Un abrazo puede ser un agente liberador, un pasaporte a una estado alterno de confort, un escape a un entorno adverso o simplemente una muestra de afecto en cualquier nivel, siempre llevará una carga emotiva específica para quien lo da y para quien lo recibe, en un acto que acerca los corazones de ambas personas, tal vez por eso se sienten tan bien.
La duración media de un abrazo entre dos personas es de 3 segundos, pero algunos investigadores han descubierto que cuando un abrazo dura más de 10 segundos, se produce un efecto terapéutico sobre el cuerpo y la mente. La razón es que se produce una hormona llamada “oxitocina”, también conocida como la hormona del amor.
Esta sustancia tiene muchos beneficios en nuestra salud física y mental, ayuda, entre otras cosas, a relajarse, a sentirse seguro y calmar temores o ansiedad. Este tranquilizante lo obtenemos cada vez que tenemos a una persona en nuestros brazos, a un niño, cuando acariciamos un perro o un gato, cuando estamos bailando con nuestra pareja, cuanto más nos acercamos a alguien o simplemente sostenemos los hombros de un amigo.
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La Ciencia comprueba los beneficios de los abrazos
Ser abrazado por otros, pero también abrazarse a uno mismo, reduce las hormonas del estrés, así lo reflejó un estudio realizado por el investigador Aljoscha Dreisoerner de la Universidad Goethe de Frankfurt, Alemania, y los resultados mostraron claramente que tanto en la condición de abrazo como en la de autoabrazo obtuvieron niveles de cortisol más bajos, que es conocida como la hormona del estrés.
La duración del abrazo es importante para el humor, siempre nos hará sentir un poco mejor si un ser querido nos da un abrazo sincero. Un estudio de la investigadora Anna L. Dueren del Departamento de Psicología de la Universidad de Londres, donde 45 mujeres abrazaron durante 1, 5 o 10 segundos a un voluntario e informaron cómo se sentía el abrazo y los resultados fueron contundentes: los abrazos de 5 segundos y de 10 segundos fueron calificados como más placenteros que los de 1 segundo, por lo tanto, el abrazo óptimo debe durar al menos 5 segundos, como fue descrito en el revista digital Psychology Today.
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Otro punto a resaltar de los abrazos es en correlación en los adultos mayores, ya que un estudio realizado por Tia Rogers-Jarrell de la Escuela de Kinesiología y Ciencias de la Salud de la Universidad de York en Toronto, Canadá, encontraron que aquellos adultos mayores que indicaron que tenían abrazos continuamente, tenían una mayor probabilidad de una salud más alta que las personas mayores que informaron nunca tener la oportunidad de ser abrazados.
Así que la receta es muy sencilla en estos tiempos tan agitados en los que nos tocó vivir, donde las grandes urbes acaparan nuestro tiempo en la producción de satisfactores y en medio de ese mar de responsabilidades podemos tomar un respiro y recargar pilas con un simple abrazo, que en teoría, no debería de negársele a nadie.
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