/ martes 23 de abril de 2024

Día Internacional del Libro: Autores recomiendan a sus escritores sonorenses favoritos

La producción literatura de Sonora se afianza año con año como una de las más destacadas y originales de todo el país y sus distintas voces así lo confirman

“Es un momento bien emocionante para la literatura sonorense”, nos contó en entrevista Gerardo H. Jacobo hace unos meses, a propósito de la publicación de su novela Dos peces.

“Creo que es chamba de todos los que estamos produciendo respetar ese parámetro de calidad que están estableciendo las y los colegas para producir cada vez mejor literatura y que Sonora se vuelva un faro en el norte de muy buena ficción y no ficción.

“Se están haciendo cosas bien bonitas, bien cuidadas, llenas de pasión y que además están cosechando triunfos en una época en la que parecía que la literatura se había desvirtuado o que había amainado esa potencia creativa y ahora vemos que es todo lo contrario, y eso se agradece mucho”.

Lee también: En abril también se regalan flores y libros: ¿por qué?

En el marco del Día Internacional del Libro convocamos a destacados autores sonorenses para que nos recomendaran a sus escritores favoritos de la región. Al final, la mejor manera de celebrar es acercarse a sus obras.

Julia Melissa Rivas Hernández (Hermosillo, 1981) Poeta, escritora, correctora de estilo, maestra y traductora / Foto: Cortesía | Julia Melissa Rivas

Julia Melissa Rivas Hernández

(Hermosillo, 1981) Poeta, escritora, correctora de estilo, maestra y traductora.

Manuel Parra Aguilar (Hermosillo, Sonora, 1982), probablemente el poeta más premiado de su generación fuera del Estado con una docena de reconocimientos en su currículum, integrado por varios premios nacionales e internacionales, destacando el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines, 2021, y los LXI Juegos Florales Iberoamericanos de Ciudad del Carmen 2019. Un viajero de corazón, así como apasionado de las fronteras que la lírica proporciona, Parra Aguilar se especializa en el tema del poema en prosa. Libros infaltables: Los muchachos del Guinness Book (CONECULTA, 2022), Breves (Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nayarit, 2017), y Pertenencias (Mantis editores, México, 2014).

Suzette Celaya (Hermosillo, Sonora, 1982), con la obra Nosotras recibió el Premio Primera Novela Amazon 2023. Ya con eso Celaya puede apantallarnos con sus logros, sin embargo, hay más aún, pues con la misma novela fue previamente galardonada en el Concurso del Libro Sonorense en 2020. Con su novela La tierra sobre tus huesos (editorial La navaja Suiza, 2023), Celaya publicó en España, y si su rostro te resulta conocido, probablemente sea porque también este año fue parte de la serie conmemorativa del Día Internacional de la Mujer, por parte de la Lotería nacional, que destacó a varias escritoras mexicanas.

Aziz Córdova (Agua Prieta, Sonora, 1995), con su primer libro Como siempre, llego tarde (o me vengo muy pronto) (Editorial Retina de Gallo, 2018), desde el título ya nos puso en sobre aviso de su música bulliciosa e inquieta para hacer poesía. Pero, entre el tono juguetón y siempre escondiendo una intelectualidad que parece incomodarle un poco al poeta, hay en los versos de Córdova una devoción hacia la poesía. Con un proyecto editorial que apoya las voces de los poetas jóvenes, y con presencia en festivales dentro y fuera del país, Córdova se perfila como uno de los escritores jóvenes más comprometido con la poesía en Sonora.

Iván Figueroa (Sahuaripa, Sonora, 1974), una de las voces maduras en la poesía de Sonora que se encuentra en una presencia un tanto ausente. Figueroa, si bien no lo vemos actualmente muy activo en el quehacer literario salvo que imparte talleres en La Casa de la Cultura Norte, es uno de los pilares cuando hablamos de poesía en el Estado y con varios reconocimientos a nivel estatal y nacional, entre los que podemos mencionar los Premios Literarios Estatales Ciudad de La Paz y el Premio Nacional de Poesía Sonora, Bartolomé Delgado de León. Libros que no pueden faltar en ningún librero: su trilogía de The american dream, integrada por el libro The American Poems, Novamérica y Sun screem.

Karen Islas (Caborca, Sonora, 1989), una de las mujeres poetas cuya obra me entusiasma muchísimo. Ha sido ganadora del apoyo del Programa de Desarrollo Cultural Municipal, 2009; del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora, 2015; y del Concurso del Libro Cartonero Sonorense, 2018, en la rama de poesía donde aparece antologada en el libro Transitoria. Sus poemas los podemos encontrar en diversas revistas, destacando por su propuesta que integra lo lírico y lo visual, la serie publicada en el sitio Neotraba.

