Todos los deportistas tienen una historia que contar de cómo lucharon para conseguir sus sueños, sin embargo, para Amanda Braga, venir a Hermosillo resultó ser un camino más largo y espinoso que fue más allá del deporte.
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La nacida en Goiania, se mudó a estas tierras con su pareja hace tres años, buscando establecerse en una familia y seguir con sus proyectos deportivos, pero el sueño se convirtió en un infierno del cual logró salir, estando a punto de debutar como profesional de MMA.
“Yo vine a Hermosillo para eso, pero perdí mucho tiempo con problemas personales, mi pareja era un cinta negra en jiu-jitsu y fui víctima de violencia familiar y no pude entrenar, no puede hacer tanto por mí”, comentó para El Sol de Hermosillo.
Actualmente, ya cuenta con un año maniobrando todo para poder llevar a cabo su proyecto, el cual busca apoyar a niñas y mujeres con la enseñanza de la defensa personal y que puedan evitar sufrir y el vivir una situación como esa.
“Mi misión en jiu-jitsu, es que esas niñas que tengan clases conmigo, no pasen por esas cosas que yo pasé, para mí es muy importante porque aquí es muy peligroso, principalmente para mujeres y niños”, aseguró.
Inicios y presente
“Tengo doce años de artes marciales, pero entrené cuatro en wrestling (lucha libre), después emigré a jiu-jitsu brasileño, acabo de llegar a cinta café y estamos por debutar a MMA, nos estamos preparando para eso”.
“Mi entrenador de MMA es Lupillo Padilla, ese señor me rescató de la depresión y salvó mi vida. Estamos entrenando mucho para hacer un buen trabajo en el debut profesional”, mencionó.
Braga, mejor conocida como Quechi, desde muy pequeña fue una niña muy activa que encontró en el deporte la manera de poder canalizar toda esa vitalidad.
“Sufrí mucho bullying y era muy peleonera allá en mi ciudad, siempre fui muy peleonera, empecé andar con malas personas y me quería llevar en la calle y mi papá abrió un proyecto donde trabajaba y decía que era para mí porque yo sólo quería jugar al futbol en la calle”.
“Me inscribí y como a las tres semanas me invitaron a ir a un campeonato nacional a los 14 años y desde entonces nunca he dejado de entrenar, siempre estoy aprendiendo cosas nuevas, encontrando una manera de trabajar con lo que amo y eso me genera mucha felicidad, tengo a mi hija que entrena también y con por lo que he pasado, estar con gente con otro acento, otras costumbres, para mí, eso es gratificante”, explicó.
La también entrenadora, es la única mujer certificada para poder enseñar jiu-jitsu en Hermosillo, además cuenta con experiencia representando a su país en su momento.
Cerca del sueño
Actualmente, Braga sueña con poder brindarle un poco de sus enseñanzas a las mujeres y niñas, además de seguir este camino dentro del profesional de las Artes Marciales Mixtas, por el cual también ha trabajado duro.
“Mi proyecto después de debutar profesionalmente, es tener mi academia y ando haciendo mi nombre. Conocí a Lupillo y me entrena, decidimos todo juntos, he mejorado mucho mi striking, mi contacto con pateo, entonces estoy segura de que haré un buen trabajo y no estoy con bloqueo personales”.
“Ya no hay de otra, ya tengo 28 años y si pienso más adelante, el futuro no pertenece a nosotros, no hay de otra, tengo que hacer el trabajo, estoy entrenando para eso”, señaló.
De igual manera, sabe que será una experiencia muy bonita el poder debutar como profesional, “no tengo porque desmotivarme, siempre estoy entrenando y dando clases a los niños, mi hija también me motiva mucho, yo quiero una oportunidad y ahí está, ahora voy a poderme probar a mí misma que yo puedo”.
Este fin de semana, también participó en el Panamericano de jiu-jitsu, todo como parte de su entrenamiento previo, además de mantenerse en forma y seguir creciendo en esta disciplina.
“Será mi estreno en cinta café, además yo tengo un proyecto con niños y mujeres, ya tengo mi espacio para impartir mis clases y voy trabajando en eso, soy la primera mujer certificada como árbitro de jiu-jitsu en Hermosillo”.
Por último, mandó un mensaje a los padres de familia, así como a los jóvenes, esperando que den una oportunidad a este tipo de disciplina.
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“Para quienes están en un deporte disciplinario, maximiza las oportunidades, la calidad de vida, la defensa personal y se me hace lindo, pongan a los niños hacer deporte, que prueben, aquí hay mucha materia prima de calidad, hay muchas escuelas y gente que quiere entrenar, pero se juzga muy mal las artes marciales y pueden estar allí superando sus límites y expectativas, se está formando una persona, un humano”, finalizó.