/ domingo 19 de febrero de 2023

De Sonora a Carolina del Sur: Yazmín Sauceda trasciende fronteras con sus ideas

La carrera de Yazmín la ha llevado a superarse a sí misma en múltiples ocasiones, esta vez busca su doctorado en Estados Unidos

En el año 1971 el famoso artemarcialista Bruce Lee dijo durante su más popular entrevista en “The Lost Interview”, con Pierre Berron, lo siguiente:

“No te establezcas en una forma, adáptala y construye la tuya propia, y déjala crecer, sé como el agua. Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable, como el agua… El agua puede fluir o puede aplastar. Sé como el agua, amigo, el agua que corre nunca se estanca; así es que hay que seguir fluyendo”.

Lee también: Adria, la talentosa hija de Ricardo Arjona que triunfa en Hollywood

La capacidad de adaptarse al espacio, al lugar, a las circunstancias, y a las oportunidades, es justamente lo que caracteriza a Perla Yazmín Sauceda Oloño, hermosillense, investigadora, científica y ahora maestra titular en la Universidad de Clemson, ubicada en Carolina del Sur, Estados Unidos.

La originaria de la Ciudad del Sol fue una adolescente que, como muchas otras, no sabía qué quería estudiar, pero lo que sí sabía bien era que no deseaba ser maestra, sin embargo, el dejar que las cosas y las oportunidades fluyeran la llevó a dedicarse a la docencia de tiempo completo en una de las universidades públicas de mayor tradición del vecino país, y que fue fundada desde 1889.

En su afán por aprender cosas y sin una idea clara hacia dónde ir, en 2009 eligió una carrera de reciente creación en la Universidad de Sonora, la de Ingeniería en Mecatrónica, generación donde 120 alumnos ingresaron, y solo 10 eran mujeres.

“Eso era un problema entonces, porque siempre ha sido un reto demostrar que tenemos las mismas capacidades, lo que puedes hacer tú, también lo puedo hacer yo”, expresó, refiriéndose a que sigue habiendo poca participación del género femenino en este tipo de carreras.

En la Universidad, Yazmín convive con otras mujeres que han llegado lejos en la ciencia / Foto: Cortesía | Yazmín Sauceda

Pese a la competencia, durante el transcurso de la carrera Perla se adaptó y fue una de las seis mujeres que se graduaron junto con toda la generación.

“Entré a ingeniería porque no quería ser maestra, entonces durante la carrera hubo ocasiones que yo decía ‘siento que me faltó más información, siento que a lo mejor no me lo enseñaron cómo deberían’, era una carrera nueva”, indicó.

Durante su carrera, participó en un intercambio con la Universidad de Arizona, donde realizó estancia de investigación y pudo explorar el estilo de vida de un estudiante de posgrado, lo que cambió su visión pues ya no quería hacer nada relacionado a la mecatrónica.

Con lo que aprendió en Arizona y su nueva visión, durante el 2015, tomó la decisión de estudiar la maestría en Nanotecnología, con especialidad en biomateriales, con lo que llegaron retos importantes en su vida y su sed de conocimiento siguió creciendo.

“Tanto tiempo estudiando algo y un día dices, ya no quiero hacer esto, quiero hacer otras cosas; entonces, mientras estaba en la maestría me ofrecieron trabajar con celdas solares, porque era lo que estaba relacionado a mecatrónica, pero no, me gusta aprender cosas nuevas, me gusta ponerme solita la soga al cuello y me fui por el área del biomaterial”, dijo.

En estos estudios de posgrado participó con un maestro que estaba trabajando con la liberación controlada de fármacos, exclusivamente en el tema del cáncer.

Ahí logró desarrollar un protocolo para la creación de nanopartículas encapsuladas en quitosana, que podrían usarse en el diagnóstico de cáncer y como posible agente de terapia de esta misma enfermedad; actualmente este proyecto, en el que Perla participó, sigue siendo desarrollado por otros estudiantes de doctorado.

“Terminé la maestría y dije: no voy a hacer un doctorado, el trabajo es muy pesado, por lo que me puse a ver qué opciones tenía”, por lo que surgió la opción de trabajar en el Instituto Tecnológico de Hermosillo (ITH) en el puesto de Jefa de Laboratorio de Química, y donde duró tres años laborando.