Gerardo Hernández Jacobo (Valle del Mayo, 1982) Narrador, cantinero y papá / Foto: Cortesía | Gerardo H. Jacobo

Gerardo H. Jacobo

(Valle del Mayo, 1982) Narrador, cantinero y papá.

Algunas letras imprescindibles en la producción literaria sonorense:

Las de Gerardo Cornejo: La sierra y el viento, una épica del peregrinar que funda las colonias agrícolas en los grandes valles y que reconstruye y sintetiza el génesis de una gran parte de nuestro ser sonorense contemporáneo. En las letras de Cornejo hay una mirada compleja, abarcadora, con el espíritu de los cronistas y el acercamiento estético de los líricos. Una obra fundamental para hablar de nuestra literatura.

Las de Abigael Bohórquez: decir “poeta mayor” es un lugar común, pero la poesía de Abigael es justamente lo contrario. Una lírica que va de lo barroco a lo regionalísimo, de lo arcaico a lo posmoderno, del amor filial a los pasionales arrebatos homoeróticos, Bohórquez construye una poesía única, que se distancia de todo lo anterior reconociéndolo y tiende puentes y construye cimientos para lo que vendría. Tanto Navegación en yoremito como Poesida o las antologías de su obra poética (como Heredad o Todo Abigael) son un deleite.

Las de Selene Carolina Ramírez: la autora de Love is love y Villa Paraíso ha construido una voz durísima, elegante y refinada y la ha puesto al servicio de las historias de los relegados. En los relatos de sus tres libros de narrativa encontraremos una antología de los invisibles: los ancianos abandonados en últimos hogares, las identidades sexuales no tradicionales, las parafilias, el criminal romántico, la heroína trágica devenida en villana para su comunidad. En su poesía, y especialmente en su poemario En el país de las mujeres enterradas, poemas que abordan la violencia de género hay otro poder: un núcleo de dolor mirándose al espejo.

Las de Carlos Sánchez y Carlos René Padilla: este par de Carlos, sin acuerdo previo, se pusieron hace años a escribir textos hijos del mismo matrimonio: el oficio reporteril y el amor por la literatura. El resultado ha sido muchas de las mejores crónicas de nuestras letras. En Sánchez están el barrio viejo, el Hermosillo que dio el paso de pueblo a ciudad con todo lo que eso entrañaría, la criminalización del desafortunado, la anécdota íntima que sin saberlo es comunitaria. La ternura. En Padilla están las historias que pigmentan la nota roja y sobre todo una ruta de regreso a las historias que no llegan al texto de los diarios. Ambos narradores tienen una larga lista de títulos en novela y cuento, pero es en la crónica donde han coincidido. De Sánchez son imprescindibles Matar y La ciudad del soul; de Padilla hay que leer sí o sí No toda la sangre es roja y Hércules en el desierto.

Esta lista breve, con toda su importancia, es casi nada en un Sonora donde también están escribiendo Sylvia Arvizu, Franco Félix, Suzette Celaya, Alfonso López, Julia Melissa Rivas, Manuel Parra, Ricardo Solís, y donde han escrito Nacho Mondaca, Miguel Méndez, Leo Sandoval o Armida de la Vara. Bien podrían ser estos nombres los que ocuparan los anteriores párrafos, o bien otros: Sylvia Aguilar-Zéleny, María Antonieta Mendivil, Imanol Caneyada, Sergio Valenzuela, Miguel Manríquez y Luis Enrique García. No son todos los nombres, son un acercamiento, una invitación que pretende ser tentadora.

Sylvia Manríquez (Navojoa, 1966) Periodista, poeta y promotora cultural / Foto: Cortesía | Sylvia Manríquez

Sylvia Manríquez

(Navojoa, 1966) Periodista, poeta y promotora cultural.

1. Luis Enrique García, quien además de ser figura importante en la historia del teatro sonorense, es un gran escritor. Su libro Ciudad nocturna sigue marcando un antes y un después en la literatura sonorense, y es increíblemente actual y refrescante su lectura.

2. Alba Brenda Mendez. Ésta escritora nacida en Caborca es una reconocida poeta, toda su obra es de muy recomendable lectura. Olaí, ser del tiempo es mi favorito, es un ejemplo del arte del verso libre.

3. Laura Delia Quintero. Es otra reconocida poeta cuya obra es sonorense. Ella vivió aquí desde su infancia hasta su muerte sucedida hace apenas unos días. Es una maestra de firmas breves como el hai-kais. Es de las pocas poetas que escribe para niños y niñas, te recomiendo su libro infantil El burrito sabio .

