/ lunes 4 de diciembre de 2023

Literatura desde la inconformidad: Carlos Mal presenta “Escritor”

El escritor hermosillense está promocionando su nuevo libro ganador del Premio Nacional de Novela Breve ESAC 2023

“No abras la caja”, le escribe Gómez a Escritor en el sobre que acompaña al paquete que éste debe entregarle a Julia.

Y así es como inicia la novela.

Escritor es el debut en la narrativa (publicada) por parte de Carlos Mal, después de más de una década en la que se ha consolidado como artista, profesor y autor de cómics, ensayos y crónicas, estas últimas a lo Hunter S. Thompson.

También es el cofundador en 1998, junto a Hugo Medina, del Club Chufa, pero de eso hablaremos más tarde.

Lee también: Rito Emilio Salazar presenta “Rito Spectiva: Con todos hablo”

No abras la caja, lector, o podrás encontrarte con una literatura no apta para ciertas susceptibilidades, aquellas apegadas a lo tradicional y a las buenas maneras, denostando a los corridos tumbados en el camino.

(También de eso hablaremos más tarde).

20 años en el baúl

Nacido en Hermosillo, Sonora, en 1980, Carlos Mal comenzó la redacción de Escritor en 2002 y la finalizó en diciembre de 2003.

En estas casi dos décadas transcurridas desde entonces, el autor limpió las asperezas de su obra para adaptarla a estos tiempos, sin “traducirla completamente” a su madurez actual al grado de que dejara de ser una novela de juventud.

Su concepción nació de las conversaciones que tuvo con Hugo Medina, “el campeón de la literatura sonorense”, ganador del Concurso del Libro Sonorense en nueve ocasiones.

“Comenzamos una amistad/enemistad en la Escuela de Letras en 1996-97, y hablábamos mucho sobre literatura y sobre novela”, señaló en entrevista Carlos Mal. “Veíamos películas juntos y una de ellas fue Taxi Driver, que nos encantó y la vimos dos veces seguidas [en Escritor hay un easter egg del filme de Scorsese, con una escena que prácticamente fue “robada” de la película]. Porque aunque somos enemigos estudiamos juntos y tuvimos que hacer muchas cosas juntos, entre ellas ver MTV y navegar los primeros años de internet”.

En su novela, el autor hermosillense narra el descenso a los infiernos de uno de sus personajes, lo que lo lleva a querer cometer un crimen, modelado en el propio descenso de Travis Bickle.

Dramatización de Carlos Mal para su libro / Foto: Cortesía | Carlos Mal


Inspirado también por la concepción de la idea del amor de sus años de juventud, “donde no solo era estar enamorado de alguien, sino que esta persona de la que estoy enamorado está enamorada de esta otra y se crea a esa edad una especie de spaghetti malvado y maraña social, sexual y psicológica”, Carlos Mal trazó un triángulo amoroso motivado por Rayuela, de la cual tomó también las ganas de experimentar en su escritura.

“Pero en mi caso no quise esta experimentación de vanguardia que nadie entiende y cuya mística es la confusión. Todo lo que yo experimento en Escritor tiene inicio y fin y se le puede identificar con tres capas de narradores enmarcados distinguidos por el formato de la edición del texto, para que no ocurra como otras novelas que suelen perder al lector”.

El resultado fue una obra que le hizo acreedor del Premio Nacional de Novela Breve ESAC 2023.

“Me dio mucho gusto que después de haber sido guardada tanto tiempo resonara con los jueces y las juezas”, confesó.

Llegar a nuevos públicos

En Escritor, que si bien mantiene un estilo alejado a la literatura regional que pulula sin misericordia en Sonora, el narrador se muestra “más amable” con el lector, en una historia corta fácil de leer y menos provocativa que sus anteriores obras, los ensayos de Pianos en llamas y las crónicas de Rodear la tierra (y andar por ella), ganadoras ambas del Concurso del Libro Sonorense en 2019 y 2020, respectivamente.

“Las pocas personas que han leído Escritor me han dicho algo que yo siempre soñé que me dijeran, que es: ‘No la pude soltar’. Y sé que con mis otros dos libros la gente no puede decir eso y no los culpo, el primero es un libro de ensayos que a veces pueden ser muy divertidos, pero a veces pueden ser muy pesados y sé que no lo van a leer de una sola tirada y está bien, los libros son para eso. Y el libro de viajes es un poco más amable, pero también está embarazado de referencias culturales, literarias e históricas”.

