Más del 40% de las personas que se encuentran internadas en los centros de rehabilitación de Hermosillo han probado fentanilo al menos una vez o ha sido su droga de impacto, esto de acuerdo con datos del programa “Por uno más”, que lleva terapias y acompañamiento a jóvenes internados.
Gustavo Buelna López, fundador y director del programa “Por Uno Más”, señaló en entrevista para El Sol de Hermosillo, que Sonora, por su ubicación geográfica, al ser un estado fronterizo con Estados Unidos, es una de las entidades del país con mayor índice de consumo de drogas y por consecuencia de violencia.
El también estudiante de psicología detalló que en Hermosillo existen poco más de 70 centros de rehabilitación (entre públicos y privados), en los cuales se brinda tratamiento contra adicciones a un aproximado de 120 personas.
En ese sentido, detalló que “Por uno más”, también realiza estudios de estadística con gran parte de los jóvenes internados y, de acuerdo con los resultados de la última evaluación, en Hermosillo el 41.7% de las personas que llevan tratamiento residencial han probado el fentanilo al menos una vez o ha sido su droga de impacto, mientras que el 33% se encuentra internado por uso de metanfetamina.
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La causa de que este porcentaje de personas reincidan en el consumo de drogas, dijo es principalmente que no existe un seguimiento luego de la rehabilitación, ya que el 23% mencionó que lo que más les hace falta para lograr salir de un proceso fortalecidos es terapia psicológica, mientras que el 11.7% dijo que les faltó consejería en adicciones y el 61% menciona la terapia espiritual como un factor determinante.
Si bien en Hermosillo existen centros de rehabilitación especializados para mujeres, así como para hombres, y también mixtos, dentro del programa el 95% de las personas con las que se trabaja en rehabilitación son del sexo masculino, mientras que el 5% corresponde al sexo femenino.
“Existen esos datos medibles, pero algo de lo que no se tiene una cifra, es de las noches que pasa sin dormir una madre de familia al saber que su hijo se está drogando”, expresó.
Buelna López comentó que “por desgracia actualmente la rehabilitación es un tema que se ha normalizado”, es decir, ya no genera el mismo impacto en el día a día de las personas, incluso restándole importancia el problema, lo cual es perceptible debido al tamaño de las poblaciones de estos centros, que se ha incrementado en los últimos años.
“Es tan grande la población que lleva tratamiento de rehabilitación que lamentablemente ya se ve esto como algo común, por lo que cada día es menos sensible para las personas que digan que van saliendo de un centro de rehabilitación”, apuntó.
Para quienes buscan integrar a un familiar o amigo en un programa de rehabilitación, recomendó que se aseguren que el equipo de personas que trabaja en el centro como consejeros en adicciones, psicólogos y terapeutas se encuentren certificados para prestar estos servicios, así mismo, se debe pedir que se les permita ver las instalaciones a donde van a internar a la persona.
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“Que las familias no tengan miedo de llevar a un tratamiento residencial a su familiar, ya que un internamiento siempre va a volver a brindar esperanza y motivación, pero sobre todo ayudará a familiares y usuarios a estabilizarse para saber que decisiones tomar respecto a su futuro”, finalizó.
De acuerdo con estudios de la Universidad de Yale, solo el 12% de las personas internadas que llevan un tratamiento logran rehabilitarse y mantenerse en abstinencia o sobriedad.
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