4. Ernesto García Nuñez. Es un gran escritor de producción muy variada, lo mismo escribe teatro, poesía, novela, cuento. Me gusta su poesía como el poemario Abigael y la novela ¿Sexo? Yes plis.

5. Hay que leer a Carlos Sanchez, un importante escritor cuyos libros tienen historias de gente cercana a nosotros. Te recomiendo En el mar de tu nombre, una historia de un viaje en una búsqueda tan interna como real.

Carlos Mal (Hermosillo, 1980) ) Escritor, dibujante de cómics, muralista, y profesor de literatura / Foto: Cortesía | Carlos Mal

Carlos Mal

(Hermosillo, 1980) ) Escritor, dibujante de cómics, muralista, y profesor de literatura.

Llega el Día Internacional del Libro, así que amablemente se me pregunta que cuáles son mis autoras y autores sonorenses favoritxs. No es difícil, ya que, aunque odio Sonora, amo a algunas personas que viven en este yermo de tósigo y espinas; también, a veces, amo sus letras, porque si yo pude exprimir de mi contexto un poco de belleza, mi simpatía está con quienes también supieron hacerlo, ya sea antes o después que yo o ya sea de manera más o menos sublime que la mía.

1. SUSANA HARO debutó el año pasado con su ópera prima, Mala Flor, un poemario de pétalos abiertos y de bella manufactura que, también convierte a sus presentaciones en vivo en momentos artísticos únicos. La poesía, en mi sincera opinión —que suele ser correcta—, tanto la presente como la futura, solo tiene sentido si viene de las plumas de las mujeres. La poesía de hombres, de un tiempo acá —tal vez desde hace mucho—, suena falsa y ridícula, y es este poemario de Susana Haro una piedra más sobre el túmulo risible del reino de los hombres y son sus versos evidencia de esta poesía nueva y fresca, llena de sentido. Chequen nada más la pureza del verso, casi artesanal, pero sofisticado y elegante en su poema “El vuelo”:

Contrasté mi plumaje en tu cielo,

toqué el arpa de tus ángeles en fuego,

fui la gota que derramó todos los vasos,

la rama larvada, la mestiza trenzada.

Volé y sigo volando,

me voy y sigo llegando,

mundano privilegio este que tengo

de ser el viento, el ala y el tiempo.

(Susana Haro, Mala Flor, 2023)

2. LAURA DELIA QUINTERO se nos adelantó hacia los confines del Samsara y ahora juzga nuestros malos versos desde las cimas insospechadas del Parnaso. Para quienes no entienden las alegorías mitológicas, la maestra Laura Delia dejó este mundo recientemente, pero dejó, como una estela de fuego en el agua tibia de un mundo que no la merecía, estos versos:

Para la roca

que en tu pecho habita

del agua

poseo

la humilde pertinencia

de la gota.

(Laura Delia Quintero, “Humildad”, de Escrito sobre el fuego, 2007).

3. HUGO MEDINA. Aun si, en lugar de gustarme, odiara la obra de Hugo Medina, tendría que reconocer que, simplemente por sus estadísticas, este jonronero de las letras está en otro maldito nivel. Es como si mi visor sayayín de repente se llenara de números aleatorios y su cristal explotara justo en mi jeta y yo no tuviera más que exclamar: “¡Su nivel de poder está más allá de nueve premios del Concurso del Libro Sonorense!”. Sus libros que son mis favoritos son Necropulsiones, Ciudades agridulces, Los papeles amarillos e Historia Natural del cáncer, del cual extraigo estos brutales versos:

[…]

el ángel cáncer:

amor, tú estabas

quejosa en las tinieblas,

en el mudo cuásar

del dolor encajado,

inclinada como el tallo

de una rosa muerta

o torcida como el cuello

de una garza…

Se alzaron sus andrajos

color Galilea sobre tu lecho:

era el emisario que pondría

la ostia de tu sangre

en las manchas tenues

de las luces de abril: […]

(Hugo Medina, “Ángeles cancerígenos”, en Historia natural del cáncer, 2018).

4. YO. CARLOS MAL. Carlos Mal es, a ser verdad, la misma persona que yo soy; al menos así ha sido desde que recuerdo, y, pues, cuando leo lo que escribo me agrada mucho y, aun mejor, siento ganas de escribir más cosas para poder leerlas y que otras personas las lean. Si fuera necesario para quien lee este genuino y excelente top cinco de literatura sonorense conseguir, comprar o piratear una obra de Carlos Mal, o sea, de mí, debería ser probablemente mi novela Escritor (2023), en venta en ninguna parte o mi libro de viajes Rodear la Tierra y andar por ella (2022) o mi futuro poemario Noctalgia (2027).

