/ jueves 27 de agosto de 2020

Lo digo como es | El riesgo de poner lo emocional sobre lo cognitivo

Con las campañas políticas nos aproximamos a una tierra de nadie. Donde la era digital estará en todo su esplendor, pero también con la negatividad que trae consigo el contenido manipulado que se distribuye a través de las redes sociales.

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Lo más delicado de todo esto es que la experiencia hasta ahora documentada, demuestra que la sociedad tiende a polarizarse y en esa polarización donde las individualidades se pierden o siguen la dinámica de la masa digital, las consecuencias pueden ser indeseables hasta alcanzar niveles de una guerra civil.

Es la apreciación del doctor Israel Reyes especialista en Ciberseguridad y Ciberestrategia de Cambridge MA. Ayer integrantes del Grupo Compacto de Columnistas tuvimos una interesante entrevista vía Zoom con este destacado mexicano que en su historia ha demostrado que origen no necesariamente es destino.

De cuna extremadamente humilde, otorgado en adopción de niño, criado por monjas, viviendo de ilegal en los Estados Unidos, fue deportado en su juventud y en esa condición vivió en Cananea un tiempo y tras no desistir en su empeño de conquistar mejor destino a través de la educación, el doctor Reyes es hoy un destacado profesional en su rama y un convencido de que en el desarrollo humano está la solución para muchos de las circunstancias que ahora enfrenta la sociedad.

Desde ese enfoque es clara su convicción y documentada su advertencia en los riesgos que puede traer consigo la polarización social alimentada ahora por el odio que se estila en las redes sociales; desde esa trinchera apela por la unión de los ciudadanos y advierte también que los contenidos negativos tienen más peso y pueden orientar con más énfasis el porvenir de una nación toda vez que los malos tienen más probabilidades de ganar sobre los buenos, porque éstos carecen de maldad.

Alerta sobre la necesidad de una mayor educación para que el conocimiento nos permita distinguir aquellos contenidos que apelan a las emociones para orientar comportamientos que terminan por dividirnos como sociedad cuando lo que más se requiere son liderazgos que invoquen la unidad de esfuerzos para lograr mejores objetivos como sociedad.

Con las campañas políticas nos aproximamos a una tierra de nadie. Donde la era digital estará en todo su esplendor, pero también con la negatividad que trae consigo el contenido manipulado que se distribuye a través de las redes sociales.

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Lo más delicado de todo esto es que la experiencia hasta ahora documentada, demuestra que la sociedad tiende a polarizarse y en esa polarización donde las individualidades se pierden o siguen la dinámica de la masa digital, las consecuencias pueden ser indeseables hasta alcanzar niveles de una guerra civil.

Es la apreciación del doctor Israel Reyes especialista en Ciberseguridad y Ciberestrategia de Cambridge MA. Ayer integrantes del Grupo Compacto de Columnistas tuvimos una interesante entrevista vía Zoom con este destacado mexicano que en su historia ha demostrado que origen no necesariamente es destino.

De cuna extremadamente humilde, otorgado en adopción de niño, criado por monjas, viviendo de ilegal en los Estados Unidos, fue deportado en su juventud y en esa condición vivió en Cananea un tiempo y tras no desistir en su empeño de conquistar mejor destino a través de la educación, el doctor Reyes es hoy un destacado profesional en su rama y un convencido de que en el desarrollo humano está la solución para muchos de las circunstancias que ahora enfrenta la sociedad.

Desde ese enfoque es clara su convicción y documentada su advertencia en los riesgos que puede traer consigo la polarización social alimentada ahora por el odio que se estila en las redes sociales; desde esa trinchera apela por la unión de los ciudadanos y advierte también que los contenidos negativos tienen más peso y pueden orientar con más énfasis el porvenir de una nación toda vez que los malos tienen más probabilidades de ganar sobre los buenos, porque éstos carecen de maldad.

Alerta sobre la necesidad de una mayor educación para que el conocimiento nos permita distinguir aquellos contenidos que apelan a las emociones para orientar comportamientos que terminan por dividirnos como sociedad cuando lo que más se requiere son liderazgos que invoquen la unidad de esfuerzos para lograr mejores objetivos como sociedad.