Duró un año en el puesto, para luego ascender, en la misma institución, a coordinadora de la carrera de Ingeniería Biomédica, donde se desempeñó por otros dos años, tiempo que considera fue una satisfacción gracias a la interacción con los estudiantes y el entusiasmo que lograron transmitirle por su carrera.

Como parte de su investigación, Yazmín trabaja en novedosos materiales / Foto: Cortesía | Yazmín Sauceda

Un doctorado que la hizo maestra

Después de eso, en 2020, entonces sí, optó por inscribirse en un doctorado de Química Orgánica y Química en Materiales, en la Universidad de Clemson, Carolina del Sur.

“Ahora, donde estoy, en Carolina del Sur, yo sabía que no iba a ser fácil, porque me fui de una ingeniería a estudiar específicamente química, pero mi asesor ha tratado de aprovechar mis conocimientos y experiencia en ingeniería para aplicarlos a los proyectos que tengamos dentro de los laboratorios”, precisó.

A diferencia de la universidad, donde había más hombres que mujeres, en sus estudios de doctorado pasa totalmente lo contrario, ya que de 9 estudiantes, sólo dos son varones, además del profesor encargado de la investigación.

El proyecto en el que están trabajando es el desarrollo de un material cuyas propiedades es que está hecho de grasa animal desechada, que se propone sea utilizado en el área de la construcción, específicamente, para sustituir el concreto o el asfalto que se utiliza en las vialidades.

Actualmente se encuentran en el proceso de comprobar su alta durabilidad ante el paso vehícular y de tiempo.

Dicho material tecnológico, dijo, pudiera ser aprovechado por empresas y en sus licitaciones para construcción de carreteras y calles, resaltar que se trata de material orgánico, resistente a las altas temperaturas.

Gracias a los resultados que hasta ahora han obtenido, el Gobierno de Estados Unidos les otorgó un financiamiento de medio millón de dólares para que este grupo de científicos, incluida ella, continúen con los experimentos y pruebas.

Debido a la naturaleza de la investigación, su intención es lograr una vinculación o bien una colaboración entre la Universidad de Clemson y el Gobierno del Estado de Sonora, así como organizaciones y asociaciones ganaderas a fin de poder aprovechar el desecho de la grasa animal para la continuidad de los experimentos y pruebas de este compuesto que llaman concreto orgánico.

Gracias a la participación de esta investigación durante su doctorado, así como por sus conocimientos, desempeño y trayectoria como docente, fue recomendada para ser maestra titular para impartir la materia de química en esa misma Universidad de Clemson, considerada la institución pública número uno de Carolina del Sur.

Mujer de éxito

Ingeniera mecatrónica, maestra en nanotecnología, experta en biomateriales y en química, así como próxima doctora, Perla Yazmín Sauceda Oloño es una mujer sonorense que no le ha dado miedo innovar.

Aconsejó a las jóvenes mujeres que sienten ese impulso de hacer algo como ella, que lo hagan, así sea con miedo, pues todo fluirá e irá tomando su lugar y su forma.

“No hay que tener miedo, no hay que creer que uno debe ser experto en matemáticas, o experto en química para estudiar una carrera relacionada con ciencia y tecnología, algo que yo he aprendido es que todas las carreras son difíciles, al final del día lo que importa es lo que tú quieres lograr”, afirmó.

Dijo que quien piense o busque ser parte de la industria no debe pensar que será difícil, sino dejar ir ese sentimiento y aprender a salir de la zona de confort.

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Si bien Perla no es la primer mujer que han querido detener para que no haga cosas en un ámbito mayoritariamente masculino, inteligentemente ella ha sabido sobrellevar y evitar que este tipo de situaciones le quiten las intenciones de crecer, y como los ríos, ha avanzado hasta el punto en el que se encuentra actualmente.

“Yo he escuchado de investigadores decir que les gusta más trabajar con mujeres, porque somos más organizadas, porque mantienen limpio el laboratorio y esas cosas, pero yo lo que espero escuchar más adelante es: ‘me gusta trabajar con mujeres porque hacen lo mismo, me dan los mismos resultados, no voy a batallar’, no solamente porque tenemos esa parte de la limpieza y la organización en las que ya estamos encasilladas, sino porque podemos tener los mismos resultados”, concluyó.