5. ABIGAEL BOHÓRQUEZ es el santón de la literatura sonorense, y aunque pueda parecer lugar común alabar sus logros y sus alcances, sería necio no hacerlo, ya que este compa caborquense en verdad, en realidad y sí, de hecho, era y es lo que tanto le atribuyen quienes lo han leído y quienes mienten y dicen que lo han leído. Gay, vanguardista y nerdo, Abigael dejó una huella honda y pingüe que pocos han podido llenar con sus pies raquíticos y de sarmentosos metatarsos. Los poemas que más disfruto de su obra son esos en los que imita el registro lingüístico del romance medieval y lo mezcla con el vernacular sonorense y con su propio idioma de poeta afiebrado por la visión del amado.

[…] Muy sol está la mar de sed continua,

muy agua está la luz penefarola

en el ir y venir de tu cadera;

rema pues, maristerro,

nave de luz que soy, rema

y apágame;

malherido me has y a pie,

pastorgaleote;

por vos es mi placer hortelamante:

a remar me a remar, entanamientes,

yo empezaré mi boca

solmarina.

(Abigael Bohórquez, “Navegación en Yoremito”, en Navegación en Yoremito, 1995).

Quedan pendientes muchos más, Ernesto García Núñez, Ricardo Solís, Suzette Celaya, Rocío Romo, Hiram Elizondo, pero no hay tiempo ni espacio, como en el corazón oscuro de los agujeros negros, justo pasando el horizonte de sucesos.

Eve Gil (Hermosillo, 1968) Narradora, ensayista y periodista cultural / Foto: Cortesía | Eve Gil

Eve Gil

(Hermosillo, 1968) Narradora, ensayista y periodista cultural.

La literatura sonorense de los últimos años es muy diferente a la que se hace en el resto del país. A diferencia de otros estados del noroeste que comparten una problemática similar, como lo es el dominio del narcotráfico, en Sonora se da prioridad a otros tipos de violencia, a otros tipo de problemáticas. Y dejo fuera a muchos autores que me parecen muy buenos, porque si no se hace aquí una multitud:

Carlos Sánchez. Le da voz a las personas que no la tienen. En lo particular siempre me he interesado por las razones detrás de las personas que delinquen, qué los lleva a hacer algo así de lo que la mayoría de la gente no es capaz. Y Carlos logra retratarlo muy bien. No es cuestión de simpatizar con ellos, pero sí logramos entender sus causas.

Selene Carolina Ramírez. Tiene un manejo del lenguaje muy poético y al mismo tiempo muy brutal. Su forma de narrar puede ser cruda, pero siempre manejando el lenguaje con mucha poesía.

Suzette Celaya Aguilar. Es una gran constructora de historias. La psicología de sus personajes está muy bien construida. En su novela Nosotras se centra en la historia de dos mujeres, que son dos personajes hasta cierto punto antagónicos, que sin embargo logran un nivel de sororidad muy impresionante en medio de este caos en que están desalojando el pueblo donde viven.

Claudia Reina. Es una autora que no se parece a nadie. Hace ciencia ficción y casi nadie en el noroeste escribe ese género. Es también un poco surrealista, pero todas sus historias tienen sentido y son muy digeribles, perfectamente estructuradas y con el lenguaje muy cuidado. Es una autora fuera de serie en todo México.

Gerardo H. Jacobo. Es un magnífico narrador, muy ambicioso. Sabe transmitir muy bien las emociones de sus personajes. Sales de sus novelas con la sensación de que has hablado y convivido con ellos. Logra mucha empatía y cercanía emocional con el lector.

César Gándara. Cambia mucho de un libro a otro. Tiene una gran imaginación, es muy cinematográfico. Tiene la misma virtud de Gerardo en fabricar personajes muy verosímiles y muy entrañables. Sobre todo sabe construir muy bien a los personajes jóvenes y no cualquiera conserva esa esencia para rescatar ese lenguaje y esa capacidad de observación en una edad madura.

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Margarita Oropeza. Después de la montaña es una novela magníficamente construida, es una de las primeras novelas feministas que yo leí en una época en que el feminismo no era bien visto.

Laura Delia Quintero. Me parece la mejor poeta de Sonora, después de Abigael Bohórquez. Combina muy bien el pensamiento y la filosofía con lo emocional. Es una poeta con un gran vigor, pero al mismo tiempo logra adquirir tintes de una ternura muy entrañable. Lamento muchísimo su reciente fallecimiento, porque además era una gran persona. Merece más lectores.

Cristina Rascón. Es una autora muy innovadora, no solamente respecto a la literatura sonorense sino a la literatura mexicana en general. Fue la primera cuentista de Sonora que no hablaba precisamente de la región, hablaba de otros países. La desilusión óptima del amor es realmente ejemplar en ese sentido. Logra reunir dos tópicos que pareciera que no tienen nada en común, como las matemáticas y la literatura.