Esta respuesta obtenida con su novela le ha hecho reconciliarse con otro libro en este género que escribió en 2001, el cual transita en el mismo universo que Escritor, incluyendo la reaparición de algunos de sus personajes.

“Entonces qué genial sería que las personas que les gustó esta novela puedan leer otra con esta misma claridad, con esta misma sencillez, el mismo estilo y en el mismo mundo. Y aparte me hizo plantearme con emoción la idea de completar la trilogía”.

Punks de la sierra

Carlos Mal sabe que su escritura y personalidad incomodan a ciertos sectores, pues ya desde los estamentos del Club Chufa él y Hugo Medina se proponían hacer arte para molestar a las personas.

“Y esto también molesta a los jueces y a las instituciones, y pues ni modo. Nosotros no somos músicos, pero somos poetas, que es más o menos como ser músicos, y como tal el equivalente que tendríamos sería el punk. Es más, lo voy a decir: Carlos Mal y Hugo Medina son punks de la sierra”.

Sin embargo, el reciente reconocimiento que su obra ha alcanzado hace vislumbrar un nuevo horizonte de posibilidades en torno a la literatura y las manifestaciones artísticas alejadas de un canon adscrito al regionalismo establecido durante años, donde también escritoras como Julia Melissa Rivas están empezando a ser reconocidas en premios literarios que años atrás acaparaban otros autores masculinos.

Dramatización de Carlos Mal para su libro / Foto: Cortesía | Carlos Mal

“Poco a poco parece que la sensibilidad de las y los lectores, y de los jueces y de las juezas nos está validando un poquito ahora en nuestra madurez, y esperamos que siga así, no sólo para nosotros sino para las voces jóvenes que están haciendo cosas diferentes.

“Nosotros empezamos como un movimiento contra la carne asada, contra los sahuaros en el atardecer, contra la machaca y los huevos rancheros, y no lo hemos dejado, pero nos ha costado y nos sigue costando, y aunque Hugo ha ganado muchos premios él está nadando contracorriente, aunque parezca que no”.

¿A qué se debe este cambio en los paradigmas de la literatura sonorense? A los corridos tumbados y al regional mexicano, por supuesto. Al menos es así para Carlos Mal:

“Creo que parte de la reciente aceptación que ha tenido la obra mía y de Hugo tiene que ver con un crecimiento en la sensibilidad estética del vulgo del desierto, por Natanael Cano y Carín Léon. Ellos, aunque ahorita son el mainstream, nacieron a partir de la disensión musical”.

Carlos Mal no se acepta como una referencia o influencia para las nuevas generaciones que, de manera inconsciente, puedan emular los credos del Club Chufa en su afán de crear literatura anti sonorense, anti bohemia y anti establishment.

“Me siento todavía parte de eso, porque si algo es permanente es la rebeldía, la disensión, Y sé que siempre va a haber jóvenes escritores, poetas, hombres y mujeres haciendo letras atrevidas e inconformes, y me honraría estar en la misma línea temporal de ellas y ellos, que escriben desde la inconformidad y las ganas de incomodar. Es eso, y sería un honor que me pongan en las mismas filas en un futuro”.

Refiriéndose a su libro Rodear la tierra (y andar por ella), Hugo Medina escribe en el prólogo de ésta que la crónicas reunidas ahí tuvieron la fortuna y mala leche de haberse encontrado con Carlos Mal, este artista enojado de Hermosillo.

“Estoy muy feliz en mi vida personal, muy feliz”, afirmó al respecto el referenciado. “Vamos a cumplir cuatro años de casados mi esposa [la también escritora Suana Haro] y yo, tenemos tres gatos y estoy muy feliz”, reiteró.

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“Pero cuando escribo entro en una especie de microcosmos paralelo en el que estoy encabronado, y voy a sonar como marxista viejo, pero sí soy. Estoy enojado con la moralidad burguesa, estoy enojado con el arte cómodo, con la objetualización del arte, con todas las causas sociales que son aplastadas por un Sonora clasista y racista, y desde que soy joven no se me ha quitado ese coraje.

“Lo bueno es que yo puedo dejar de escribir, cerrar mi libro, apagar mi computadora y disfrutar de este paraíso paralelo que mi esposa y yo hemos hecho en el hogar”.

