/ sábado 6 de agosto de 2022

Corren rumores | De militantes a empleados

Al fin les gana el origen… Parece que los partidos políticos mexicanos no pueden resistir el dejar de ser un partido de cuadros y militantes activistas que actúan por convicción ideológica y personal, por convertirlo en un partido de masas en donde la mayoría sólo ven en ese partido beneficios materiales y como una agencia de colocaciones para conseguir algún buen hueso.

Al no tener convicciones sino ambiciones no se presentan dilemas morales. Porque si hoy el jefe amanece de izquierda, los militantes gritarán, que tan a la izquierda jefe. O si se vuelve a la derecha, nomás preguntan qué tanto. Eso lo vimos con los populistas de Echeverría y los tecnócratas de Salinas de Gortari. Pues bien, hoy Morena no pudo sustraerse a la seducción de ser partido de masas, porque debe sentirse sabroso decirle al jefe máximo: Jefe, tenemos un padrón de tres millones de militantes. Nunca le dirán que la mitad están a sueldo y los otros son clientes electorales por los programas sociales. Así lo hizo el PRI y luego lo hizo el PAN. Entonces, no es pecado.

El riesgo perredista… En su momento el PRD fue un partido producto de movimientos de izquierda luchadora, activista, sacrificada y con mucho entusiasmo. Pero llegó el momento que comenzó a ganar y sus activistas se volvieron burócratas. Ya no salían a la calle y todo era simulación con el manejo de imágenes en los medios de comunicación. Hoy es en las redes. Y qué pasó, pues comenzó el canibalismo entre las tribus porque consideraban, como en el caso del Distrito Federal, que el triunfo era seguro y ahora había que pelear, no por el voto ciudadano, sino por el dedazo del jefe y por conseguir un buen hueso.

Inflando padrones… Y para mostrar que eran un partido en crecimiento comenzaron a inflar padrones electorales. El chiste no era lo que costara cada uno de estos afiliados, sino que eran votos al momento de las asambleas donde se elegirían candidatos. Esto provocó una verdadera guerra de tribus que terminó en tremendas divisiones al grado de que se tuvieron que anular elecciones de dirigentes y candidatos, por el cochinero al que llegaron para lograr sus objetivos. Algo como lo que vimos el pasado domingo con Morena, en donde no se detuvieron para cometer toda clase de mapacherías. Ahorita la cubrieron, pero ya se dieron cuenta que eso existirá si no hay una solución de fondo. Otro ejemplo del inflado de padrones fue con el PAN y el padrecismo en Sonora, cuando registraron hasta cholos, que después movilizaban previo pago desde luego, porque no eran militantes, eran mercenarios.

Casi cien mil... Ahora seguramente le han de haber presumido al gobernador Alfonso Durazo que casi lograban un padrón de cien mil militantes de Morena en Sonora. Lo que no le dijeron (¿o ya lo sabía?) fue lo que costaron, porque ha trascendido que el voto se pagó a 200 pesos y cien por cada acompañante, al que desde luego le daban su doscientón. Seguramente se dieron cuenta que los pueden movilizar y que les costará una buena feria. Pero qué importa. Los priistas y panistas pueden dar testimonio que no hay nada más costoso que una derrota política y electoral. Por eso Morena no se tienta el corazón ni el bolsillo para gastar en tener un padrón para movilizar.

Llevaron de manita de cochi… Otro grupo integrado al padrón de Morena en esta votación de consejeros políticos fueron los empleados y funcionarios de gobierno, a los que obligaron a que acudieran a votar. Pero además en algunas dependencias les exigieron bajo amenaza que tenían que llevar veinte más con ellos para que votaran y de paso se registraran como fervientes militantes de Morena. Obvio que hay burócratas que no le entienden a esto del activismo político y nomás llegaron con sus familiares. A estos es posible que entren en la lista de la guillotina que dicen se anunciará este 1 de septiembre. Igual puede ser puro calambre, porque sería muy obvio que comenzaran un recorte de burocracia y fuera contra personal que no se alineó o que no cumplió con su cuota de acarreados. Ya veremos.

Igual que los panistas… Hasta el momento no han llegado al grado de los panistas en tiempo de Padrés cuando no sólo los obligaban a darse de alta en el PAN, sino que en un evento de Javier Gándara los hicieron firmar un documento que tenía de portada sólo registro de asistencia, pero luego lo cambiaron y resulta que los empleados de gobierno que fueron habían firmado que estaban de acuerdo de que les descontaran hasta el 15% de su sueldo para el partido. Cuando llegó el primer descuento fueron a ver por qué pasó eso y le dijeron que ellos lo habían autorizado y por escrito. Ah, y si no les gustaba que pidieran se les cancelara el descuento, pero iban a perder el trabajo. Uyyyy, y entonces el padrón panista creció, creció y creció. Pero a la hora de votar los que no fueron supervisados votaron en contra. Aguas.

En fin, lo bueno que es sabadito lindo y querido, y por lo mismo recuerden lo que decía el Vaquero Moreno, arrieros somos porque no estudiamos. Sale.