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“Es un momento bien emocionante para la literatura sonorense”, nos contó en entrevista Gerardo H. Jacobo hace unos meses, a propósito de la publicación de su novela Dos peces.

“Creo que es chamba de todos los que estamos produciendo respetar ese parámetro de calidad que están estableciendo las y los colegas para producir cada vez mejor literatura y que Sonora se vuelva un faro en el norte de muy buena ficción y no ficción.

“Se están haciendo cosas bien bonitas, bien cuidadas, llenas de pasión y que además están cosechando triunfos en una época en la que parecía que la literatura se había desvirtuado o que había amainado esa potencia creativa y ahora vemos que es todo lo contrario, y eso se agradece mucho”.

Lee también: En abril también se regalan flores y libros: ¿por qué?

En el marco del Día Internacional del Libro convocamos a destacados autores sonorenses para que nos recomendaran a sus escritores favoritos de la región. Al final, la mejor manera de celebrar es acercarse a sus obras.

Julia Melissa Rivas Hernández (Hermosillo, 1981) Poeta, escritora, correctora de estilo, maestra y traductora / Foto: Cortesía | Julia Melissa Rivas

Julia Melissa Rivas Hernández

(Hermosillo, 1981) Poeta, escritora, correctora de estilo, maestra y traductora.

Manuel Parra Aguilar (Hermosillo, Sonora, 1982), probablemente el poeta más premiado de su generación fuera del Estado con una docena de reconocimientos en su currículum, integrado por varios premios nacionales e internacionales, destacando el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines, 2021, y los LXI Juegos Florales Iberoamericanos de Ciudad del Carmen 2019. Un viajero de corazón, así como apasionado de las fronteras que la lírica proporciona, Parra Aguilar se especializa en el tema del poema en prosa. Libros infaltables: Los muchachos del Guinness Book (CONECULTA, 2022), Breves (Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nayarit, 2017), y Pertenencias (Mantis editores, México, 2014).

Suzette Celaya (Hermosillo, Sonora, 1982), con la obra Nosotras recibió el Premio Primera Novela Amazon 2023. Ya con eso Celaya puede apantallarnos con sus logros, sin embargo, hay más aún, pues con la misma novela fue previamente galardonada en el Concurso del Libro Sonorense en 2020. Con su novela La tierra sobre tus huesos (editorial La navaja Suiza, 2023), Celaya publicó en España, y si su rostro te resulta conocido, probablemente sea porque también este año fue parte de la serie conmemorativa del Día Internacional de la Mujer, por parte de la Lotería nacional, que destacó a varias escritoras mexicanas.

Aziz Córdova (Agua Prieta, Sonora, 1995), con su primer libro Como siempre, llego tarde (o me vengo muy pronto) (Editorial Retina de Gallo, 2018), desde el título ya nos puso en sobre aviso de su música bulliciosa e inquieta para hacer poesía. Pero, entre el tono juguetón y siempre escondiendo una intelectualidad que parece incomodarle un poco al poeta, hay en los versos de Córdova una devoción hacia la poesía. Con un proyecto editorial que apoya las voces de los poetas jóvenes, y con presencia en festivales dentro y fuera del país, Córdova se perfila como uno de los escritores jóvenes más comprometido con la poesía en Sonora.

Iván Figueroa (Sahuaripa, Sonora, 1974), una de las voces maduras en la poesía de Sonora que se encuentra en una presencia un tanto ausente. Figueroa, si bien no lo vemos actualmente muy activo en el quehacer literario salvo que imparte talleres en La Casa de la Cultura Norte, es uno de los pilares cuando hablamos de poesía en el Estado y con varios reconocimientos a nivel estatal y nacional, entre los que podemos mencionar los Premios Literarios Estatales Ciudad de La Paz y el Premio Nacional de Poesía Sonora, Bartolomé Delgado de León. Libros que no pueden faltar en ningún librero: su trilogía de The american dream, integrada por el libro The American Poems, Novamérica y Sun screem.

Karen Islas (Caborca, Sonora, 1989), una de las mujeres poetas cuya obra me entusiasma muchísimo. Ha sido ganadora del apoyo del Programa de Desarrollo Cultural Municipal, 2009; del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora, 2015; y del Concurso del Libro Cartonero Sonorense, 2018, en la rama de poesía donde aparece antologada en el libro Transitoria. Sus poemas los podemos encontrar en diversas revistas, destacando por su propuesta que integra lo lírico y lo visual, la serie publicada en el sitio Neotraba.

