Dicen por ahí que cuando la vida se pone difícil hay que buscar nuevas alternativas para salir adelante y “si la vida te arroja limones, pues hay que hacer limonada”, este es precisamente el caso de muchas personas que ante la crisis sanitaria por el Covid-19 han perdido sus empleos y hoy en día buscan la forma de obtener nuevos ingresos.
Uno de los mercados que ha aprovechado esto es el deportivo, quienes han tenido pérdidas millonarias a causa de tener que llevar a cabo encuentros deportivos a puerta cerrada, pero en el mercadeo han encontrado la forma de irse reponiendo poco a poco.
Ante la imposición de tener que usar permanentemente el tapabocas en lugares públicos, pues este producto tuvo tanta demanda que provocó una escasez mundial, así que los artesanos estuvieron muy al pendiente de esto y comenzaron a fabricarlos de forma casera.
Claro que un cubrebocas convencional no era tan atractivo para muchos sectores del público, así que los fabricantes tuvieron la idea de agregarles logotipos de los equipos más populares a nivel internacional, y como arte de magia las ventas subieron como la espuma.
En estos momentos podemos encontrar miles de puestos en tianguis o particulares que se anuncian en redes sociales ofreciendo estos productos, cuyas ganancias han repuesto en algo las pérdidas ocasionadas por la crisis económica actual.
Las máscaras de luchadores en forma de tapabocas han tenido una importante demanda en un país como México, donde este deporte es tan popular y las figuras son tan diversas que hay todo un universo de formas y colores para escoger.
Llegaron las licencias
Tal y como sucede con los jerseys, gorras, camisetas sport, pants, tenis, etc, hoy en día podemos observar los productos oficiales que los clubes deportivos han lanzado al mercado, también para irse reponiendo de las pérdidas ocasionadas por los encuentros sin audiencia presencial.
Los derechos de televisión han salvado momentáneamente el negocio, ya que ligas profesionales de gran seguimiento internacional como Grandes Ligas de beisbol, NFL de futbol americano, NBA de basquetbol y desde luego del beisbol invernal mexicano que sigue haciendo mercadeo con su nombre cambiando a Liga Arco Mexicana del Pacífico y emigrando sus transmisiones de televisión a las empresas SKY y VeTV.
Así como podemos obtener cientos de productos no oficiales a precios módicos para las personas de clase baja o media, igualmente podemos adquirir los productos originales licenciados por las distintas ligas deportivas y clubes, desde luego a precios más elevados.
La alcaldesa hermosillense Célida López, hizo mención a que los clubrebocas se han convertido en una prenda tan indispensable como la ropa interior, algo que le ocasionó muchas críticas y burlas, pero la intención era decir que debemos tener estos productos como parte de nuestro guardarropa diario y que la diversidad de cómo utilizarlos hasta causará modas internacionales.
Modelos exclusivos
Muchos recuerdan esa telenovela icónica de Televisa titulada “Cuna de Lobos”, donde la villana Catalina Creel usaba parches para cubrir un supuesto ojo de vidrio que tenía, y cada uno de estos iba de acuerdo con la ropa que utilizaba, pues bien, en estos momentos podemos adquirir conjuntos deportivos con su tapabocas o mascarilla que le hagan juego.
Marcas de mucho prestigio como Nike, Reebok, Adidas, etc, han sacado su línea productos para el cuidado personal de la salud, los cuales ahora venden como kits a los que les agregan toallas limpiadoras, spray y gel antibacterial para redondear el servicio vendido a los clientes.
Se han dejado ver en los distintos eventos que seguimos por la televisión, como se han vuelto populares entre los deportistas las camisetas cuello de tortuga, cuya prolongación permite al deportista o usuario en general levantar esos cuellos para cubrir boca y nariz, dejando al descubierto las marcas correspondientes.
En algunos establecimientos permiten el uso de paliacates para cubrir el rostro y tapar la salida de gotículas de saliva, por lo que estos productos se encuentran igualmente disponibles en el mercado desde los originales de marcas prestigiosas, hasta las imitaciones económicas.
Productos de alta calidad
Desde luego que para estas marcas tan prestigiadas no se trata sólo de lanzar pedazos de tela con logotipos para el mercadeo en general, sino que han tenido el cuidado de lanzar mascarillas de triple capa, lavable y reutilizable, además de contar con tallas diversas, ya que no es lo mismo el rostro de un niño, que de un adulto o de personas de dimensiones distintas.
En el Viejo Continente los precios oscilan alrededor de los diez euros, y se puede comprar de forma online en las páginas web de las compañías.
Para redondear sus campañas públicas, estas compañías se solidarizan a otorgar una parte generosa de sus ganancias a personas que quedaron en estado de gran vulnerabilidad económica producto de la crisis actual.
Productos de casa
Claro que para obtener estos productos de alta calidad y con el sello personal de los hermosillenses, el club de beisbol Naranjeros de Hermosillo lanzó también su línea de productos, con tapabobas de diversos modelos como Naranja, Naranjito, Blanca y Rosa, este último en apoyo a la lucha contra el cáncer de mama.
También lanzaron un jersey cuyo diseño simboliza la bata de doctor, en homenaje a todos esos servidores de la salud, que se han mantenido día a día en la atención a los enfermos de coronavirus, sin dejar de lado a los millones de pacientes que acuden a un centro de salud por otros padecimientos.
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Los cubrebocas tienen un costo de 65 pesos y el jersey anda en 870, desde luego ambos con alta calidad de fabricación, lo que garantiza durabilidad para quienes invierten en ello, y desde luego también ceden parte de las ganancias a la lucha contra el Covid-19.
Todo este mercadeo de productos ha permitido que empresas y particulares obtengan ganancias en estos tiempos tan difíciles, ya que la reactivación económica se la llevado a cabo de forma muy lenta, como el caso del Club Naranjeros, que por malos comportamientos de otras plazas, le fue negado el escenificar partidos con público, dejando a muchos vendedores sin la oportunidad de trabajar en el Estadio Sonora, al menos por un tiempo.
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