/ viernes 29 de julio de 2022

Enrique Álvarez Alatorre, el primer amor de María Félix y el que más la maltrató

Por años María Félix soportó los maltratos de su primer esposo, con quien tuvo a su hijo

Conociendo el legendario carácter de María Félix, la imagen de la mujer mexicana indomable y exitosa, es difícil pensar que ella misma pudo alguna vez estar envuelta en un matrimonio marcado por la dominación y el machismo, y sin embargo así fue.

Se trata de su breve matrimonio con Enrique Álvarez Alatorre, con quien la actriz se casó siendo aún muy joven, fue su primer amor y también el autor de uno de los pasajes más tortuosos de su vida; pero para hablar de él primero debemos conocer a otro hombre en la historia de María Félix: Su padre.

Lee también: El trágico día que Lucha Villa sufrió una enfermedad que la bajó de los escenarios

Bernardo Félix Flores fue un militar y político de origen yaqui, padre de María Félix y otros diez hijos a quienes trataba con el más implacable rigor militar. Sería la crianza estricta que recibió en casa lo que sembró en la joven el deseo de escapar, y tendría su oportunidad a los 17 años.

Cuenta la historia que una adolescente María acudió a un baile de disfraces en la ciudad de Guadalajara, donde había crecido con su familia. Como era la usanza de la época, estas reuniones sociales eran la ocasión perfecta para que las damas solteras se encontrarán con los mejores prospectos. fue aquí que apareció Enrique Álvarez, de 19 años.

También es conocida como "La doña" por su carácter fuerte / Foto: Cortesía | @Soelhapi

El joven Enrique fue para ella un sueño hecho realidad, estaba enamorada de él y, aún mejor, una boda era la oportunidad perfecta para escapar de la rígida vida que tenía en casa de sus padres, el sueño de María Félix era ser libre.

Ocho meses después de haberse conocido la pareja contrajo matrimonio a pesar de las protestas del padre de la novia, quien nunca aprobó la relación. Quizá la historia redimiría más tarde a Bernardo Félix, que quizá podría haber salvado a su hija de un tortuoso matrimonio. Miguel Félix, otro de sus hijos, fue quien terminó acompañando a su hermana al altar.

El cuento de hadas se acabó para María Félix prácticamente en el mismo momento que inició, en lo que ella más tarde llegó a llamar la “cámara de torturas” de su luna de miel.

Según recordaba la actriz, consumar el matrimonio fue un proceso largo y tortuoso, ya que prácticamente cada vez que intentaban tener un momento de intimidad él comenzaba a maltratarla.

Ya en su propia casa la esperada libertad de María Félix nunca llegó, pues pasó de un hogar tiránico a otro. Los celos de su esposo no dejaban de crecer, y cada vez le imponía más restricciones para mantenerla atrapada.

Enrique le prohibía a María salir a la calle sin él, ver a los ojos a otros hombres o acudir a espectáculos públicos. Cuando iban a ver una película, arte que a ella le interesaba, la condición era llegar cuando las luces del cine estuvieran apagadas e irse antes de que se encendieran, para que otros hombres no pudieran verla.

María Félix y Enrique Álvarez tuvieron su primer hijo

A pesar de los maltratos, María Félix nunca se resignó a ser una mujer sometida, y constantemente encaraba a su marido que respondía con violencia, Tres años de esta terrible vida después nació su primer hijo, Enríque Álvarez Félix, “Quique”.

A pesar de las esperanzas de que el nacimiento de un hijo podría arreglar la relación, esta siguió siendo un tormento hasta que María no pudo más, algunos dicen que comenzó a tener amoríos con un joven estudiante, otros que se enteró de que el mismo celoso le era infiel a ella, pero definitivamente acabó con el divorcio en 1938.

En los años posteriores María Félix y su hijo Quique vivieron juntos en la ciudad de Hermosillo, Sonora, antes de mudarse a la Ciudad de México. En una visita a su hijo, Enrique Álvarez lo llevó ilegalmente a vivir con él a Guadalajara, donde lo recibió su abuela paterna.

Poco tiempo después María, que ya despuntaba en el cine nacional, le cumplió la promesa a su ex-esposo de un día ser más importante que él, esto le hizo de valor para confrontarlo. A su lado la actriz tenía a Agustín Lara, el “músico poeta” con quien contrajo matrimonio en 1945.

Juntos, Agustín y María lograron recuperar al pequeño Enrique, quien a partir de ese momento vivió, para bien o para mal, al cuidado de su exitosa madre, sacando así al celoso padre de su vida de forma definitiva.

La relación entre “La Doña” y su hijo es otra historia que sigue siendo objeto de polémica hasta el día de hoy.

