/ martes 20 de febrero de 2024

Democracia y debate | Tomar la calle para tomar el poder

El domingo 18 de febrero, nuevamente la sociedad civil organizada salió por miles a la calle y nuevamente el poder lo menosprecia, la hace a un lado, le resta importancia, es como si estuviéramos viendo la misma película nuevamente.

El poder descalifica la movilización social, como antes era descalificado AMLO que era el que, encabezada las marchas y concentraciones, ahora que él es poder, hace lo mismo que le hicieron, veremos si el resultado es el mismo que él tuvo.

Menospreciar a miles y miles de personas manifestándose en contra de un sistema que gobierna es un error que ya se cometió en el pasado, cuando se menospreciaba a Andrés y ahora él es el Presidente. Pero vemos cómo Andrés Manuel desdeña las concentraciones y las movilizaciones, es decir repite la historia, veremos si se repite el resultado.

Antes era AMLO que organizaba y movilizaba, ahora es otro grupo el que hace lo propio, tratar de desacreditarnos parece que hace más fuerte la molestia y mantiene a la gente en la calle, ahora veremos si de las calles logran pasar el descontento a las urnas, será entonces cuando se den cuenta del error que cometieron hoy los que gobiernan, como antes lo cometieron los que hoy son oposición.

De los que marchan se puede decir mucho, se les puede señalar de lo que sea, pero hace falta un poco de voluntad para un domingo dejar la comodidad de tu casa, dejar de hacer lo que sueles hacer un domingo temprano para salir a la calle y marchar, gritar, señalar y reclamar por un modelo, el de la 4T que tanto ha molestado y sigue molestando a millones de mexicanos.

Ya son varias ocasiones que estas masivas manifestaciones se presentan, acompañadas de la realidad que en términos de seguridad y salud son duras, el temor a perder las libertades se hace cada vez más grande.

Finalmente, el Plan C, es eso, suprimir a todo el que piense distinto, arrasar con la voluntad de todo el poder y así seguir ignorando las marchas y manifestaciones.

Sólo serán válidas mis protestas, parece que dice el poderoso, que buscará contestar y concentrar con la fuerza del estado a más y más personas.

El tema ahora es pasar de la plaza, al voto, pasar del enojo al cambio, pasar del miedo a la acción electoral.

Tomar la calle, para tomar la elección y así tomar el poder.


El domingo 18 de febrero, nuevamente la sociedad civil organizada salió por miles a la calle y nuevamente el poder lo menosprecia, la hace a un lado, le resta importancia, es como si estuviéramos viendo la misma película nuevamente.

El poder descalifica la movilización social, como antes era descalificado AMLO que era el que, encabezada las marchas y concentraciones, ahora que él es poder, hace lo mismo que le hicieron, veremos si el resultado es el mismo que él tuvo.

Menospreciar a miles y miles de personas manifestándose en contra de un sistema que gobierna es un error que ya se cometió en el pasado, cuando se menospreciaba a Andrés y ahora él es el Presidente. Pero vemos cómo Andrés Manuel desdeña las concentraciones y las movilizaciones, es decir repite la historia, veremos si se repite el resultado.

Antes era AMLO que organizaba y movilizaba, ahora es otro grupo el que hace lo propio, tratar de desacreditarnos parece que hace más fuerte la molestia y mantiene a la gente en la calle, ahora veremos si de las calles logran pasar el descontento a las urnas, será entonces cuando se den cuenta del error que cometieron hoy los que gobiernan, como antes lo cometieron los que hoy son oposición.

De los que marchan se puede decir mucho, se les puede señalar de lo que sea, pero hace falta un poco de voluntad para un domingo dejar la comodidad de tu casa, dejar de hacer lo que sueles hacer un domingo temprano para salir a la calle y marchar, gritar, señalar y reclamar por un modelo, el de la 4T que tanto ha molestado y sigue molestando a millones de mexicanos.

Ya son varias ocasiones que estas masivas manifestaciones se presentan, acompañadas de la realidad que en términos de seguridad y salud son duras, el temor a perder las libertades se hace cada vez más grande.

Finalmente, el Plan C, es eso, suprimir a todo el que piense distinto, arrasar con la voluntad de todo el poder y así seguir ignorando las marchas y manifestaciones.

Sólo serán válidas mis protestas, parece que dice el poderoso, que buscará contestar y concentrar con la fuerza del estado a más y más personas.

El tema ahora es pasar de la plaza, al voto, pasar del enojo al cambio, pasar del miedo a la acción electoral.

Tomar la calle, para tomar la elección y así tomar el poder.