/ jueves 16 de septiembre de 2021

El faro | Contexto, perspectiva y significado

¿Qué es México después de todo?

Esta semana se conmemora la Independencia de nuestro país, la cual celebramos año tras año y recordamos cómo alcanzamos la libertad hace 211 años. Hoy en día comemos, tomamos, viajamos, descansamos, lanzamos fuegos pirotécnicos, en fin, rompemos la rutina, o evitamos la realidad.

El 16 de septiembre en México, es la festividad y celebración simbólica de la fundación de nuestro país. A lo largo y ancho del mundo, así pues, cada país tiene su propia fiesta patria en la que celebran ser quienes son y rinden homenaje a sus héroes caídos. Es un momento para (idealmente) pensar en todas las cosas maravillosas que te ha dado tu país y en lo afortunado que eres de ser de allí.

Pero en estos tiempos disruptivos, postpandémicos contemporáneos no podemos evitar sorprendernos del contexto, la perspectiva y múltiples significados que la raza humana ha decido asumir.

Para empezar la idea de una nación o Estado no es una construcción natural. Y ciertamente no encaja con lo que sabemos sobre la naturaleza humana; el sentido de pertenencia, lo tribal, mezquino, de mentalidad local, etc…


Un poco de historia

En 1648, más de cien líderes de todas las principales potencias europeas se reunieron en Westfalia (lo que hoy es Alemania Occidental) con la esperanza de poner fin a casi 100 años de incesante derramamiento de sangre en el Continente Europeo. En el proceso de llegar a su resolución pacífica, decidieron idear un acuerdo de distinciones legales para ayudar a poner orden y dejar a todos tranquilos.

• Crearon el concepto de frontera nacional, la línea que delimita dónde termina nuestro territorio y el de los demás.

• Inventaron el concepto de soberanía única, la idea de que ya no podemos intentar gobernar a las personas que viven en otro territorio y no podemos tampoco intentar gobernar a las personas dentro de nuestro territorio.

• Fijaron las bases de la diplomacia: las embajadas, el asilo político y la clemencia.

Estos acuerdos prácticos dieron como resultado lo que hoy consideramos un "país". Y esta noción de "país" pronto se exportó a todo el mundo a través de las colonizaciones ya conocidas.

Este tratado práctico del siglo XVII se convirtió accidentalmente en uno de los momentos más importantes de la historia de la humanidad moderna. Porque, sorprendentemente, la gente empezó a identificarse con estos "países" inventados. Por primera vez, la gente comenzó a mirar más allá del idioma, la religión y su tribu. Ahora ya comenzaron a identificarse como argentinos, suizos, italianos, holandeses, venezolanos y estadounidenses. Este fue un cambio monumental en la identidad colectiva. Y uno que no se podría haber predicho en absoluto.

Hoy, al ver las noticias y encender la televisión vemos los partidos deportivos, las copas del mundo, y más claro, las Olimpiadas, donde millones de personas pierden la cordura ante esta construcción abstracta conocida como "país". Realidad que es producto del momento geográfico y periodo en la historia de la humanidad que te toca nacer. Absolutamente “asignado” siglos atrás por individuos con una realidad nada similar a la nuestra.

Hoy en día, cada uno de nosotros disfruta su asueto y pasamos todo el día con amigos y familiares celebrando la creencia completamente arbitraria de que todos somos algo llamado "mexicanos".

Es un fenómeno e hito de la civilización humana. Es una prueba de que los seres humanos son capaces de organizarse en torno a principios y creencias más sofisticadas, en lugar de los rasgos superficiales como el color de la piel o el lenguaje. Y aunque todavía existen diferencias entre la raza humana, podemos valorar y decidir qué significado darle a todo esto, todavía debería darnos esperanza.

¿Qué es México después de todo?

Esta semana se conmemora la Independencia de nuestro país, la cual celebramos año tras año y recordamos cómo alcanzamos la libertad hace 211 años. Hoy en día comemos, tomamos, viajamos, descansamos, lanzamos fuegos pirotécnicos, en fin, rompemos la rutina, o evitamos la realidad.

El 16 de septiembre en México, es la festividad y celebración simbólica de la fundación de nuestro país. A lo largo y ancho del mundo, así pues, cada país tiene su propia fiesta patria en la que celebran ser quienes son y rinden homenaje a sus héroes caídos. Es un momento para (idealmente) pensar en todas las cosas maravillosas que te ha dado tu país y en lo afortunado que eres de ser de allí.

Pero en estos tiempos disruptivos, postpandémicos contemporáneos no podemos evitar sorprendernos del contexto, la perspectiva y múltiples significados que la raza humana ha decido asumir.

Para empezar la idea de una nación o Estado no es una construcción natural. Y ciertamente no encaja con lo que sabemos sobre la naturaleza humana; el sentido de pertenencia, lo tribal, mezquino, de mentalidad local, etc…


Un poco de historia

En 1648, más de cien líderes de todas las principales potencias europeas se reunieron en Westfalia (lo que hoy es Alemania Occidental) con la esperanza de poner fin a casi 100 años de incesante derramamiento de sangre en el Continente Europeo. En el proceso de llegar a su resolución pacífica, decidieron idear un acuerdo de distinciones legales para ayudar a poner orden y dejar a todos tranquilos.

• Crearon el concepto de frontera nacional, la línea que delimita dónde termina nuestro territorio y el de los demás.

• Inventaron el concepto de soberanía única, la idea de que ya no podemos intentar gobernar a las personas que viven en otro territorio y no podemos tampoco intentar gobernar a las personas dentro de nuestro territorio.

• Fijaron las bases de la diplomacia: las embajadas, el asilo político y la clemencia.

Estos acuerdos prácticos dieron como resultado lo que hoy consideramos un "país". Y esta noción de "país" pronto se exportó a todo el mundo a través de las colonizaciones ya conocidas.

Este tratado práctico del siglo XVII se convirtió accidentalmente en uno de los momentos más importantes de la historia de la humanidad moderna. Porque, sorprendentemente, la gente empezó a identificarse con estos "países" inventados. Por primera vez, la gente comenzó a mirar más allá del idioma, la religión y su tribu. Ahora ya comenzaron a identificarse como argentinos, suizos, italianos, holandeses, venezolanos y estadounidenses. Este fue un cambio monumental en la identidad colectiva. Y uno que no se podría haber predicho en absoluto.

Hoy, al ver las noticias y encender la televisión vemos los partidos deportivos, las copas del mundo, y más claro, las Olimpiadas, donde millones de personas pierden la cordura ante esta construcción abstracta conocida como "país". Realidad que es producto del momento geográfico y periodo en la historia de la humanidad que te toca nacer. Absolutamente “asignado” siglos atrás por individuos con una realidad nada similar a la nuestra.

Hoy en día, cada uno de nosotros disfruta su asueto y pasamos todo el día con amigos y familiares celebrando la creencia completamente arbitraria de que todos somos algo llamado "mexicanos".

Es un fenómeno e hito de la civilización humana. Es una prueba de que los seres humanos son capaces de organizarse en torno a principios y creencias más sofisticadas, en lugar de los rasgos superficiales como el color de la piel o el lenguaje. Y aunque todavía existen diferencias entre la raza humana, podemos valorar y decidir qué significado darle a todo esto, todavía debería darnos esperanza.