Desde hace 25 años la institución Hogares Sor María de Jesús Sacramentado ha operado en Hermosillo a favor de las personas de la tercera edad que se encuentran en estado de vulnerabilidad.

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El albergue también conocido como “Madre Amable” se ha encargado de rescatar a personas mayores en situación de calle, en abandono y/o que sufren de violencia intrafamiliar, manifestada en diferentes modalidades.

Alma Olivia Salcedo, directora de la institución, detalló que actualmente albergan a 25 abuelos, 10 son mujeres y 15 son hombres.

“Nosotros brindamos bienestar integral a los ancianos por medio de una vivienda digna, de una alimentación adecuada y suficiente para ellos y de una atención médica con todos los requerimientos de la tercera edad. Se da seguimiento a todas las patologías y a las enfermedades crónico-degenerativas que ellos padecen, se les da fisioterapia, se les da atención médica y psicológica”, abundó.

80% de los ancianos que viven en la casa hogar cuentan con alguna discapacidad, ya sea total o parcial, por lo que el apoyo de la sociedad se vuelve indispensable.

Dificultades por pandemia

Una de las dificultades más grandes en los últimos años ha sido el paso de la pandemia por el Covid-19, no fue fácil sostener al albergue en el terreno económico, pues los gastos de operación rondan los 150 mil pesos mensuales.

“Tenemos una nómina de 13 personas, que incluye ocho cuidadoras, dos cocineras, una encargada de lavandería, una enfermera y un médico, y pues todos los gastos que representan los pañales, la alimentación”, aseveró.

Asimismo el convenio del cual recibían recurso por parte del gobierno estatal culminó anticipadamente en septiembre pasado, tema que no ha sido retomado por la actual administración, hablando específicamente del programa Peso por Peso.

“Lo terminaron anticipadamente y están reestructurándolo, pero mientras lo reestructuran yo tengo 25 ancianitos que requieren comer tres veces al día”, dijo.

Época navideña

Pese a las complicaciones económicas, la casa hogar ha salido adelante y en ningún momento han dejado de atender a sus abuelos, esto gracias a los ciudadanos que diariamente aportan con una donación económica o en especie.

Actualmente el 40% de los ingresos del albergue son por donaciones en efectivo, mientras que el 30% son en especie y el resto proviene de otras fundaciones de asistencia social.

“La sensibilidad de la gente siempre está, siempre en todas las temporadas del año hay gente que nos está apoyando y que se acerca a la casa hogar, llámese el Día de las Madres, el Día del Padre, del Adulto Mayor, pero en estas fechas decembrinas se desboca la sensibilidad, la empatía con los ancianos y sí tenemos mucha ayuda gracias a Dios”, expresó.

Gracias a una campaña de redondeo, informó la directora, recibirán recurso extra para la alimentación del mes de diciembre, además para la cena navideña y de Año Nuevo.

Sin embargo, lo que a los abuelos más les hace falta en estas fechas son las donaciones de artículos como pañales de talla grande, material de limpieza y aseo personal, así como alimentos perecederos, ya que se requiere de carne, verduras y frutas.

“En este tiempo los abuelos consumen muchos atolitos, avena, Maicena, chocolatito y eso hace mucha falta, sus colaciones en la tarde con un cafecito, sus galletas, sus panecitos, su fruta”, expuso.

Un día normal

Los abuelos pasan una estancia agradable durante el día, pues algunos como es su costumbre madrugan desde las 4:00 o 5:00 de la mañana para tomarse su primer café del día.

Posteriormente ingresan a bañarse, se ponen su mejor ropa y entran a la cocina donde se les entrega su desayuno caliente.

Durante la mañana llegan las jóvenes pasantes de fisioterapia y comienzan con los ejercicios musculares, con el objetivo de que los abuelos se mantengan funcionales.

A mediodía los abuelos ponen música y conviven con la gente que hace una visita al albergue, cantan, juegan a la lotería, algunos ven la tele, entre otras actividades de esparcimiento.

Después de comer toman una siesta para después ser despertados por el aroma del café y la colación de la tarde.

A las 17:00 horas acude el personal de la terapia ocupacional, quienes les ponen a hacer actividades cognitivas y manuales.

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Por último los inquilinos cenan, ven televisión, a algunos les gusta ser informados por medio de noticieros y a otros ser entretenido por medio de telenovelas, películas e incluso peleas de boxeo durante los fines de semana.