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En el año 1971 el famoso artemarcialista Bruce Lee dijo durante su más popular entrevista en “The Lost Interview”, con Pierre Berron, lo siguiente:

“No te establezcas en una forma, adáptala y construye la tuya propia, y déjala crecer, sé como el agua. Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable, como el agua… El agua puede fluir o puede aplastar. Sé como el agua, amigo, el agua que corre nunca se estanca; así es que hay que seguir fluyendo”.

Lee también: Adria, la talentosa hija de Ricardo Arjona que triunfa en Hollywood

La capacidad de adaptarse al espacio, al lugar, a las circunstancias, y a las oportunidades, es justamente lo que caracteriza a Perla Yazmín Sauceda Oloño, hermosillense, investigadora, científica y ahora maestra titular en la Universidad de Clemson, ubicada en Carolina del Sur, Estados Unidos.

La originaria de la Ciudad del Sol fue una adolescente que, como muchas otras, no sabía qué quería estudiar, pero lo que sí sabía bien era que no deseaba ser maestra, sin embargo, el dejar que las cosas y las oportunidades fluyeran la llevó a dedicarse a la docencia de tiempo completo en una de las universidades públicas de mayor tradición del vecino país, y que fue fundada desde 1889.

En su afán por aprender cosas y sin una idea clara hacia dónde ir, en 2009 eligió una carrera de reciente creación en la Universidad de Sonora, la de Ingeniería en Mecatrónica, generación donde 120 alumnos ingresaron, y solo 10 eran mujeres.

“Eso era un problema entonces, porque siempre ha sido un reto demostrar que tenemos las mismas capacidades, lo que puedes hacer tú, también lo puedo hacer yo”, expresó, refiriéndose a que sigue habiendo poca participación del género femenino en este tipo de carreras.

En la Universidad, Yazmín convive con otras mujeres que han llegado lejos en la ciencia / Foto: Cortesía | Yazmín Sauceda

Pese a la competencia, durante el transcurso de la carrera Perla se adaptó y fue una de las seis mujeres que se graduaron junto con toda la generación.

“Entré a ingeniería porque no quería ser maestra, entonces durante la carrera hubo ocasiones que yo decía ‘siento que me faltó más información, siento que a lo mejor no me lo enseñaron cómo deberían’, era una carrera nueva”, indicó.

Durante su carrera, participó en un intercambio con la Universidad de Arizona, donde realizó estancia de investigación y pudo explorar el estilo de vida de un estudiante de posgrado, lo que cambió su visión pues ya no quería hacer nada relacionado a la mecatrónica.

Con lo que aprendió en Arizona y su nueva visión, durante el 2015, tomó la decisión de estudiar la maestría en Nanotecnología, con especialidad en biomateriales, con lo que llegaron retos importantes en su vida y su sed de conocimiento siguió creciendo.

“Tanto tiempo estudiando algo y un día dices, ya no quiero hacer esto, quiero hacer otras cosas; entonces, mientras estaba en la maestría me ofrecieron trabajar con celdas solares, porque era lo que estaba relacionado a mecatrónica, pero no, me gusta aprender cosas nuevas, me gusta ponerme solita la soga al cuello y me fui por el área del biomaterial”, dijo.

En estos estudios de posgrado participó con un maestro que estaba trabajando con la liberación controlada de fármacos, exclusivamente en el tema del cáncer.

Ahí logró desarrollar un protocolo para la creación de nanopartículas encapsuladas en quitosana, que podrían usarse en el diagnóstico de cáncer y como posible agente de terapia de esta misma enfermedad; actualmente este proyecto, en el que Perla participó, sigue siendo desarrollado por otros estudiantes de doctorado.

“Terminé la maestría y dije: no voy a hacer un doctorado, el trabajo es muy pesado, por lo que me puse a ver qué opciones tenía”, por lo que surgió la opción de trabajar en el Instituto Tecnológico de Hermosillo (ITH) en el puesto de Jefa de Laboratorio de Química, y donde duró tres años laborando.

