Existe la idea de que reír es una actividad saludable que alegra los momentos propios y los de las personas con quienes compartimos recuerdos, bromas o chistes; pero, resulta que morirse de la risa, literalmente, sí es posible
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El filósofo Crisipo de Solos es una referencia sobre lo que es morir de la risa, pues resulta que el hombre murió tras ‘festejar’ su propio chiste, ¿puedes creerlo?
Sorpréndete, pero no te asustes mucho. En Grecia se celebraba la 143 edición de la Olimpiada, era época de fiesta donde predominaba el vino, aceitunas, dátiles y otras exquisiteces mediterráneas. Crisipo se había preparado para competir como corredor de larga distancia, sin imaginar que en ese contexto perdería la vida.
Esta víctima de la risa pertenecía al estoicismo, una escuela filosófica que –según enciclopediadehistoria.com- promueve mantener el control en momentos de caos y encontrarle un sentido a la vida para encontrar la felicidad; se originó en Grecia en el siglo III antes de Cristo.
De Solos es una de las figuras destacadas de la escuela estoica por haber sido un hábil orador.
Sobre su muerte, existen dos versiones; una señala que después de reírse de un chiste que hizo tuvo una asfixia prolongada que lo llevó a perder el conocimiento y segundos después tuvo un paro cardiaco; uno de sus contemporáneos registró que había visto a un burro comiéndose sus higos y expresó: “Ahora dale al burro un vino puro para lavar los hijos”, cayó al piso riendo con espuma en los labios y una especie de convulsión incontrolable; intentaron ayudarlo pero no sobrevivió.
Otra de las versiones que se tiene es que se embriagó con un vino en malas condiciones con el que se intoxicó con resultados fatales.
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¿Cuál de las opciones considerarías certera? ¿Qué tal son tus chistes? Has tenido alguna experiencia que te haya asustado después de lo que has reído o que te limite a hacerlo. Cuéntanos.