(Escritor se presentará al público hermosillense el próximo sábado 9 de diciembre a las 17:00 horas en el local La Pambacería, ubicada en Rayón 59 de la colonia Centro).

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“No abras la caja”, le escribe Gómez a Escritor en el sobre que acompaña al paquete que éste debe entregarle a Julia.

Y así es como inicia la novela.

Escritor es el debut en la narrativa (publicada) por parte de Carlos Mal, después de más de una década en la que se ha consolidado como artista, profesor y autor de cómics, ensayos y crónicas, estas últimas a lo Hunter S. Thompson.

También es el cofundador en 1998, junto a Hugo Medina, del Club Chufa, pero de eso hablaremos más tarde.

Lee también: Rito Emilio Salazar presenta “Rito Spectiva: Con todos hablo”

No abras la caja, lector, o podrás encontrarte con una literatura no apta para ciertas susceptibilidades, aquellas apegadas a lo tradicional y a las buenas maneras, denostando a los corridos tumbados en el camino.

(También de eso hablaremos más tarde).

20 años en el baúl

Nacido en Hermosillo, Sonora, en 1980, Carlos Mal comenzó la redacción de Escritor en 2002 y la finalizó en diciembre de 2003.

En estas casi dos décadas transcurridas desde entonces, el autor limpió las asperezas de su obra para adaptarla a estos tiempos, sin “traducirla completamente” a su madurez actual al grado de que dejara de ser una novela de juventud.

Su concepción nació de las conversaciones que tuvo con Hugo Medina, “el campeón de la literatura sonorense”, ganador del Concurso del Libro Sonorense en nueve ocasiones.

“Comenzamos una amistad/enemistad en la Escuela de Letras en 1996-97, y hablábamos mucho sobre literatura y sobre novela”, señaló en entrevista Carlos Mal. “Veíamos películas juntos y una de ellas fue Taxi Driver, que nos encantó y la vimos dos veces seguidas [en Escritor hay un easter egg del filme de Scorsese, con una escena que prácticamente fue “robada” de la película]. Porque aunque somos enemigos estudiamos juntos y tuvimos que hacer muchas cosas juntos, entre ellas ver MTV y navegar los primeros años de internet”.

En su novela, el autor hermosillense narra el descenso a los infiernos de uno de sus personajes, lo que lo lleva a querer cometer un crimen, modelado en el propio descenso de Travis Bickle.

Dramatización de Carlos Mal para su libro / Foto: Cortesía | Carlos Mal


Inspirado también por la concepción de la idea del amor de sus años de juventud, “donde no solo era estar enamorado de alguien, sino que esta persona de la que estoy enamorado está enamorada de esta otra y se crea a esa edad una especie de spaghetti malvado y maraña social, sexual y psicológica”, Carlos Mal trazó un triángulo amoroso motivado por Rayuela, de la cual tomó también las ganas de experimentar en su escritura.

“Pero en mi caso no quise esta experimentación de vanguardia que nadie entiende y cuya mística es la confusión. Todo lo que yo experimento en Escritor tiene inicio y fin y se le puede identificar con tres capas de narradores enmarcados distinguidos por el formato de la edición del texto, para que no ocurra como otras novelas que suelen perder al lector”.

El resultado fue una obra que le hizo acreedor del Premio Nacional de Novela Breve ESAC 2023.

“Me dio mucho gusto que después de haber sido guardada tanto tiempo resonara con los jueces y las juezas”, confesó.

Llegar a nuevos públicos

En Escritor, que si bien mantiene un estilo alejado a la literatura regional que pulula sin misericordia en Sonora, el narrador se muestra “más amable” con el lector, en una historia corta fácil de leer y menos provocativa que sus anteriores obras, los ensayos de Pianos en llamas y las crónicas de Rodear la tierra (y andar por ella), ganadoras ambas del Concurso del Libro Sonorense en 2019 y 2020, respectivamente.

“Las pocas personas que han leído Escritor me han dicho algo que yo siempre soñé que me dijeran, que es: ‘No la pude soltar’. Y sé que con mis otros dos libros la gente no puede decir eso y no los culpo, el primero es un libro de ensayos que a veces pueden ser muy divertidos, pero a veces pueden ser muy pesados y sé que no lo van a leer de una sola tirada y está bien, los libros son para eso. Y el libro de viajes es un poco más amable, pero también está embarazado de referencias culturales, literarias e históricas”.

