Sentado en el comedor de su casa, el lugar que se ha convertido en su aula virtual desde hace ya poco más de un año, Gerardo observa la luz roja que parpadea en su computadora; esa que indica que la batería está completamente agotada. Lanza un suspiro de resignación pues sabe que el cable del cargador ha dejado de funcionar y en breve se apagará el dispositivo.
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Aún tiene pendientes varias tareas por revisar y es fin de mes, lo que significa que debe enviar el reporte de sus actividades. El cansancio le llega de golpe.
Y es que, trabajar desde casa ha resultado un reto para el cual no estaba preparado, pero ha tratado de entender la dinámica lo más rápido posible.
Gerardo García Cuamea es maestro de inglés a nivel preparatoria y a consecuencia de la pandemia de Covid-19 tuvo que abandonar las aulas y acondicionar un espacio en su hogar para impartir sus clases a través de distintas plataformas digitales, sin embargo, relata que la experiencia no ha resultado del todo gratificante.
“Este primer año trabajando en casa para mí ha sido un tanto difícil porque yo no acostumbraba utilizar ninguna plataforma o formulario para dar las clases y me tuve que ir adaptando para poder hacer que funcionara”.
Apuntó que la principal limitante ha sido precisamente la tecnología, ya que muchos de sus alumnos no cuentan con Internet o los dispositivos electrónicos adecuados para poder tomar las clases.
En 2018, el 81.4% delos hogares en Sonora contaba con acceso a Internet, esto de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (Endutih) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El reporte también señala que 79.1% de la población mayor de seis años es usuaria del sistema.
A pesar de que la cifra coloca a Sonora como una de las entidades con mayor conectividad, cabe señalar que el estado cuenta con una importante cantidad de zonas rurales, donde sólo el 30% de la población mayor de seis años tiene acceso al Internet.
Aprender y adaptarse
Para Sandra Luz Tellechea, también maestra de profesión a nivel primaria, tener que reacondicionar su hogar y adaptar sus clases para impartirlas de manera virtual igual supuso un reto pues, dijo, todo sucedió muy rápido.
“No estábamos preparados, a todos nos agarró por sorpresa esto de la pandemia, entonces tuvimos que echar mano de lo que teníamos. Tratar de atender a los niños por llamada, por WhatsApp, videollamada, mandando información, trabajos; como pudimos nos fuimos acomodando”.
Recordó que en un principio se tenía la expectativa de que solo serían un par de semanas, sin embargo, el número de contagios por Covid-19 fue en aumento y la situación se complicó, al grado que se ha cumplido un año desde que iniciaron con la modalidad de Home Office (trabajo en casa).
Pese a la complejidad, reconoció que una de las cosas que se pueden rescatar es el aprendizaje que se ha tenido en materia tecnológica, pues aunque todavía no domina algunos programas y plataformas, hoy por hoy se siente con más seguridad a la hora de utilizar las herramientas digitales.
“Ahorita me siento muy contenta porque ya tengo más dominadas las plataformas que manejo y cómo las manejo con mis alumnos. Pero al principio sí fue muy complicado, ahorita ya me siento más tranquila”.
Labor sin fin
Por otro lado, ambos maestros coincidieron en que sus jornadas laborales se han vuelto más extenuantes, contrario a lo que muchos pudieran pensar, pues gran parte del día están al pendiente de sus teléfonos y computadoras, atendiendo las dudas que puedan surgir en cada alumno con el que trabajan.
“Muchos creen que nosotros estamos en la gloria porque estamos en nuestras casas muy a gusto, pero la verdad es que no, yo sí quisiera volver a la escuela”, expresó Gerardo García.
En ese sentido, el cansancio que profesan no es exclusivo de quienes se dedican al ámbito educativo, pues una gran cantidad de trabajadores de distintas profesiones han experimentado la misma situación a lo largo de este primer año de pandemia.
De acuerdo a una encuesta de la OCC Mundial (Online Carreer Center), el 61% de los mexicanos considera que sus compañeros de trabajo están agotados o completamente exhaustos; un 20% consideran que en su organización todo continúa de manera normal y solo un 19% se sienten motivados.
Aun así, al menos 6 de cada 10 empresas en el país tienen planeado mantener el esquema de Home Office una vez termine la pandemia, así lo reveló un reciente estudio de la consultora KPMG México.
La esperanza de volver
Tanto Sandra Tellechea, como Gerardo García, reconocieron que tienen ganas de volver a las clases presenciales, pues es una dinámica que les permite brindar una mejor atención a sus alumnos y que les permite organizar mejor sus horarios.
Sin embargo, señalaron que ante la llamada ‘nueva normalidad’, será importante que se encuentre un buen equilibrio para mantener ambos esquemas de trabajo, pues la tecnología también ofrece una gran cantidad de ventajas en ciertas áreas, además de que el aprendizaje que han tenido a lo largo de los meses ha sido muy significativo, por lo que esperan que las condiciones de salud mejoren para poder reincorporarse a las aulas, a la par de seguir aprendiendo a dominar los esquemas digitales.
DATO:
De acuerdo a la Encuesta sobre el Impacto Generado por Covid-19 en las Empresas (ECOVID-IE), del Inegi, en México solo 12 de cada 100 empresas decidieron adoptar la modalidad de Home Office, principalmente las grandes compañías.
CIFRA:
7,678 empleos se perdieron en Hermosillo en el periodo de abril a agosto del 2020.