Del terror a los screamers en el cine moderno

La industria actual se ha enfocado ya no en la trama sino en la cantidad de veces que pueda hacerte saltar de la silla

Francisco Hernández | El Sol de Hermosillo

  · martes 28 de julio de 2020

Cortesía | Twitter @AntonioMautor

¿Te ha pasado que cuando ves una película de terror, más que sentirte entretenido o asustado por su trama, solo esperas el momento en que saltará algo a la pantalla buscando que hagas lo mismo desde tu silla?, bueno, eso es un screamer y el cine de terror moderno, está repleto de ellos.

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Es común en la actualidad que las películas de horror se midan en ¿cuántos sustos da al espectador?, dejando de lado en muchas ocasiones una buena trama, historia o argumento. Tan sólo dedicando casi en su totalidad del filme en crear situaciones para un susto repentino.

El cine de horror, sí, una de sus características principales es que dé miedo, que asuste al espectador; sin embargo, existen muchos métodos para hacer que una película logre dicho cometido, pero en estos tiempos, parece que no hay tiempo para ello.

Tal parece que la industria del cine de este género se ha enfocado, más allá de contarnos una historia que provoque miedo, en darnos sustos repentinos a cada cuarto de hora y tratar de demostrar sus efectos visuales.

¿Qué es un screamer?

Para poder entender esto en mayor medida, debemos conocer primero, ¿qué es un screamer?, bueno, la palabra nació en Internet como referencia a una broma.

Regresa a algún punto de tu vida, cuando no manejabas bien el Internet, las redes sociales eran más limitadas y sentado en un ciber (o en casa de alguien), un amigo te hacía la bendita pregunta: ¿encuentras el error?, mientras mirabas un auto pasar en una carretera verde y tranquila, de fondo sonaba una música relajante, apenas audible…

De pronto, un rostro retorcido, sin piel y con las cuencas de los ojos llenas sangre salía sobre la pantalla con un grito estremecedor y alto de fondo, haciéndote saltar de la silla hacía atrás. Pues, eso es un screamer.

Sobreexplotación en el cine

El efecto que se tuvo fue tan practico, que se ha sobreexplotado en el cine de terror y, sí, antes de que alguien reclame, esto no es algo nuevo, pues desde principios de los años 40, en el cine se tienen los llamados jump scare.

Estos fungen con el mismo propósito, hacer (literalmente) saltar a la gente de sus asientos y tuvieron su mayor auge desde los ochentas.

Sin embargo, los jump scare cuentan con un proceso de preparación durante la historia y pueden servir como una manera de transición en la misma o para dar a conocer algún punto importante de la trama.

El jump scare se construye para dar un mejor resultado, hoy en día, más que eso, parece que las películas hacen screamers.

Obviando que muchas veces una película de terror, no ocupan un gran presupuesto para ser buena, una buena historia o trama es esencial para poder sumergir al espectador en ella, un espectador sumergido, es más fácil de asustar.

Pero en el cine moderno pasa lo contrario, la historia puede ser cualquier cosa -menos buena- y tratan de llenarte la hora y media o dos horas de película con sustos baratos y muchas veces, sin sentido alguno.

Cortesía | Twitter @FranucciFH

Construir un buen susto no sólo se basa en poner algo aterrador de la nada junto algún grito, puede funcionar, sí, pero en un video corto, quizá, uno que está totalmente enfocado en llevarte hacia ese punto.

Una película es una historia atrapante, una donde el espectador puede sentirse casi dentro de ella, algo que podría pasar a ti, llevarlo de la mano y cuando se sienta seguro, darle un empujón hacia el vacío del miedo.

A continuación te compartimos una escena de la película Tiburón, misma que nos dejó un ejemplo perfecto de como construir un buen susto.