No hay persona más protectora que una madre que ama a sus hijos, es por esto que día a día se esfuerzan para asegurar su bienestar.
Este 10 de mayo es la oportunidad perfecta para reconocer a todas esas mamás que se han enfrentado a guerras que muchas veces resultan difíciles de asimilar, como en el caso de Claudia Montaño, quién vivió momentos de pesadilla al enterarse del estado de salud de su hijo.
“La peor noticia que puede tener una mamá es que su hijo está enfermo, pero aparte de eso, que tiene una condición médica terminal, como lo fue en el caso de Pablo Emilio”, confesó.
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El diagnóstico de su hijo fue de insuficiencia renal en etapa terminal y la única opción que tenía era recibir un trasplante renal, lo que da comienzo a una admirable historia.
La mamá de Pablo Emilio relata cómo fue que, por una cita médica para una cirugía de rodilla, los resultados de los análisis pre operatorios indicaron que su sangre estaba muy intoxicada con un nivel muy alto de creatinina, con lo que se confirmaba que sus riñones no realizaban su función.
“Desde ese día empezó un camino bastante difícil en el sentido de que tuvimos que empezar desde cero, no sabíamos ni para dónde agarrar pues la noticia se presentó en un momento muy complicado en diferentes sentidos”, confesó.
Claudia Montaño expresa que en ocasiones las cosas parecen alinearse no precisamente de forma positiva, ya que, al recibir el diagnóstico de su hijo, su familia se enfrentaba a una situación económica muy dura, así como otras complicaciones.
Su hijo debía recibir hemodiálisis de forma inmediata, razón por la que sintió que el mundo se le vino encima, pues se trataba de un joven que iniciaba su carrera universitaria y que debía suspender sus clases para dedicar su tiempo a las atenciones médicas.
El apoyo nunca faltó
Al poco tiempo de recibir la noticia, la madre de Pablo Emilio comenzó a recibir varias llamadas de apoyo tanto emocional como económico en mucha gente interesada en ayudar, aunque entre ellas hubo una muchachita conocida de la familia, que se ofreció para los estudios requeridos y poder ser donante de riñón.
“En ese momento me quedé fría porque no sabía si se podía que alguien vivo pudiera donar un riñón, pues estaba totalmente ajena al tema en ese momento”, confesó.
De inmediato Claudia Montaño acudió con un médico especialista para informarse de la situación, a lo que le informó que era casi imposible que fueran compatibles al no ser familiares.
“Finalmente las madres siempre somos intercesoras en todos los milagros y cosas que suceden, pues la mamá de la muchachita me habla un día para regañarme por no hacerle caso a su hija y en ese momento me recorrió un sentimiento de asombro”, expresó.
La mamá de Fernanda, quién voluntariamente ofreció su riñón para Pablo Emilio, confesó que su hija había tenido un llamado de Dios en el que se le pedía ser la donadora, por lo que se realizó la prueba de compatibilidad.
A los cinco días del estudio, Claudia Montaño recibió los estudios y confiesa que la esperanza se derrumbó al ver que en la carta recibida se podía leer con letras gigantes la palabra “Negativo”, momento en el que, a pesar de estar mentalizada, tuvo fuerte sentimiento de angustia.
Al salir del laboratorio, la mujer que le había entregado la hoja le habla nuevamente para indicarle que le faltaba un sello, pero a ese punto ella ya no quería saber nada.
“Luego me dice con mucho gusto y emoción que Negativo significaba negativo a rechazo y que Pablo Emilio y Fernanda eran compatibles”, compartió.
El amor de una madre lo puede todo
Desde ese momento Claudia sintió que había sido un milagro y comenzaron el protocolo del donador en el que se hacen estudios de todo, como dentistas, psicólogo, urólogo, psiquiatra, endocrinólogo, cardiólogo y muchos más, encargados de certificar el estado del donador.
“En ocasiones mi hijo se me quebrara y ahí es donde yo cómo mamá tenía que poner todo mi cariño, entendimiento y comprensión para que él pudiera entender que era un proceso y que ninguno de los dos íbamos a decidir en que iba acabar”, relató.
Comparte que llegaba a un acuerdo con su hijo para llorar sólo ciertos días mientras que los otros seguían con la lucha al realizar actividades para recaudar fondos.
La historia conmovió a muchas personas que decidieron apoyar a la familia hasta volverse virales en el momento, situación que fue muy favorable.
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A los cinco meses del diagnóstico, Pablo Emilio recibe su trasplante de riñón durante una cirugía de más de 5 horas la cual fue considerada como un milagro por parte de los doctores, quienes fueron testigos de un acontecimiento nunca antes visto, pues lo interpretan como si el riñón de Fernanda siempre hubiera sido de Pablo.
Actualmente han pasado 6 años de lo sucedido y Claudia Montaño comparte una historia que es digna de reconocer y por supuesto resaltar que mientras se tenga el apoyo y presencia de una mamá, todo es posible.
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