Gerardo Hernández Jacobo (Valle del Mayo, 1982) Narrador, cantinero y papá / Foto: Cortesía | Gerardo H. Jacobo

Gerardo H. Jacobo

(Valle del Mayo, 1982) Narrador, cantinero y papá.

Algunas letras imprescindibles en la producción literaria sonorense:

Las de Gerardo Cornejo: La sierra y el viento, una épica del peregrinar que funda las colonias agrícolas en los grandes valles y que reconstruye y sintetiza el génesis de una gran parte de nuestro ser sonorense contemporáneo. En las letras de Cornejo hay una mirada compleja, abarcadora, con el espíritu de los cronistas y el acercamiento estético de los líricos. Una obra fundamental para hablar de nuestra literatura.

Las de Abigael Bohórquez: decir “poeta mayor” es un lugar común, pero la poesía de Abigael es justamente lo contrario. Una lírica que va de lo barroco a lo regionalísimo, de lo arcaico a lo posmoderno, del amor filial a los pasionales arrebatos homoeróticos, Bohórquez construye una poesía única, que se distancia de todo lo anterior reconociéndolo y tiende puentes y construye cimientos para lo que vendría. Tanto Navegación en yoremito como Poesida o las antologías de su obra poética (como Heredad o Todo Abigael) son un deleite.

Las de Selene Carolina Ramírez: la autora de Love is love y Villa Paraíso ha construido una voz durísima, elegante y refinada y la ha puesto al servicio de las historias de los relegados. En los relatos de sus tres libros de narrativa encontraremos una antología de los invisibles: los ancianos abandonados en últimos hogares, las identidades sexuales no tradicionales, las parafilias, el criminal romántico, la heroína trágica devenida en villana para su comunidad. En su poesía, y especialmente en su poemario En el país de las mujeres enterradas, poemas que abordan la violencia de género hay otro poder: un núcleo de dolor mirándose al espejo.

Las de Carlos Sánchez y Carlos René Padilla: este par de Carlos, sin acuerdo previo, se pusieron hace años a escribir textos hijos del mismo matrimonio: el oficio reporteril y el amor por la literatura. El resultado ha sido muchas de las mejores crónicas de nuestras letras. En Sánchez están el barrio viejo, el Hermosillo que dio el paso de pueblo a ciudad con todo lo que eso entrañaría, la criminalización del desafortunado, la anécdota íntima que sin saberlo es comunitaria. La ternura. En Padilla están las historias que pigmentan la nota roja y sobre todo una ruta de regreso a las historias que no llegan al texto de los diarios. Ambos narradores tienen una larga lista de títulos en novela y cuento, pero es en la crónica donde han coincidido. De Sánchez son imprescindibles Matar y La ciudad del soul; de Padilla hay que leer sí o sí No toda la sangre es roja y Hércules en el desierto.

Esta lista breve, con toda su importancia, es casi nada en un Sonora donde también están escribiendo Sylvia Arvizu, Franco Félix, Suzette Celaya, Alfonso López, Julia Melissa Rivas, Manuel Parra, Ricardo Solís, y donde han escrito Nacho Mondaca, Miguel Méndez, Leo Sandoval o Armida de la Vara. Bien podrían ser estos nombres los que ocuparan los anteriores párrafos, o bien otros: Sylvia Aguilar-Zéleny, María Antonieta Mendivil, Imanol Caneyada, Sergio Valenzuela, Miguel Manríquez y Luis Enrique García. No son todos los nombres, son un acercamiento, una invitación que pretende ser tentadora.

Sylvia Manríquez (Navojoa, 1966) Periodista, poeta y promotora cultural / Foto: Cortesía | Sylvia Manríquez

Sylvia Manríquez

(Navojoa, 1966) Periodista, poeta y promotora cultural.

1. Luis Enrique García, quien además de ser figura importante en la historia del teatro sonorense, es un gran escritor. Su libro Ciudad nocturna sigue marcando un antes y un después en la literatura sonorense, y es increíblemente actual y refrescante su lectura.

2. Alba Brenda Mendez. Ésta escritora nacida en Caborca es una reconocida poeta, toda su obra es de muy recomendable lectura. Olaí, ser del tiempo es mi favorito, es un ejemplo del arte del verso libre.

3. Laura Delia Quintero. Es otra reconocida poeta cuya obra es sonorense. Ella vivió aquí desde su infancia hasta su muerte sucedida hace apenas unos días. Es una maestra de firmas breves como el hai-kais. Es de las pocas poetas que escribe para niños y niñas, te recomiendo su libro infantil El burrito sabio .

4. Ernesto García Nuñez. Es un gran escritor de producción muy variada, lo mismo escribe teatro, poesía, novela, cuento. Me gusta su poesía como el poemario Abigael y la novela ¿Sexo? Yes plis.