Esta respuesta obtenida con su novela le ha hecho reconciliarse con otro libro en este género que escribió en 2001, el cual transita en el mismo universo que Escritor, incluyendo la reaparición de algunos de sus personajes.

“Entonces qué genial sería que las personas que les gustó esta novela puedan leer otra con esta misma claridad, con esta misma sencillez, el mismo estilo y en el mismo mundo. Y aparte me hizo plantearme con emoción la idea de completar la trilogía”.

Punks de la sierra

Carlos Mal sabe que su escritura y personalidad incomodan a ciertos sectores, pues ya desde los estamentos del Club Chufa él y Hugo Medina se proponían hacer arte para molestar a las personas.

“Y esto también molesta a los jueces y a las instituciones, y pues ni modo. Nosotros no somos músicos, pero somos poetas, que es más o menos como ser músicos, y como tal el equivalente que tendríamos sería el punk. Es más, lo voy a decir: Carlos Mal y Hugo Medina son punks de la sierra”.

Sin embargo, el reciente reconocimiento que su obra ha alcanzado hace vislumbrar un nuevo horizonte de posibilidades en torno a la literatura y las manifestaciones artísticas alejadas de un canon adscrito al regionalismo establecido durante años, donde también escritoras como Julia Melissa Rivas están empezando a ser reconocidas en premios literarios que años atrás acaparaban otros autores masculinos.

Dramatización de Carlos Mal para su libro / Foto: Cortesía | Carlos Mal

“Poco a poco parece que la sensibilidad de las y los lectores, y de los jueces y de las juezas nos está validando un poquito ahora en nuestra madurez, y esperamos que siga así, no sólo para nosotros sino para las voces jóvenes que están haciendo cosas diferentes.

“Nosotros empezamos como un movimiento contra la carne asada, contra los sahuaros en el atardecer, contra la machaca y los huevos rancheros, y no lo hemos dejado, pero nos ha costado y nos sigue costando, y aunque Hugo ha ganado muchos premios él está nadando contracorriente, aunque parezca que no”.

¿A qué se debe este cambio en los paradigmas de la literatura sonorense? A los corridos tumbados y al regional mexicano, por supuesto. Al menos es así para Carlos Mal:

“Creo que parte de la reciente aceptación que ha tenido la obra mía y de Hugo tiene que ver con un crecimiento en la sensibilidad estética del vulgo del desierto, por Natanael Cano y Carín Léon. Ellos, aunque ahorita son el mainstream, nacieron a partir de la disensión musical”.

Carlos Mal no se acepta como una referencia o influencia para las nuevas generaciones que, de manera inconsciente, puedan emular los credos del Club Chufa en su afán de crear literatura anti sonorense, anti bohemia y anti establishment.

“Me siento todavía parte de eso, porque si algo es permanente es la rebeldía, la disensión, Y sé que siempre va a haber jóvenes escritores, poetas, hombres y mujeres haciendo letras atrevidas e inconformes, y me honraría estar en la misma línea temporal de ellas y ellos, que escriben desde la inconformidad y las ganas de incomodar. Es eso, y sería un honor que me pongan en las mismas filas en un futuro”.

Refiriéndose a su libro Rodear la tierra (y andar por ella), Hugo Medina escribe en el prólogo de ésta que la crónicas reunidas ahí tuvieron la fortuna y mala leche de haberse encontrado con Carlos Mal, este artista enojado de Hermosillo.

“Estoy muy feliz en mi vida personal, muy feliz”, afirmó al respecto el referenciado. “Vamos a cumplir cuatro años de casados mi esposa [la también escritora Suana Haro] y yo, tenemos tres gatos y estoy muy feliz”, reiteró.

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“Pero cuando escribo entro en una especie de microcosmos paralelo en el que estoy encabronado, y voy a sonar como marxista viejo, pero sí soy. Estoy enojado con la moralidad burguesa, estoy enojado con el arte cómodo, con la objetualización del arte, con todas las causas sociales que son aplastadas por un Sonora clasista y racista, y desde que soy joven no se me ha quitado ese coraje.

“Lo bueno es que yo puedo dejar de escribir, cerrar mi libro, apagar mi computadora y disfrutar de este paraíso paralelo que mi esposa y yo hemos hecho en el hogar”.

(Escritor se presentará al público hermosillense el próximo sábado 9 de diciembre a las 17:00 horas en el local La Pambacería, ubicada en Rayón 59 de la colonia Centro).

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