Ser niño es una de las mejores etapas en la vida de un ser humano, es cuando se forman los valores, cuando se conocen a los amigos que se volverán hermanos, cuando se adquieren conocimientos fundamentales como leer, escribir y sacar cuentas, pero sobre todo se vive y se disfruta el día.
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Para celebrar este 30 de abril, Día del Niño, en El Sol de Hermosillo te compartimos algunos datos interesantes sobre la niñez en nuestro estado.
En Sonora, hay 749 mil 450 niñas y niños de entre cero y 14 años de edad, con una totalidad de menores de hasta 17 años de 915 mil 731, esto según la última proyección del 2018 de la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (Endid) del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
A pesar de que la salud es uno de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes que están previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en Sonora solamente el 86.7% está afiliado a algún servicio de esta naturaleza o de seguridad social.
La educación es otro de los derechos reconocidos en México, pero en Sonora, del total de la población en edad escolar de básica a media superior, es decir preescolar a preparatoria, que son de los tres a los 17 años, 87 de cada 100 estudian.
Una de los instrumentos actuales que podrían indicar las desigualdades sociales que hay en el Estado, es que del total de los menores de entre seis y 17 años apenas el 76.8% accede diariamente a Internet, lo que podría dificultar las clases a distancia ahora que se hacen en esta modalidad por la contingencia por Covid-19.
Asimismo, solamente el 3.8% de todos los infantes y adolescentes sonorenses tienen acceso a los beneficios de programas de Gobierno, cómo lo pueden ser becas o ayudas alimenticias, entre otros.
Uno de los sectores más vulnerables son los menores con algún tipo de discapacidad, de los cuales, en Sonora, del total de las niñas, niños y adolescentes, el 2.3% tienen algún tipo de discapacidad y el 4.9% alguna limitación para realizar sus actividades cotidianas.
El caso de los niños sonorenses es tan variado, hay menores que crecen en el mar, en el desierto, la montaña, la ciudad, zonas rurales, campesinas o ganaderas, pero todos tienen algo en común, deben ser niños felices que crecen con cariño a su tierra, valores que durante esta etapa de contingencia puede ser aprovechado para reforzar desde casa, la mejor escuela que tendrán en la vida.