Uno de los recuerdos más importantes en la vida de un sonorense es llegar de la calle, ya sea camino de la escuela o después de jugar con tus vecinos, en un día donde el calor amenaza con derretirte a ti y tus tenis con lucecitas, ¿y con qué te recibe tu mamá en estos días? Con un caldazo de queso bien caliente y unas tortillas de “mais”.
Ahora ya estamos grandes, nos toca estar del otro lado de la estufa cocinando todos los días para nosotros mismos o para nuestros propios niños que también requieren de esa experiencia formativa de “calor saca calor”, así que es hora de que reluzcan las viejas recetas y preparar esta delicia juntos, aquí te enseñamos.
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El caldo de queso es una comida bastante básica pero llena de sabor, como muchas de las comidas tradicionales de nuestro estado, el secreto está en la calidad de los ingredientes que utilices.
Para el mejor caldo de queso te recomendamos elegir un queso regional más seco, menos propenso a derretirse; más que eso se busca que mantenga su forma y absorba los sabores del caldo.
Si no tienes acceso al queso fresco sonorense, otras variedades como el panela, cotija o manchego funcionan bien.
Hoy el video de esta recta viene por cortesía de la página “Comer y beber” en Facebook, que tiene comida tradicional preparada de forma rápida y sencilla.
Para preparar esta receta necesitarás:
Cuatro chiles anaheim
Cuatro papas blancas medianas
Media cebolla picada
Dos tomates saladet picados
Un cubo de caldo de pollo
Cilantro
Ajo en polvo
Sal y pimienta
A cocinar:
Empezamos tatemando los chiles para que aporten ese sabor picante y ligeramente ahumado que a todos nos encanta, para eso puedes ponerlo sobre el fuego abierto de la estufa e irlo girando para tostar toda la piel.
Después de tatemar los chiles, pásalos a una bolsa de plástico para que se suden mientras se enfrían, esto es uno de los secretos más importantes para que agarren sabor. La forma más común es ponerlos en una bolsa de plástico y hacerle un nudo para atrapar el calor; reservarlos mientras continúas con la receta.
Lo siguiente es preparar las papas, pétalos y parcelas en pedazos grandes, serán las compañeras del queso que harán la base del caldo.
Con las papas partidas, échalas a una olla con agua y ponlas a hervir a fuego medio, es aquí donde te toca decidir cuánta agua quieres en tu caldo, hay casas donde se usa mucho y otras donde se hace más seco.
Unos diez minutos después de meterlos en la bolsa, saca los chiles y quítales la semilla antes de partirlos en tiritas, agregalos a una sartén con aceite caliente junto a la media cebolla y los tomates picados en trozos grandes.
Cuando las verduras estén empezando a soltar su jugo y los sabores empiezan a incorporarse, agŕegalo a la olla con las papas. Déjalo hervir mientras agregas el condimento: ajo, sal y pimienta.
La estrella de la función, el queso, debe ser lo último que agregues para evitar que se ponga demasiado blando. Una vez que las papas ya estén bien cocidas agrega el queso cortado en cubos grandes y el cilantro.
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Una vez que el queso absorba los sabores del caldo (que no tardará más de unos minutos) deja enfriar y sirve con tortillas recién hechas (si deben ser de maíz o de harina es objeto de debate) y chiltepines secos al lado para que cada quien le de el picante que quiera.
El caldo de queso es una de las sopas más famosas que se preparan en el norte de México, se dice que se preparaba originalmente en la región central de Sonora y que de ahí se ha extendido a Chihuahua y Sinaloa, cada versión con sus propio sazón particular.
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