La Luna de sangre dominó el cielo en buena parte del mundo este viernes durante el eclipse lunar más largo del siglo XXI.
Este 27 de julio el eclipse duró una hora, 42 minutos y 57 segundos, aunque lo precedió y siguió un eclipse parcial, lo que significó que la Luna sumó 3 horas y 54 minutos en la sombra de la Tierra, según la NASA.
En todo el mundo, desde el Taj Mahal a la Torre Eiffel, la gente miró al cielo con la esperanza de ver a la Luna de sangre, que ya lució las tonalidades rojizas en la medida en que la luz del Sol se refracta en la atmósfera.
Además Marte está en su punto más cercano a la Tierra desde 2003, de modo que los observadores pudieron ver lo que lució como una estrella naranjo-rojiza.
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El próximo eclipse lunar de tan larga duración tendrá lugar el año 2123.
¿En dónde se observó?
África, Asia y Oceanía, así como algunos países de Europa tuvieron la fortuna de ver en su totalidad este espectáculo.
Mientras que en América únicamente se apreció de manera parcial en ciudades del sur del continente, como Buenos Aires, Montevideo, Sao Paulo y Río de Janeiro.
¿Por qué hay eclipses lunares?
Los eclipses lunares ocurren cuando el satélite terrestre pasa por la sombra de la Tierra, lo que no sucede todos los meses, porque la órbita de la Luna está inclinada con respecto a la de la Tierra-Sol (eclíptica).
A diferencia de los eclipses solares, los lunares son visibles desde cualquier lugar del mundo, una vez que la Luna está sobre el horizonte en el momento del eclipse, explicó el Instituto de Astrofísica de Canarias.
La atmósfera de la Tierra, que se extiende unos 80 kilómetros más allá del diámetro de nuestro planeta, actúa como una lente que desvía la luz del Sol.
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Al tiempo, filtra eficazmente sus componentes azules y deja pasar solo la luz roja que será reflejada por el satélite. Así, la Luna adquiere el resplandor cobrizo tan característico.
Con información de EFE y Reuters
