis ovejas, velaré… e iré por ellas…, apacentaré a mis ovejas, las haré reposar. Buscaré a la oveja perdida, haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, cuidaré a la fuerte. Yo las apacentaré con justicia”.

Estas promesas dadas en el Antiguo Testamento, tendrán su cumplimiento en el Nuevo Testamento, en la persona de nuestro Señor Jesucristo, el Buen Pastor, quien, conociendo, guiando, alimentando y protegiendo a las ovejas, será capaz de dar la vida por ellas.

San Pablo, en la segunda lectura, hablando de la consumación de la historia humana, nos presenta a Jesucristo cerrando, por así decirlo, la etapa terrena; y una vez vencidos los poderes del Maligno, entregando el Reino a su Padre Dios, Él mismo reinará en todo el universo.

El evangelio de esta fiesta nos hace concluir la importancia que tienen, a los ojos de Dios, las cualidades de los súbditos de este gran Rey. No es suficiente “pertenecer” al rebaño. Se requiere poseer y practicar las mismas cualidades del Pastor, Jesucristo, es decir: amar a los hermanos más insignificantes. Sólo quienes se compadecen y ayudan efectivamente a los pobres, podrán heredar y formar parte del Reino de nuestro Señor: “Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron…”.

Sigue a El Sol de Hermosillo en Google News y mantente informado con las noticias más recientes

En la eucaristía de este domingo le pedimos a Cristo, Rey del Universo, que toque nuestro corazón a fin de que dejemos que él reine verdaderamente en nuestras vidas. Así sea.

¡Que tengan un excelente domingo!

ÚLTIMASCOLUMNAS