Cuando llueve, situación que es cada vez menos frecuente en una ciudad como Hermosillo, salvo alguna que otra temporada que llaman “atípica”, ocurre que las personas comenzamos a cuestionar o fantasear que lo nos gustaría hacer en esos momentos.
Esto ocurre, por lo general, cuando estamos encerrados en una oficina, o cuando nos auto limitamos para hacer lo que nos provoca este acontecimiento.
Entonces surge la pregunta ¿para qué se te antoja este día llovedor?, o bien, te acuerdas de cuando estábamos chiquitos y… Tú, lector, qué hacías en tu niñez cuando llovía.
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¿Has visto caer la lluvia?
En días como este, primero de septiembre, que recibimos con una lluvia y un bonito nublado en Hermosillo, también evocamos canciones que tienen que ver con este fenómeno climatológico. Quizás seas de las personas que tienen una playlist para días lluviosos. Aquí aportamos una.
¿Qué hacías cuando eras chamaco y llovía?
Las historias que guardamos en la memoria, de cuando éramos chamacos, no pueden dejar de lado aquellos días en los que podíamos salir a bañarnos bajo la lluvia, sin pensar que íbamos a enfermarnos o que el agua pudiera estar contaminada.
Tampoco faltaba que en este alegre suceso pudiéramos chapotear en los charcos de agüita caída del cielo; quizás era porque había menos baches en las calles, o los patios eran de tierra, o teníamos espacios libres frente a nuestras casas y , solos o con nuestros hermanitos y amigos de la cuadra echábamos relajo.
No éramos Georgie, pero…
Si hablamos de barquitos de papel que van en el agua de la lluvia, tal vez la chaviza recuerde a Georgie, el niño del impermeable amarillo por el que se desarrolla toda la historia de “It” o “Eso”; ya sea en libro o película, pero a muchos nos tocó elaborar embarcaciones de ese tipo y hacerlas navegar en el caudal que corría junta a nuestra banqueta, ¡sin que ningún payaso malvado nos persiguiera hasta el fin de nuestros días! (y también en nuestros sueños convirtiéndolos en pesadillas).
Otras diversiones para la lluvia
Algunas diversiones que surgían durante la lluvia también implicaban salir a pasear y ver cómo corría el agua por las calles, mientras se podía pasar por la orilla para hacer surgir la ola. ¿Cuántas veces te bañaron sin que lo pidieras, mientras esperabas para cruzar una calle o ibas caminando?
¿Te ha pasado que ibas en tu carro y el de enseguida te echara la ola encima? ¿Que tu parabrisas no funcione? ¿Quedarte en medio del charco, porque se mojaron los cables de tu auto? ¿Recuerdas “el vadito” de la calle Reforma, antes de llegar a la Unison, al que había que sacarle la vuelta si traías carro “bajito”
¿Cuántas veces cruzaste las calles por la defensa de un carro para no mojar tus pies?, o quizás recuerdes cuando tus papás te cargaron en brazos para que no te mojaras. A lo mejor te tocó ir en familia al Cerro de la Campana a disfrutar la vista de la ciudad, cuando hacía menos calor…
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En días de lluvia también es común que la gente salga a buscar pan dulce, o quizás te tocó que tu mamá o tu abuelita hicieran papitas con chorizo o frijolitos para comer, en un pan birote o virginia, para disfrutar una tarde lluviosa. Tal vez amasaban en casa y hacían tortillas de harina, y tú las disfrutabas calientitas, recién hechas, con amor (y eras feliz sin saberlo).
¿Qué recuerdos tienes? ¿Qué se te antoja hacer cuando llueve?
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