Al fin les gana el origen… Parece que los partidos políticos mexicanos no pueden resistir el dejar de ser un partido de cuadros y militantes activistas que actúan por convicción ideológica y personal, por convertirlo en un partido de masas en donde la mayoría sólo ven en ese partido beneficios materiales y como una agencia de colocaciones para conseguir algún buen hueso.

Al no tener convicciones sino ambiciones no se presentan dilemas morales. Porque si hoy el jefe amanece de izquierda, los militantes gritarán, que tan a la izquierda jefe. O si se vuelve a la derecha, nomás preguntan qué tanto. Eso lo vimos con los populistas de Echeverría y los tecnócratas de Salinas de Gortari. Pues bien, hoy Morena no pudo sustraerse a la seducción de ser partido de masas, porque debe sentirse sabroso decirle al jefe máximo: Jefe, tenemos un padrón de tres millones de militantes. Nunca le dirán que la mitad están a sueldo y los otros son clientes electorales por los programas sociales. Así lo hizo el PRI y luego lo hizo el PAN. Entonces, no es pecado.

El riesgo perredista… En su momento el PRD fue un partido producto de movimientos de izquierda luchadora, activista, sacrificada y con mucho entusiasmo. Pero llegó el momento que comenzó a ganar y sus activistas se volvieron burócratas. Ya no salían a la calle y todo era simulación con el manejo de imágenes en los medios de comunicación. Hoy es en las redes. Y qué pasó, pues comenzó el canibalismo entre las tribus porque consideraban, como en el caso del Distrito Federal, que el triunfo era seguro y ahora había que pelear, no por el voto ciudadano, sino por el dedazo del jefe y por conseguir un buen hueso.

Inflando padrones… Y para mostrar que eran un partido en crecimiento comenzaron a inflar padrones electorales. El chiste no era lo que costara cada uno de estos afiliados, sino que eran votos al momento de las asambleas donde se elegirían candidatos. Esto provocó una verdadera guerra de tribus que terminó en tremendas divisiones al grado de que se tuvieron que anular elecciones de dirigentes y candidatos, por el cochinero al que llegaron para lograr sus objetivos. Algo como lo que vimos el pasado domingo con Morena, en donde no se detuvieron para cometer toda clase de mapacherías. Ahorita la cubrieron, pero ya se dieron cuenta que eso existirá si no hay una solución de fondo. Otro ejemplo del inflado de padrones fue con el PAN y el padrecismo en Sonora, cuando registraron hasta cholos, que después movilizaban previo pago desde luego, porque no eran militantes, eran mercenarios.

Casi cien mil... Ahora seguramente le han de haber presumido al gobernador Alfonso Durazo que casi lograban un padrón de cien mil militantes de Morena en Sonora. Lo que no le dijeron (¿o ya lo sabía?) fue lo que costaron, porque ha trascendido que el voto se pagó a 200 pesos y cien por cada acompañante, al que desde luego le daban su doscientón. Seguramente se dieron cuenta que los pueden movilizar y que les costará una buena feria. Pero qué importa. Los priistas y panistas pueden dar testimonio que no hay nada más costoso que una derrota política y electoral. Por eso Morena no se tienta el corazón ni el bolsillo para gastar en tener un padrón para movilizar.

Llevaron de manita de cochi… Otro grupo integrado al padrón de Morena en esta votación de consejeros políticos fueron los empleados y funcionarios de gobierno, a los que obligaron a que acudieran a votar. Pero además en algunas dependencias les exigieron bajo amenaza que tenían que llevar veinte más con ellos para que votaran y de paso se registraran como fervientes militantes de Morena. Obvio que hay burócratas que no le entienden a esto del activismo político y nomás llegaron con sus familiares. A estos es posible que entren en la lista de la guillotina que dicen se anunciará este 1 de septiembre. Igual puede ser puro calambre, porque sería muy obvio que comenzaran un recorte de burocracia y fuera contra personal que no se alineó o que no cumplió con su cuota de acarreados. Ya veremos.

Igual que los panistas… Hasta el momento no han llegado al grado de los panistas en tiempo de Padrés cuando no sólo los obligaban a darse de alta en el PAN, sino que en un evento de Javier Gándara los hicieron firmar un documento que tenía de portada sólo registro de asistencia, pero luego lo cambiaron y resulta que los empleados de gobierno que fueron habían firmado que estaban de acuerdo de que les descontaran hasta el 15% de su sueldo para el partido. Cuando llegó el primer descuento fueron a ver por qué pasó eso y le dijeron que ellos lo habían autorizado y por escrito. Ah, y si no les gustaba que pidieran se les cancelara el descuento, pero iban a perder el trabajo. Uyyyy, y entonces el padrón panista creció, creció y creció. Pero a la hora de votar los que no fueron supervisados votaron en contra. Aguas.

En fin, lo bueno que es sabadito lindo y querido, y por lo mismo recuerden lo que decía el Vaquero Moreno, arrieros somos porque no estudiamos. Sale.