Desde hace casi 45 años, Arturo Dávila Pacheco ha prestado sus servicios en lo que hoy es el Departamento de Bomberos de Hermosillo.
El gusto por servir a la comunidad comenzó desde que era un niño, pues el hoy coordinador de Logística y Capacitación, siempre participó en grupos de Boy Scouts e incluso estuvo sirviendo en una parroquia como acólito.
Cuando estudiaba la preparatoria, Arturo dejó de participar en dichos grupos juveniles para realizar su servicio social en la estación de bomberos, sin embargo, librar tal requisito estudiantil no era su única intención.
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“Siempre me llevó alrededor de año y medio en ingresar, ingresé en octubre del año 77, ya llevaba un propósito doble, no fue mi idea hacer nada más el servicio social e irme, aquí sigo, después de casi 45 años aquí sigo”, relató.
Entró como bombero voluntario, recibió entrenamiento oficial, para manejar unidades y al poco tiempo fue el jefe del personal de guardia.
Luego de 10 años en la institución, a Arturo le tocó presenciar la municipalización del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Hermosillo, esto durante la administración del alcalde Guillermo Balderrama, cambiando al esquema que se tiene en este momento.
“Yo tenía la idea de seguir nada más como voluntario; sin embargo, el comandante me invitó a participar como parte ya de bomberos de nómina, y accedí, tenía poco tiempo de haber terminado mi carrera universitaria como geólogo”, apuntó.
Posteriormente, unos asuntos familiares le demandaron mucho tiempo, por lo que optó salir de la nómina para solamente ser voluntario, cosa que el comandante aceptó, pero a cambio de que se hiciera a cargo del área.
Así pasó el tiempo, llegó el año 2000 y nuevamente se abrió la oportunidad de regresar a la nómina, y desde entonces Arturo ha estado en ese estatus, pasando por un sinnúmero de incidentes que le han marcado la vida.
El primer incendio que le tocó atender fue a los meses de entrar a la institución, tratándose de un caso muy conocido: el primer incendio del restaurant Miyako.
Otro siniestro que recuerda mucho fue el de una empresa por rumbos del Periférico Sur, donde hubo un colapso de la estructura, quedando atrapado entre los escombros, situación que le pasaría factura años más adelante.
“Yo quedé atrapado debajo de los escombros ahí, años después tuve que operarme de la columna y una bola de cosas, mi rehabilitación llegó a un punto en el que pude seguir trabajando aquí, pero por poquito no salgo, fue una cosa impresionante que lo marcan a uno y lo enseñan también”, expresó.
El oficial Arturo resaltó que el trabajo del bombero no es nada fácil, pues en 45 años de trayectoria le ha tocado todo el proceso de profesionalización, incendios y rescates que ponen en riesgo la vida, que se traducen en incontables horas al servicio de la comunidad.
“Al bombero no lo podemos ver como alguien que va a bajar de un carro, conectar una manguera y empezar a echar agua para que se apague un incendio, este oficio es muy complejo, se necesita gran cantidad de conocimiento, son incendios, son rescates de siete u ocho tipos, son asuntos con el problema de las sustancias químicas que se derraman, muchas situaciones arriesgadas”, abundó.
¿Cuál es el principal rasgo de tu carácter?
Explosivo, de hecho, entre amigos me dicen “no te enojes”, yo les digo que no estoy enojado, así hablo, grito mucho.
¿Cuál es tu idea de la felicidad perfecta?
El servir a mi familia, a la comunidad, sabiéndome útil de lo que hago soy feliz.
¿El rasgo que más te desagrada de ti mismo?
Soy un poco retraído en asuntos sociales, un poquito, no soy introvertido, soy bastante alegre, pero soy muy poco social.
¿Tu gran miedo?
Tengo un hijo con capacidades distintas y no sé qué va a ser de él el día que yo no esté.
¿Cuál es tu estado de ánimo actual?
Ansioso.
¿Persona a la que más admiras?
Tengo personas que ya se fueron y que yo admiraba mucho, se me acaba de morir mi mamá, yo era muy hijo de mi mamá.
¿Situaciones que más te generan desprecio?
El racismo en general, la gente que trata diferente a la gente tiene mi desprecio total, eso no lo puedo soportar.
¿Qué o quién es el gran amor de tu vida?
Yo creo que son mis hijos, tengo tres, Arturo, Rubén y Sarah Lidia.
¿Qué talento te gustaría tener?
Tocar algo, en general la guitarra me hubiera gustado, pero soy muy torpe en el movimiento.
¿Cuál crees que es tu mayor logro?
Ya mis hijos encarrerados, listos para la vida.
¿Dónde te gustaría vivir?
Vivo en donde me gusta, me gusta la ciudad, sé que nos falta un friego, pero estoy contento de vivir aquí.
¿Con qué personaje histórico te sientes más identificado?
Nelson Mandela, he seguido la vida de ese hombre y es muy inspirador.
¿Tu pasatiempo favorito?
Salir al monte, caminar, como fui scout y todo eso, me apasiona subir cerros, todo ese tipo de cosas.
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¿Música favorita?
Las oldies de rock, setenteras y ochenteras.
¿Qué palabras o frases utilizas con más frecuencia?
Órale pues, todo mundo me conoce por esa frase.
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