Duró un año en el puesto, para luego ascender, en la misma institución, a coordinadora de la carrera de Ingeniería Biomédica, donde se desempeñó por otros dos años, tiempo que considera fue una satisfacción gracias a la interacción con los estudiantes y el entusiasmo que lograron transmitirle por su carrera.

Como parte de su investigación, Yazmín trabaja en novedosos materiales / Foto: Cortesía | Yazmín Sauceda

Un doctorado que la hizo maestra

Después de eso, en 2020, entonces sí, optó por inscribirse en un doctorado de Química Orgánica y Química en Materiales, en la Universidad de Clemson, Carolina del Sur.

“Ahora, donde estoy, en Carolina del Sur, yo sabía que no iba a ser fácil, porque me fui de una ingeniería a estudiar específicamente química, pero mi asesor ha tratado de aprovechar mis conocimientos y experiencia en ingeniería para aplicarlos a los proyectos que tengamos dentro de los laboratorios”, precisó.

A diferencia de la universidad, donde había más hombres que mujeres, en sus estudios de doctorado pasa totalmente lo contrario, ya que de 9 estudiantes, sólo dos son varones, además del profesor encargado de la investigación.

El proyecto en el que están trabajando es el desarrollo de un material cuyas propiedades es que está hecho de grasa animal desechada, que se propone sea utilizado en el área de la construcción, específicamente, para sustituir el concreto o el asfalto que se utiliza en las vialidades.

Actualmente se encuentran en el proceso de comprobar su alta durabilidad ante el paso vehícular y de tiempo.

Dicho material tecnológico, dijo, pudiera ser aprovechado por empresas y en sus licitaciones para construcción de carreteras y calles, resaltar que se trata de material orgánico, resistente a las altas temperaturas.

Gracias a los resultados que hasta ahora han obtenido, el Gobierno de Estados Unidos les otorgó un financiamiento de medio millón de dólares para que este grupo de científicos, incluida ella, continúen con los experimentos y pruebas.

Debido a la naturaleza de la investigación, su intención es lograr una vinculación o bien una colaboración entre la Universidad de Clemson y el Gobierno del Estado de Sonora, así como organizaciones y asociaciones ganaderas a fin de poder aprovechar el desecho de la grasa animal para la continuidad de los experimentos y pruebas de este compuesto que llaman concreto orgánico.

Gracias a la participación de esta investigación durante su doctorado, así como por sus conocimientos, desempeño y trayectoria como docente, fue recomendada para ser maestra titular para impartir la materia de química en esa misma Universidad de Clemson, considerada la institución pública número uno de Carolina del Sur.

Mujer de éxito

Ingeniera mecatrónica, maestra en nanotecnología, experta en biomateriales y en química, así como próxima doctora, Perla Yazmín Sauceda Oloño es una mujer sonorense que no le ha dado miedo innovar.

Aconsejó a las jóvenes mujeres que sienten ese impulso de hacer algo como ella, que lo hagan, así sea con miedo, pues todo fluirá e irá tomando su lugar y su forma.

“No hay que tener miedo, no hay que creer que uno debe ser experto en matemáticas, o experto en química para estudiar una carrera relacionada con ciencia y tecnología, algo que yo he aprendido es que todas las carreras son difíciles, al final del día lo que importa es lo que tú quieres lograr”, afirmó.

Dijo que quien piense o busque ser parte de la industria no debe pensar que será difícil, sino dejar ir ese sentimiento y aprender a salir de la zona de confort.

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Si bien Perla no es la primer mujer que han querido detener para que no haga cosas en un ámbito mayoritariamente masculino, inteligentemente ella ha sabido sobrellevar y evitar que este tipo de situaciones le quiten las intenciones de crecer, y como los ríos, ha avanzado hasta el punto en el que se encuentra actualmente.

“Yo he escuchado de investigadores decir que les gusta más trabajar con mujeres, porque somos más organizadas, porque mantienen limpio el laboratorio y esas cosas, pero yo lo que espero escuchar más adelante es: ‘me gusta trabajar con mujeres porque hacen lo mismo, me dan los mismos resultados, no voy a batallar’, no solamente porque tenemos esa parte de la limpieza y la organización en las que ya estamos encasilladas, sino porque podemos tener los mismos resultados”, concluyó.

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