Se ha dicho que las actividades deportivas en todo el mundo serán hasta donde el coronavirus lo permita, ya que en los últimos ocho meses se han presentado brotes, picos de infección, aplanamiento de curvas y ahora rebrotes que nos tienen a merced del comportamiento de una pandemia en la nueva normalidad.
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El deporte a todo lo largo y ancho de la entidad sonorense ha venido sufriendo mucho de esto, con procesos de adaptación que se han ido modificando según todas las variables que han intervenido y seguirán sucediendo con el comportamiento de la enfermedad.
Sabíamos que en marzo, abril y mayo la situación estaría “color de hormiga” con la Jornada Nacional de Sana Distancia que mandó a todos los deportistas a casa, esperando en que la situación tuviera una solución de unos 3 o 4 meses como sucedió en países orientales como China, Japón y Corea.
Gimnasios, estadios, campos locales y demás espacios designados para la práctica deportiva quedaron cerrados, impidiendo que deportistas de todos los niveles quedaran imposibilitados para entrenar con continuidad, habilitando algunos espacios en casas o colonias, pero desde luego que eso no fue suficiente.
A nivel internacional esto trajo como consecuencia el aplazamiento de un año para disfrutar de los Juegos Olímpicos de Tokio, y por ende, todos los eventos relacionados como torneos clasificatorios o puntuables para acceder a la máxima competencia que quedó programada para el 2021.
Entrados los meses de junio y julio el deporte profesional inició con acciones para hacer retornar la actividad con encuentros a puerta cerrada y protocolos muy estrictos, desde los cuidados previos en cada una de las concentraciones, hasta las llamadas burbujas, como la que la Asociación del Basquetbol Estadounidense llevó a cabo en Orlando, Florida.
Aspectos locales
Con la nueva normalidad puesta en marcha, deportistas de todos los niveles reiniciaron actividades con diversos torneos virtuales en disciplinas como taekwondo, levantamiento de pesas, tiro con arco, y hasta rutas ciclistas y maratones, donde se las ingeniaron para promover la actividad física y la alta competencia.
Instalaciones deportivas reanudaron desde agosto y septiembre con aforos limitados para la práctica deportiva, sobre todo en aquellas disciplinas que se practican al aire libre como atletismo, futbol, beisbol, hockey sobre pasto, entre otras.
Atención al color
A nivel nacional cada una de las entidades federativas ha regido su movilidad en acuerdo con lo que hoy conocemos como Semáforo Epidemiológico, donde el color rojo mantenía a todos en fase de sana distancia, el naranja permitía aforos del 20 al 40% y el amarillo del 40 al 60%.
A mediados de octubre Sonora, Sinaloa, Baja California, Nuevo León y Jalisco tenían se encontraban en el color amarillo, razón por la cual la Liga Arco Mexicana del Pacífico autorizó el 40% de aficionados para cada uno de los estadios, pero el comportamientos de éstos en algunos recintos, aunado a los brotes de casos en varios clubes no sólo envió a los fanáticos de nuevo a casa sino que también provocó el cierre de la liga por 11 días.
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Todos esperamos que las cosas mejoren para una eventual reactivación de eventos amateur y profesionales, pero como se mencionó desde el principio, esto dependerá del comportamiento de la pandemia que irá desde la simple cancelación de evento, hasta suspensión de toda una temporada de competencias deportivas.
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