/ martes 30 de enero de 2024

Un ciudadano pensó | Y su “teatrito” se cayó…

Lo que más me sorprende hoy día, es la ceguera de quienes detentan débilmente el poder ¿de dónde? De cualquier lugar en el mundo. Ya sea de quienes lo perdieron o de los que lo tienen y saben que lo están perdiendo. El espejismo del poder envuelto a su vez en el espejismo del control, que, entre más se aferran al control, más se les escurre de entre los dedos.

El mundo parece haberse vuelto loco… Los países poderosos después del año 2020 se empiezan a desmoronar solos, los medios de comunicación (de propaganda en realidad) pierden audiencia desmesuradamente, los países pobres empiezan a revelarse mientras sus verdugos no los pueden detener, las mal llamadas teorías de conspiración dejan de provocar risa y empiezan a cobrar sentido, los representantes de la élite parecen haber enloquecido y expresan desvergonzadamente sus planes de dominación y sometimiento sobre el resto de la humanidad, mientras no pueden entender porque la gente del planeta los empieza a despreciar y atacar en las redes sociales de las cuales son dueños. ¿Cómo pueden sentirse sorprendidos que muchísimas personas del planeta se nieguen a aceptar sus medidas de censura, así como la anulación de los derechos humanos? ¿Perdieron la razón?

Las teorías que ellos tacharon de conspiranoicas, ahora se han puesto de moda al preguntarnos los porqués de tantas incongruencias en el mundo. Ellos mismos curiosamente le han quitado el velo de los ojos a la humanidad en el año 2020 al sacar a la población de su zona de confort. Ellos mismos se sabotearon al querer obligar a la gente a encerrarse en sus casas llenándoles el corazón de miedo, ese miedo que siempre había sido su principal aliado, se les volteó en su contra. Ese año de encierro de la gente obligada a no tener contacto con sus seres queridos, a no ver a sus amigos, a mantener “sana” distancia con todos… Nos obligó a estar solos con nosotros mismos, nos volteó el mundo de cabeza, nos llenamos de preguntas, empezamos a buscar respuestas en todos lados… Y algunos, no muchos, pero tampoco pocos, empezamos a encontrar “otras respuestas” que antes nos eran raras y de pronto tomaron sentido.

Nos subestimaron… Nos creyeron demasiado estúpidos y débiles y nos están obligando a conocernos, a descubrirnos.

Son las situaciones límite o extremas lo que hace que los humanos nos demos cuenta de lo que estamos hechos y ellos nos llevaron a una tremenda experiencia traumática que nos obligó a muchos a buscar respuestas en otros lados porque las de ellos solo nos conducían a la oscuridad más absoluta… Y a los humanos no nos gusta la oscuridad, buscamos la luz afuera y nos obligaron a encontrarla dentro y eso ya no tiene remedio, la humanidad cambió y eso no tiene marcha atrás.

Las corrientes espirituales estallaron en las redes sociales, aquellos que pocos seguían, de pronto, miles les empezaron a buscar y acribillar a preguntas. De la noche a la mañana, miles nos volvimos youtubers, tiktokers, etc. Comunicando lo poco que hemos encontrado y aprendido, construyendo sobre la marcha un cambio de consciencia que, aunque no alcanzamos a entenderlo completamente, nuestra intuición parece guiarnos hacia allá… Un lugar indeterminado conscientemente y en curso exprés, empezamos a averiguar del ego, los cuerpos que nos componen, el amor incondicional, la consciencia, el desapego, la vibración, la energía, los arcontes, la mente, los sueños lúcidos, viajes astrales y un etcétera muy largo, que vamos integrando sobre la marcha a tropezones cayéndonos y levantándonos, pero sin detenernos. Comparando lo que dicen unos con lo que dicen otros y sopesándolo con nuestro interior, terminando por quedarnos con aquello que nos resonó… Resonar, otra palabrita más que integramos a nuestro nuevo conocimiento.

Empezamos a entendernos al conocernos y a darnos cuenta que el mundo que veníamos viviendo era nocivo para la humanidad y gracias a nuestros verdugos, pudimos darnos cuenta y otros empiezan a darse cuenta. Le llaman el despertar y no hay marcha atrás. Hemos visto un escandalo detrás de otro, no alcanzamos a recuperarnos de fraudes electorales, cuando nos enteramos de la pederastia institucionalizada en políticos y estrellas de Hollywood, mientras el Gobierno de Israel comete un genocidio explicito y pretende hacernos creer que es correcto su actuar… Y sólo estamos acariciando la superficie de la realidad que nos mantuvieron oculta por siempre y que proviene desde el inicio de la civilización humana, que siempre a sido un teatro, una descomunal mentira, pero el final llegó y el velo de los ojos se está apartando… Y su “teatrito” se cayó. 1CP

Lo que más me sorprende hoy día, es la ceguera de quienes detentan débilmente el poder ¿de dónde? De cualquier lugar en el mundo. Ya sea de quienes lo perdieron o de los que lo tienen y saben que lo están perdiendo. El espejismo del poder envuelto a su vez en el espejismo del control, que, entre más se aferran al control, más se les escurre de entre los dedos.

