/ martes 2 de abril de 2024

Democracia y debate | Linchamiento

Todo está mal cuando la ley es tomada por los ciudadanos, cuando la ley no vale y cuando la muerte se paga con la muerte por venganza, sin ánimo de justicia, más bien con ánimo de miedo que responde a la impotencia de un estado ausente.

Que es culpa de la madre, que es culpa del presidente municipal, que es culpa de la Policía Estatal, que es culpa de la Gobernadora, que es culpa de los vecinos, que es culpa de la otra pequeña, que es culpa de todos y de nadie.

La culpa es de aquellos que piden el voto para gobernar y al final imponen la ausencia de gobierno como estilo propio, la culpa de aquellos que confiaron en un salvador el cual desdeño la ley, las instituciones y el Gobierno, la culpa es de todos los que el próximo proceso electoral no actúen con valor y sentido cívico, la culpa es de aquellos que se han acostumbrado a la kakistocracia, la culpa es de los mediocres y de los carentes de ética, la culpa es de todos y de ninguno.

El resultado es la muerte, el resultado es la violencia, el resultado es la falta de autoridad, de ley y de justica.

La justicia está en manos de quienes responden al dolor, al miedo, a la ausencia de estado. El resultado es la muerte y el temor de todos.

Doscientos cincuenta mil pesos son el detonante que desnuda la profunda descomposición en la que estamos, 250 mil pesos son suficientes para incendiar un municipio entero, para repartir culpas y mostrar ineptos, 250 mil pesos bastan para llenar de dolor y muerte nuestro bello país.

No pasará nada, nadie será responsable de nada, es este país que cada día se acostumbra más y más a la sinrazón y al desgobierno, lo extraño es que renunciara el presidente municipal y la gobernadora del estado.

Lo realmente extraordinario sería que se lograra la justicia donde sólo queda la ley del talión.

Parece que cada día que pasa nos acostumbramos al engaño, a la mentira, a la mediocridad, todo a cambio de becas y programas sociales que lo que están logrando no es la lucha contra la pobreza, están comprando voluntades para vivir con una venda en los ojos, que solo cae de cuando en cuando, por el miedo y la rabia que conducen al linchamiento.


Todo está mal cuando la ley es tomada por los ciudadanos, cuando la ley no vale y cuando la muerte se paga con la muerte por venganza, sin ánimo de justicia, más bien con ánimo de miedo que responde a la impotencia de un estado ausente.

Que es culpa de la madre, que es culpa del presidente municipal, que es culpa de la Policía Estatal, que es culpa de la Gobernadora, que es culpa de los vecinos, que es culpa de la otra pequeña, que es culpa de todos y de nadie.

La culpa es de aquellos que piden el voto para gobernar y al final imponen la ausencia de gobierno como estilo propio, la culpa de aquellos que confiaron en un salvador el cual desdeño la ley, las instituciones y el Gobierno, la culpa es de todos los que el próximo proceso electoral no actúen con valor y sentido cívico, la culpa es de aquellos que se han acostumbrado a la kakistocracia, la culpa es de los mediocres y de los carentes de ética, la culpa es de todos y de ninguno.

El resultado es la muerte, el resultado es la violencia, el resultado es la falta de autoridad, de ley y de justica.

La justicia está en manos de quienes responden al dolor, al miedo, a la ausencia de estado. El resultado es la muerte y el temor de todos.

Doscientos cincuenta mil pesos son el detonante que desnuda la profunda descomposición en la que estamos, 250 mil pesos son suficientes para incendiar un municipio entero, para repartir culpas y mostrar ineptos, 250 mil pesos bastan para llenar de dolor y muerte nuestro bello país.

No pasará nada, nadie será responsable de nada, es este país que cada día se acostumbra más y más a la sinrazón y al desgobierno, lo extraño es que renunciara el presidente municipal y la gobernadora del estado.

Lo realmente extraordinario sería que se lograra la justicia donde sólo queda la ley del talión.

Parece que cada día que pasa nos acostumbramos al engaño, a la mentira, a la mediocridad, todo a cambio de becas y programas sociales que lo que están logrando no es la lucha contra la pobreza, están comprando voluntades para vivir con una venda en los ojos, que solo cae de cuando en cuando, por el miedo y la rabia que conducen al linchamiento.