Dado que la piel es el único órgano que está constantemente en contacto con el medio ambiente, es frecuente que sufra daños por los cambios en el clima y el invierno no es la excepción.
La doctora Alba Borbón Armenta, dermatóloga de la Torre Médica CIMA, señaló que durante esta temporada, la falta de cuidados de la piel puede ocasionar afectaciones que van desde resequedad y comezón hasta la muerte del tejido de alguna zona del cuerpo.
“Los grupos de población más susceptibles son las niñas y niños, adultos mayores y quienes padecen alguna enfermedad dermatológica, además de las mujeres en la etapa de la menopausia”, explicó.
Al iniciar el frío y por la falta de humectación, la piel tiende a tornarse quebradiza, crea comezón y se generan grietas que son la vía de entrada de bacterias, así como de virus que pueden provocar infecciones leves.
De acuerdo con la especialista, el frío también puede ocasionar que enfermedades de la piel preexistentes como la dermatitis y la esclerodermia empeoren su condición y requieran de atención médica.
Asimismo, en casos extremos, la exposición constante a temperaturas muy básicas puede causar efectos drásticos en la piel como deshidratación e hipotermia, tal como sucedería cuando una persona es afectada por el calor.
Borbón Armenta destacó que el hecho de que haya ausencia de calidez en el ambiente no significa que los rayos del sol dañan menos la piel, por lo que se debe seguir usando protector solar en cara, manos y orejas.
Las bajas temperaturas también provocan en algunas personas mayores de 60 años y diabéticas la llamada vasoconstricción, lo que se traduce en menor aporte de sangre a la piel, con su consecuente reducción de la secreción de la dermis, resequedad y grietas.
Recomendaciones
Para evitar afectaciones derivadas del frío en la piel, la dermatóloga sugirió la humectación diaria del cuerpo, intensificando los cuidados en las partes más expuestas al ambiente, tales como las manos y la cara.
“Al ser lavadas las manos con agua y jabón de forma constante, éstas pierden su hidratación natural, por lo que se recomienda aplicar una capa de crema después del lavado, también en el caso de la cara, especialmente en los labios, se recomienda usar pomada para evitar que el frío los reseque y agriete”, acotó.
El baño debe ser diario, rápido y con agua tibia, pues el agua caliente por un tiempo prolongado, como se mencionó anteriormente, elimina la capa de grasa de la piel y se reseca más.
Permanecer con ropa húmeda por largos periodos de tiempo queda descartado también, además se sugiere usar varias capas de ropa, pero sobre todo que las prendas que cubren directamente al cuerpo sean de algodón.
En caso de que la persona identifique enrojecimiento, oscurecimiento o entumecimiento en algún segmento de la piel, es necesario que acuda con un especialista para ser valorado y brindar tratamiento oportuno.
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La doctora resaltó que las personas con diabetes deben mantener un cuidado permanente de su piel, ya que son más susceptibles a presentar diversas alteraciones de la dermis que en ocasiones pueden llegar a ser graves.