5. Hay que leer a Carlos Sanchez, un importante escritor cuyos libros tienen historias de gente cercana a nosotros. Te recomiendo En el mar de tu nombre, una historia de un viaje en una búsqueda tan interna como real.

Carlos Mal (Hermosillo, 1980) ) Escritor, dibujante de cómics, muralista, y profesor de literatura / Foto: Cortesía | Carlos Mal

Carlos Mal

(Hermosillo, 1980) ) Escritor, dibujante de cómics, muralista, y profesor de literatura.

Llega el Día Internacional del Libro, así que amablemente se me pregunta que cuáles son mis autoras y autores sonorenses favoritxs. No es difícil, ya que, aunque odio Sonora, amo a algunas personas que viven en este yermo de tósigo y espinas; también, a veces, amo sus letras, porque si yo pude exprimir de mi contexto un poco de belleza, mi simpatía está con quienes también supieron hacerlo, ya sea antes o después que yo o ya sea de manera más o menos sublime que la mía.

1. SUSANA HARO debutó el año pasado con su ópera prima, Mala Flor, un poemario de pétalos abiertos y de bella manufactura que, también convierte a sus presentaciones en vivo en momentos artísticos únicos. La poesía, en mi sincera opinión —que suele ser correcta—, tanto la presente como la futura, solo tiene sentido si viene de las plumas de las mujeres. La poesía de hombres, de un tiempo acá —tal vez desde hace mucho—, suena falsa y ridícula, y es este poemario de Susana Haro una piedra más sobre el túmulo risible del reino de los hombres y son sus versos evidencia de esta poesía nueva y fresca, llena de sentido. Chequen nada más la pureza del verso, casi artesanal, pero sofisticado y elegante en su poema “El vuelo”:

Contrasté mi plumaje en tu cielo,

toqué el arpa de tus ángeles en fuego,

fui la gota que derramó todos los vasos,

la rama larvada, la mestiza trenzada.

Volé y sigo volando,

me voy y sigo llegando,

mundano privilegio este que tengo

de ser el viento, el ala y el tiempo.

(Susana Haro, Mala Flor, 2023)

2. LAURA DELIA QUINTERO se nos adelantó hacia los confines del Samsara y ahora juzga nuestros malos versos desde las cimas insospechadas del Parnaso. Para quienes no entienden las alegorías mitológicas, la maestra Laura Delia dejó este mundo recientemente, pero dejó, como una estela de fuego en el agua tibia de un mundo que no la merecía, estos versos:

Para la roca

que en tu pecho habita

del agua

poseo

la humilde pertinencia

de la gota.

(Laura Delia Quintero, “Humildad”, de Escrito sobre el fuego, 2007).

3. HUGO MEDINA. Aun si, en lugar de gustarme, odiara la obra de Hugo Medina, tendría que reconocer que, simplemente por sus estadísticas, este jonronero de las letras está en otro maldito nivel. Es como si mi visor sayayín de repente se llenara de números aleatorios y su cristal explotara justo en mi jeta y yo no tuviera más que exclamar: “¡Su nivel de poder está más allá de nueve premios del Concurso del Libro Sonorense!”. Sus libros que son mis favoritos son Necropulsiones, Ciudades agridulces, Los papeles amarillos e Historia Natural del cáncer, del cual extraigo estos brutales versos:

[…]

el ángel cáncer:

amor, tú estabas

quejosa en las tinieblas,

en el mudo cuásar

del dolor encajado,

inclinada como el tallo

de una rosa muerta

o torcida como el cuello

de una garza…

Se alzaron sus andrajos

color Galilea sobre tu lecho:

era el emisario que pondría

la ostia de tu sangre

en las manchas tenues

de las luces de abril: […]

(Hugo Medina, “Ángeles cancerígenos”, en Historia natural del cáncer, 2018).

4. YO. CARLOS MAL. Carlos Mal es, a ser verdad, la misma persona que yo soy; al menos así ha sido desde que recuerdo, y, pues, cuando leo lo que escribo me agrada mucho y, aun mejor, siento ganas de escribir más cosas para poder leerlas y que otras personas las lean. Si fuera necesario para quien lee este genuino y excelente top cinco de literatura sonorense conseguir, comprar o piratear una obra de Carlos Mal, o sea, de mí, debería ser probablemente mi novela Escritor (2023), en venta en ninguna parte o mi libro de viajes Rodear la Tierra y andar por ella (2022) o mi futuro poemario Noctalgia (2027).