El mundo parece haberse vuelto loco… Los países poderosos después del año 2020 se empiezan a desmoronar solos, los medios de comunicación (de propaganda en realidad) pierden audiencia desmesuradamente, los países pobres empiezan a revelarse mientras sus verdugos no los pueden detener, las mal llamadas teorías de conspiración dejan de provocar risa y empiezan a cobrar sentido, los representantes de la élite parecen haber enloquecido y expresan desvergonzadamente sus planes de dominación y sometimiento sobre el resto de la humanidad, mientras no pueden entender porque la gente del planeta los empieza a despreciar y atacar en las redes sociales de las cuales son dueños. ¿Cómo pueden sentirse sorprendidos que muchísimas personas del planeta se nieguen a aceptar sus medidas de censura, así como la anulación de los derechos humanos? ¿Perdieron la razón?

Las teorías que ellos tacharon de conspiranoicas, ahora se han puesto de moda al preguntarnos los porqués de tantas incongruencias en el mundo. Ellos mismos curiosamente le han quitado el velo de los ojos a la humanidad en el año 2020 al sacar a la población de su zona de confort. Ellos mismos se sabotearon al querer obligar a la gente a encerrarse en sus casas llenándoles el corazón de miedo, ese miedo que siempre había sido su principal aliado, se les volteó en su contra. Ese año de encierro de la gente obligada a no tener contacto con sus seres queridos, a no ver a sus amigos, a mantener “sana” distancia con todos… Nos obligó a estar solos con nosotros mismos, nos volteó el mundo de cabeza, nos llenamos de preguntas, empezamos a buscar respuestas en todos lados… Y algunos, no muchos, pero tampoco pocos, empezamos a encontrar “otras respuestas” que antes nos eran raras y de pronto tomaron sentido.

Nos subestimaron… Nos creyeron demasiado estúpidos y débiles y nos están obligando a conocernos, a descubrirnos.

Son las situaciones límite o extremas lo que hace que los humanos nos demos cuenta de lo que estamos hechos y ellos nos llevaron a una tremenda experiencia traumática que nos obligó a muchos a buscar respuestas en otros lados porque las de ellos solo nos conducían a la oscuridad más absoluta… Y a los humanos no nos gusta la oscuridad, buscamos la luz afuera y nos obligaron a encontrarla dentro y eso ya no tiene remedio, la humanidad cambió y eso no tiene marcha atrás.

Las corrientes espirituales estallaron en las redes sociales, aquellos que pocos seguían, de pronto, miles les empezaron a buscar y acribillar a preguntas. De la noche a la mañana, miles nos volvimos youtubers, tiktokers, etc. Comunicando lo poco que hemos encontrado y aprendido, construyendo sobre la marcha un cambio de consciencia que, aunque no alcanzamos a entenderlo completamente, nuestra intuición parece guiarnos hacia allá… Un lugar indeterminado conscientemente y en curso exprés, empezamos a averiguar del ego, los cuerpos que nos componen, el amor incondicional, la consciencia, el desapego, la vibración, la energía, los arcontes, la mente, los sueños lúcidos, viajes astrales y un etcétera muy largo, que vamos integrando sobre la marcha a tropezones cayéndonos y levantándonos, pero sin detenernos. Comparando lo que dicen unos con lo que dicen otros y sopesándolo con nuestro interior, terminando por quedarnos con aquello que nos resonó… Resonar, otra palabrita más que integramos a nuestro nuevo conocimiento.

Empezamos a entendernos al conocernos y a darnos cuenta que el mundo que veníamos viviendo era nocivo para la humanidad y gracias a nuestros verdugos, pudimos darnos cuenta y otros empiezan a darse cuenta. Le llaman el despertar y no hay marcha atrás. Hemos visto un escandalo detrás de otro, no alcanzamos a recuperarnos de fraudes electorales, cuando nos enteramos de la pederastia institucionalizada en políticos y estrellas de Hollywood, mientras el Gobierno de Israel comete un genocidio explicito y pretende hacernos creer que es correcto su actuar… Y sólo estamos acariciando la superficie de la realidad que nos mantuvieron oculta por siempre y que proviene desde el inicio de la civilización humana, que siempre a sido un teatro, una descomunal mentira, pero el final llegó y el velo de los ojos se está apartando… Y su “teatrito” se cayó. 1CP