La época dorada de los bailes de la alta sociedad, siempre imitada pero nunca igualada. De aquella herencia del porfiriato ya solo quedan los recuerdos, de vestidos de gala y reinas de la noche que venían a lucirse de ambos lados de la frontera.
Hace un par de años el cronista de Hermosillo, Ignacio Lagarda, nos recordaba los bailes “Blanco y negro”, que por buena parte del Siglo XX recibieron a la crème de la crème de la sociedad postrevolucionaria en Sonora, incluyendo a la Mujer Maravilla de los años setenta, Lynda Carter.
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Desde 1939, a la usanza del centro del país, los invitados se daban cita en el Palacio de Gobierno para reunir fondos destinados a las familias de escasos recursos del estado, con embajadoras invitadas de distintos municipios, estados de la república y hasta de Estados Unidos para buscar ser coronadas como la reina del baile Blanco y Negro.
Aunque los mejores bailes que se recuerdan se dice que fueron los de el periodo del gobernador Luis Encinas, de 1961 a 1967, fue en la edición de 1970 cuando la aristocracia sonorense recibió a una joven Lynda Carter, quien crecería para ser una de las actrices más queridas de la Unión Americana tras interpretar a Wonder Woman en 1975.
En los tiempos de su visita a Sonora, Lynda, de padre irlandés y madre mexicana, era conocida por su belleza y talento en salones musicales de Arizona, donde ganaba más de 400 dólares a la semana, viajando por diferentes estados en tours.
La joven cantante vino a Hermosillo en representación del estado de Arizona, de donde es originaria, y aunque no pudo hacerse con la corona esa noche, la experiencia le acompañaría dos años después, cuando de pura casualidad entró al concurso Miss Arizona en 1972 y quedó en primer lugar. Para el año siguiente ya era la reina del concurso de belleza Miss Estados Unidos.
Pocos tiempo después de hacerse una presencia en los medios americanos, Lynda Carter comenzó a tomar lecciones de actuación junto a grandes nombres de la escena en la época como Stella Adler y Charles Conrad. El salto a la televisión se dió de forma natural, empezando con papeles pequeños como invitada.
Así nació la verdadera Mujer Maravilla
El verdadero salto llegaría en 1978, también por una casualidad. Cuando se presentó a una audición para una película en la que no terminó siendo aceptada, al productor aún así le gustó tanto que llamó a su amigo Douglas Cramer, de la Warner Bros, quien se encontraba realizando un piloto para la serie de The New Original Wonder Woman.
Actualmente Lynda Carter, a sus 71 años, es celebrada tanto por su carrera como su trabajo de activismo, especialmente a favor del movimiento #MeToo, con el que compartió sus experiencias de abuso en la industria del entretenimiento.
También ha hablado en favor de causas LGBT+ y por las personas con discapacidad, incluso fue nombrada Grand MArchal para la marcha del orgullo en Washington en 2013.
En 2011 tuvimos la oportunidad de verla en la televisión mexicana cuando participó en el programa en vivo “La Academia”, entonando la canción Let The Good Times Roll junto a alumnos del reality.