Lidia Ibarra comparte su historia como Artesana Mayor Comca’ac

En el Día Internacional de la Mujer Indígena esta es la historia de una artesana que ha puesto en alto las tradiciones de su comunidad

Nancy Álvarez | El Sol de Hermosillo

  · domingo 5 de septiembre de 2021

Foto: Cortesía | Kathia Segovia

Cada año en el mes de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena en México donde se reconoce el valor y la importancia de las mujeres indígenas de todo el mundo por ser guardianas del conocimiento ancestral, dar continuidad a nuestras lenguas indígenas, por su permanencia de la cultura, asimismo su protección de territorios y bienes naturales.

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En Sonora existen nueve grupos indígenas, pero solamente siete de ellos son originarios guarijíos, mayos, yaquis, pimas, seris (Comca'ac), pápagos (autodenominados tohono o'odham) y cucapás.

Lidia Ibarra Félix nació el 10 de octubre de 1943 en un lugar llamado Tecomate ubicado en la Isla del Tiburón, un santuario natural que forma parte de las 244 islas e islotes de las Áreas Protegidas del Golfo de California. A sus nueve años de edad sus padres decidieron emigrar a Punta Chueca para dedicarse a la venta de artesanías y fue ahí donde comenzó a crecer la familia.

Desde pequeña aprendió a hacer artesanías con tu madre María Burgos, se dirigían al mar, recolectaban conchitas, posteriormente las lavaban y comenzaban con su trabajo para ofrecerlas a los turistas que visitaban la comunidad Comca’ac.

Foto: Cortesía | Kathia Segovia

“Nunca estuve en la escuela pero aprendí poquito español, oyéndolo con la gente que viene a Punta Chueca y Desemboque, nosotros vendemos canastas, collares, pulseras, ya no hago porque no veo bien pero muchas mujeres que sí lo hacen”, mencionó.

Tras varios años de trabajo y dedicación a las artesanías Lidia fue nombrada como la Artesana Mayor Comca’ac, pues compartía su conocimiento y era la maestra del pueblo, ya que enseñaba a las mujeres a descubrir el arte que había en sus manos.

A sus 19 años de edad visitó por primera vez la ciudad de Hermosillo, fue invitada a un encuentro indígena y llevó sus cantos para compartirlos con los ciudadanos, asimismo ha participado en diferentes actividades donde pone en alto la comunidad Comca’ac.

“No he tenido problemas de discriminación, la gente de afuera me quiere mucho, nos conocen por nuestra cultura, artesanías, también a los hombres que trabajan en el mar y se dedican a la pesca, ahorita está muy difícil el trabajo con esta enfermedad, casi no hay trabajo y compradores de mariscos, no llegan más los turistas”, explicó.

Las familias de la comunidad se alimentan de pescado, pan Seri, frijoles y arroz, por las mañanas salen en busca de salvia, posteriormente hacen el desayuno y comienzan a hacer las almohadas rellenas de salvia que tiene como significado protección y buena suerte.

Dentro de la comunidad las mujeres juegan un papel muy importante, algunas se han lanzado para la candidatura del pueblo, pueden elegir su pareja, elaborar su propia ropa y son artesanas, representan sus colores de la bandera Comca’ac, el blanco significa la paz, el rojo la sangre y el azul la pintura facial.

También existe una tradición cuando las niñas entran en la adolescencia, cuando les llega el periodo se hace una fiesta de 4 días para celebrar la vida de la mujer, por ser un ser que da vida, utilizan trajes especiales y pintura para sus rostros.

A pesar de que Lidia no ha sido discriminada por ser proveniente de una comunidad indígena, afirmó que años atrás la comunidad había sufrido por la llegada de la gente blanca, debido a la falta de respeto a sus tradiciones, sin embargo, con el paso del tiempo las autoridades Comca’ac determinaron leyes para los visitantes que llegaran a la comunidad.

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“Quiero que se respete a la gente y comunidad de Punta Chueca y Desemboque porque ahí es donde he vivido todos mis años, que respeten, que no hagan daño a la comunidad, llevo 55 años aquí, antes vivíamos muy a gusto, nos sentíamos más seguros porque no entraban muchos turistas, así como entra gente buena también entra gente mala, yo no me siento segura”, concluyó.

Foto: Cortesía | Kathia Segovia