Las calaveritas son parte de la tradición del Día de Muertos, que se celebra el 2 de noviembre. Este año no puede faltar la aportación del notario público Gilberto Otero Valenzuela.
Algunas de ellas están dedicadas al gobernador Alfonso Durazo, pero también al alcalde Antonio Astiazarán, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y hasta a las aspirantes a la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
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Aquí se las compartimos:
I. Alfonso Durazo
La Catrina decidida,
como si fuera sabueso,
andaba detrás de Alfonso
pa´ darle con un hueso.
Por Arizpe y por Europa
y parte del mundo entero,
al final dio con Durazo
entre México y Sonora.
Lo siguió hasta el aeropuerto
Y ahí se la sentenció,
O te aficionas al pulque
O sigues con Bacanora.
Ante la duda de Alfonso
Ahí se lo escabechó,
y en la sierra de Bavispe
sin piedad lo sepultó.
II. Andrés Manuel López Obrador
La muerte llegó a Acapulco
y le dijo al Presidente,
Mira que yo sí te esculco
¿Dónde dejaste el FONDEM?
Lo está pidiendo la gente
y ante tremenda exigencia
no vale la intransigencia
y de un solo guadañazo
La vida le arrebató.
Hoy descansa de por vida
sin agua, luz ni comida,
en la tumba destruida
por un tremendo ciclón.
III. Claudia Sheinbaum
Me dicen que su mortaja
goza de iluminación,
pues no le cueste el recibo
y es la envidia del panteón.
En carroza muy austera,
por ser muy republicana,
ya llevan a la difunta
que fue mujer afamada.
Quería ser Presidenta,
pero en un Estadio Azul,
se le apareció la Parca
y el destino le cambió.
Hoy con bastón de mando
ya se pudre en el panteón
junto al que le organizó.
Y ahora organizan los dos,
ayudados por gusanos,
La Cuarta Transformación
con Calacas del montón.
IV. Xóchitl Gálvez
En carretón de tres bueyes,
donado por los aliados,
a Xóchitl la muerte carga
seguido por sus amigos.
No valió la simpatía,
ni el aplauso de Calacas,
que al panteón la acompañan.
La bronca no era de ella,
es cosa de los astados
que le jalan la carreta,
porque andan desorientados.
La tumba es muy mexicana,
con mortaja muy floreada;
una indígena especial,
güerita la condenada.
V. Suprema Corte de Justicia de la Nación
Un esqueleto con toga,
birrete y toda la cosa
a la corte recaló.
Con ministras y ministros,
secretarias y ayudantes,
a todos se los cargó.
Les gritaba con furor:
¡Aquí no valen amparos!
Sea verdad o mentira
el cuento del privilegio,
no seré yo quien los juzgue,
que para eso está el patrón;
así que sin litigar,
¡se me van para el panteón!
VI. Toño Astiazarán
Entre los parques eólicos
y baches al por mayor,
la pelona dio con Toño
y reclamó con rencor.
Para ser lindo y sencillo,
como dice la canción,
le falta mucho Hermosillo;
si quieres repetir,
mucho queda por hacer.
Por lo pronto al cementerio
derechito te me vas.
y de fuertes empujones
a la tumba lo aventó.
Si me dejas los panteones
al estilo Dinamarca
otro chance puedo darte,
a ver si traes pantalones,
¡y no te faltan calzones!
VII. Diputados y Senadores
La pelona se presentó,
de murciélagos rodeada,
eran miles que aleteaban
gritando: ¡Ninguna coma!
Cual fieles legisladores
siguiendo a su mayoría:
¡Sí señor lo que usted diga!
repetían sin parrar.
Y les dijo el esqueleto:
Pues será como lo dicen,
¡Jálenle para los panteones!
Ahí vivirán de gusanos,
como muchos lambiscones,
arrastrados y agachones.
VIII. Presidentes Municipales
La Calavera Catrina
se fue por los presidentes
para meterlos a todos
en una fosa común.
Al verlos tan demacrados,
esqueléticos y flacos,
con tan poco presupuesto
les perdonó la existencia.
Pues como dijo Layín,
alcalde de Nayarit:
Tendrán que robar poquito
si no, se van a morir.
Vayan a chambear de nuevo,
¡si es que pueden repetir!
IX. Organizaciones Sociales
La pelona malandrina,
acompañada de arañas,
mandó por algunas ONG´s
se dicen sociales todas.
¡Son muchas!, dijo la Parca,
y no me importan los nombres.
Son los mismos, buen negocio
pues se adueñan de la gente.
En furgones cargó a todas,
por su conducta indecente,
miles de arañas ya tejen
en el panteón sus mortajas.
X. Abstencionistas
La calaca justiciera
con toda la furia adentro,
llegó cortando cabezas
de la periferia al centro.
Una inmensa muchedumbre
aterrada se escapaba,
asustada cual conejos,
sus madrigueras buscaban.
¡Abstencionistas pendejos!,
les gritó la Calavera,
¿qué les cuesta ir a votar?
Al infierno me los llevo
después de que a todos castre
por ser causa del desastre.
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XI. Mesa Cancún
Este autor de calaveras
tiene pacto con la muerte,
siempre y cuando las recuerde
y no falten sus versitos.
Me encarga muy seguido
que todito los Cancún,
de la prensa y locución,
le pongan más atención.
Y no tendrá compasión,
a cualquiera que se olvide,
de parar su corazón;
que ya les tiene apartadas
sus fosas en el panteón.
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