La actriz se divorció y se estableció en la Ciudad de México con su hijo, después lo envió a una escuela militar a Canadá / Foto: Cortesía | Instagram mariafelixofficial

Conociendo el legendario carácter de María Félix, la imagen de la mujer mexicana indomable y exitosa, es difícil pensar que ella misma pudo alguna vez estar envuelta en un matrimonio marcado por la dominación y el machismo, y sin embargo así fue.

Se trata de su breve matrimonio con Enrique Álvarez Alatorre, con quien la actriz se casó siendo aún muy joven, fue su primer amor y también el autor de uno de los pasajes más tortuosos de su vida; pero para hablar de él primero debemos conocer a otro hombre en la historia de María Félix: Su padre.

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Bernardo Félix Flores fue un militar y político de origen yaqui, padre de María Félix y otros diez hijos a quienes trataba con el más implacable rigor militar. Sería la crianza estricta que recibió en casa lo que sembró en la joven el deseo de escapar, y tendría su oportunidad a los 17 años.

Cuenta la historia que una adolescente María acudió a un baile de disfraces en la ciudad de Guadalajara, donde había crecido con su familia. Como era la usanza de la época, estas reuniones sociales eran la ocasión perfecta para que las damas solteras se encontrarán con los mejores prospectos. fue aquí que apareció Enrique Álvarez, de 19 años.

También es conocida como "La doña" por su carácter fuerte / Foto: Cortesía | @Soelhapi

El joven Enrique fue para ella un sueño hecho realidad, estaba enamorada de él y, aún mejor, una boda era la oportunidad perfecta para escapar de la rígida vida que tenía en casa de sus padres, el sueño de María Félix era ser libre.

Ocho meses después de haberse conocido la pareja contrajo matrimonio a pesar de las protestas del padre de la novia, quien nunca aprobó la relación. Quizá la historia redimiría más tarde a Bernardo Félix, que quizá podría haber salvado a su hija de un tortuoso matrimonio. Miguel Félix, otro de sus hijos, fue quien terminó acompañando a su hermana al altar.

El cuento de hadas se acabó para María Félix prácticamente en el mismo momento que inició, en lo que ella más tarde llegó a llamar la “cámara de torturas” de su luna de miel.

Según recordaba la actriz, consumar el matrimonio fue un proceso largo y tortuoso, ya que prácticamente cada vez que intentaban tener un momento de intimidad él comenzaba a maltratarla.

Ya en su propia casa la esperada libertad de María Félix nunca llegó, pues pasó de un hogar tiránico a otro. Los celos de su esposo no dejaban de crecer, y cada vez le imponía más restricciones para mantenerla atrapada.

Enrique le prohibía a María salir a la calle sin él, ver a los ojos a otros hombres o acudir a espectáculos públicos. Cuando iban a ver una película, arte que a ella le interesaba, la condición era llegar cuando las luces del cine estuvieran apagadas e irse antes de que se encendieran, para que otros hombres no pudieran verla.

María Félix y Enrique Álvarez tuvieron su primer hijo

A pesar de los maltratos, María Félix nunca se resignó a ser una mujer sometida, y constantemente encaraba a su marido que respondía con violencia, Tres años de esta terrible vida después nació su primer hijo, Enríque Álvarez Félix, “Quique”.

A pesar de las esperanzas de que el nacimiento de un hijo podría arreglar la relación, esta siguió siendo un tormento hasta que María no pudo más, algunos dicen que comenzó a tener amoríos con un joven estudiante, otros que se enteró de que el mismo celoso le era infiel a ella, pero definitivamente acabó con el divorcio en 1938.

En los años posteriores María Félix y su hijo Quique vivieron juntos en la ciudad de Hermosillo, Sonora, antes de mudarse a la Ciudad de México. En una visita a su hijo, Enrique Álvarez lo llevó ilegalmente a vivir con él a Guadalajara, donde lo recibió su abuela paterna.

Poco tiempo después María, que ya despuntaba en el cine nacional, le cumplió la promesa a su ex-esposo de un día ser más importante que él, esto le hizo de valor para confrontarlo. A su lado la actriz tenía a Agustín Lara, el “músico poeta” con quien contrajo matrimonio en 1945.

Juntos, Agustín y María lograron recuperar al pequeño Enrique, quien a partir de ese momento vivió, para bien o para mal, al cuidado de su exitosa madre, sacando así al celoso padre de su vida de forma definitiva.

La relación entre “La Doña” y su hijo es otra historia que sigue siendo objeto de polémica hasta el día de hoy.

La actriz se divorció y se estableció en la Ciudad de México con su hijo, después lo envió a una escuela militar a Canadá / Foto: Cortesía | Instagram mariafelixofficial

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