5. ABIGAEL BOHÓRQUEZ es el santón de la literatura sonorense, y aunque pueda parecer lugar común alabar sus logros y sus alcances, sería necio no hacerlo, ya que este compa caborquense en verdad, en realidad y sí, de hecho, era y es lo que tanto le atribuyen quienes lo han leído y quienes mienten y dicen que lo han leído. Gay, vanguardista y nerdo, Abigael dejó una huella honda y pingüe que pocos han podido llenar con sus pies raquíticos y de sarmentosos metatarsos. Los poemas que más disfruto de su obra son esos en los que imita el registro lingüístico del romance medieval y lo mezcla con el vernacular sonorense y con su propio idioma de poeta afiebrado por la visión del amado.

[…] Muy sol está la mar de sed continua,

muy agua está la luz penefarola

en el ir y venir de tu cadera;

rema pues, maristerro,

nave de luz que soy, rema

y apágame;

malherido me has y a pie,

pastorgaleote;

por vos es mi placer hortelamante:

a remar me a remar, entanamientes,

yo empezaré mi boca

solmarina.

(Abigael Bohórquez, “Navegación en Yoremito”, en Navegación en Yoremito, 1995).

Quedan pendientes muchos más, Ernesto García Núñez, Ricardo Solís, Suzette Celaya, Rocío Romo, Hiram Elizondo, pero no hay tiempo ni espacio, como en el corazón oscuro de los agujeros negros, justo pasando el horizonte de sucesos.

Eve Gil (Hermosillo, 1968) Narradora, ensayista y periodista cultural / Foto: Cortesía | Eve Gil

Eve Gil

(Hermosillo, 1968) Narradora, ensayista y periodista cultural.

La literatura sonorense de los últimos años es muy diferente a la que se hace en el resto del país. A diferencia de otros estados del noroeste que comparten una problemática similar, como lo es el dominio del narcotráfico, en Sonora se da prioridad a otros tipos de violencia, a otros tipo de problemáticas. Y dejo fuera a muchos autores que me parecen muy buenos, porque si no se hace aquí una multitud:

Carlos Sánchez. Le da voz a las personas que no la tienen. En lo particular siempre me he interesado por las razones detrás de las personas que delinquen, qué los lleva a hacer algo así de lo que la mayoría de la gente no es capaz. Y Carlos logra retratarlo muy bien. No es cuestión de simpatizar con ellos, pero sí logramos entender sus causas.

Selene Carolina Ramírez. Tiene un manejo del lenguaje muy poético y al mismo tiempo muy brutal. Su forma de narrar puede ser cruda, pero siempre manejando el lenguaje con mucha poesía.

Suzette Celaya Aguilar. Es una gran constructora de historias. La psicología de sus personajes está muy bien construida. En su novela Nosotras se centra en la historia de dos mujeres, que son dos personajes hasta cierto punto antagónicos, que sin embargo logran un nivel de sororidad muy impresionante en medio de este caos en que están desalojando el pueblo donde viven.

Claudia Reina. Es una autora que no se parece a nadie. Hace ciencia ficción y casi nadie en el noroeste escribe ese género. Es también un poco surrealista, pero todas sus historias tienen sentido y son muy digeribles, perfectamente estructuradas y con el lenguaje muy cuidado. Es una autora fuera de serie en todo México.

Gerardo H. Jacobo. Es un magnífico narrador, muy ambicioso. Sabe transmitir muy bien las emociones de sus personajes. Sales de sus novelas con la sensación de que has hablado y convivido con ellos. Logra mucha empatía y cercanía emocional con el lector.

César Gándara. Cambia mucho de un libro a otro. Tiene una gran imaginación, es muy cinematográfico. Tiene la misma virtud de Gerardo en fabricar personajes muy verosímiles y muy entrañables. Sobre todo sabe construir muy bien a los personajes jóvenes y no cualquiera conserva esa esencia para rescatar ese lenguaje y esa capacidad de observación en una edad madura.

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Margarita Oropeza. Después de la montaña es una novela magníficamente construida, es una de las primeras novelas feministas que yo leí en una época en que el feminismo no era bien visto.

Laura Delia Quintero. Me parece la mejor poeta de Sonora, después de Abigael Bohórquez. Combina muy bien el pensamiento y la filosofía con lo emocional. Es una poeta con un gran vigor, pero al mismo tiempo logra adquirir tintes de una ternura muy entrañable. Lamento muchísimo su reciente fallecimiento, porque además era una gran persona. Merece más lectores.

Cristina Rascón. Es una autora muy innovadora, no solamente respecto a la literatura sonorense sino a la literatura mexicana en general. Fue la primera cuentista de Sonora que no hablaba precisamente de la región, hablaba de otros países. La desilusión óptima del amor es realmente ejemplar en ese sentido. Logra reunir dos tópicos que pareciera que no tienen nada en común, como las matemáticas y la literatura.

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