Cada 15 de febrero, en el mundo se conmemora el Día de la Lucha contra el Cáncer Infantil, cuya factibilidad de cura es mayor que el cáncer en adultos, sin embargo su complicación radica en que la mayoría de los pacientes llegan en una etapa avanzada de la enfermedad, por eso la necesidad de visibilizarlo con un día del año dedicado a mostrar el apoyo a los pacientes y sus familias.
Sonora, como muchos otros estados de la república, tiene esta enfermedad en constante monitoreo; del 100% de los enfermos con algún tipo de cáncer en la entidad, sólo el 5% corresponde a cáncer infantil, y pese a que no es una cantidad tan considerable, el problema existe, así lo dijo el doctor Gilberto Covarrubias Espinoza, Jefe del Servicio de Oncología Pediátrica del Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES)
“El problema existe y dentro de los cánceres que más vemos en pediatría es la leucemia en un 50%, en segundo lugar los linfomas que se ven alrededor del 20% y los tumores cerebrales se ven en el 11%, esos son los tres tipos de cáncer que vamos a ver en pediatría”, indicó el especialista en entrevista con El Sol de Hermosillo.
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Dijo que el cáncer de hueso (sarcoma) es también uno de los más frecuentes, y de ahí le siguen el cáncer de partes blandas o sarcomas de partes blandas, y también los neuroblastomas, pero con menor porcentaje, entre otros tipos de cáncer.
Agregó que la incidencia de cáncer del estado es muy parecida a la media nacional, en la cual son de 120 a 122 casos de cáncer pediátrico por cada millón de personas menores de 15 años, y es estadísticamente más frecuente en los niños, que en las niñas.
“La problemática que siempre tenemos, y que queremos que la población se entere, es que el diagnóstico debe ser temprano y la mayor parte de todos los cánceres pediátricos, más o menos el 80%, es decir 8 de cada 10, van a llegar con la enfermedad en etapa avanzada”, comentó Covarrubias Espinoza.
Señaló que quienes llegan en etapa temprana su tratamiento puede curar la enfermedad de una forma más sencilla, sin embargo cuando están en etapas avanzadas los tratamientos suelen ser más intensivos.
“Lo importante es que podamos tener mayor número de curaciones si nosotros como padres estamos pendientes de nuestros hijos, y vemos que si presentan algún síntoma que es persistente, o progresivo, debemos acudir al médico para poder hacer detecciones tempranas”, dijo, agregando los síntomas a los que los padres de familia deben estar atentos, que aunque son muy generalizados, son muy específicos de cáncer infantil sobre todo si se presentan de tres o cuatro síntomas juntos.
Síntomas del cáncer infantil
- Fiebre persistente por más de dos semanas (arriba de 38°C) sin causa aparente
- Pérdida de peso
- Sudoraciones nocturnas (dejar la sábana y a almohada mojadas) cuando no es algo común
- Palidez
- Dolor de piernas
- Aparición de bolitas en el cuello
- Abdomen distendido
- Convulsiones
- Alteraciones en la forma de caminar (pérdida del equilibrio)
- Vómito
El cáncer infantil no se puede prevenir
El oncólogo pediatra indicó que lamentablemente el cáncer infantil no se puede prevenir, tal cómo se ve o se explica la prevención de los diferentes tipos de cáncer en los adultos, por eso el énfasis de prestar atención inmediata a los síntomas, así como a los bultos o bolitas, que puede tratarse de tumores.
“En el adulto es altamente prevenible, pero en el niño no se puede prevenir, solamente es el diagnóstico temprano; la causa más frecuente del cáncer infantil son alteraciones genéticas a nivel de los cromosomas y que esto llega a generar un tipo de cáncer, pero estas alteraciones genéticas no son hereditarias, sino que se van adquiriendo en la vida y que van haciendo alteraciones por el contacto con los virus que son oncogénicos o infecciones que hacen alteraciones cromosómicas”, apuntó.
El funcionario estatal explicó que los tumores son un conglomerado de células, que pueden ser de dos tipos: células benignas, que son los tumores benignos, o conglomerados anormales en su funcionamiento y su morfología y que presentan además otras alteraciones, esos son los llamados tumores malignos.
Lo anterior se determina luego de practicar la biopsia y toda una serie de estudios y análisis a esa muestra extraída, para entonces dar el diagnóstico específico y definir si se trata de simples bultos benignos que se extraen con cirugías simples, o bien determinar el tipo de tumor o tipo de cáncer, así como el camino que seguirán para el tratamiento.
“Hablamos de tumores de una forma generalizada cuando está en estudios, no hablamos de cáncer hasta tener el diagnóstico, porque no podemos empezar a preocupar a la familia cuando no estamos seguros del diagnóstico”, indicó.
Recalcó que el cáncer existe y que este día internacional del cáncer infantil es para visibilizarlo, pero también que existen formas de detectarlo tempranamente.
“La tasa de mortalidad de infantes con cáncer estamos en un 6% de cada 100 mil niños menores de 15 años, casi igual que nivel nacional, pero también es mucho más curable que en adulto, alrededor del 70% de los pacientes es factible llevarlos a la curación, es decir 7 de cada 10 niños y niñas con cáncer, se van a curar”, enfatizó, que una vez diagnosticado los padres deben de buscar el tratamiento para sus hijos y no entrar en una posición de negación.
Kendra ora a diario por ella y por sus amiguitos con cáncer
Una niña de 6 años, cuya única preocupación es que la dejen salir a jugar con sus muñecas al solazo, que le encantan las golosinas y sueña con tener todos los vestidos de princesas y crecer, así es Kendra Sofia, una niña que sustituyó esas ilusiones por un único sueño, sanar y librarse de la leucemia que padece.
Fue en abril de 2022 que todo empezó, cuando Kendra cumplió 6 años, tuvo su fiesta, sus regalos, su piñata, sin embargo unos días después un dolor en sus piernas era insoportable; era una molestia que desaparecía y luego regresaba y se quedaba por días, una situación que a Raquel Nohemy Figueroa, su mamá, le extrañó pues se agregaron calenturas sin razón, sin enfermedad, sin infección.
Acudieron a un médico particular para tener un diagnóstico rápido, sin embargo nada anormal apareció ni en el ultrasonido, ni en la biometría hemática o los análisis de sangre, y los dolores y señales continuaban, así que fueron por una segunda opinión en el Hospital Infantil del Estado, y a 20 días de diferencia y repitiendo los mismos estudios, apareció la anemia, los niveles de plaquetas por los suelos, la niña había adelgazado mucho y su tono de piel era por demás pálido. En junio de 2022 oficialmente, Kendra de 6 años fue diagnosticada con Leucemia severa.
“Fue muy feo enterarnos, porque aunque te digan que no, tú te quiebras, te dicen leucemia, te dicen cáncer y ¿qué piensas? piensas que es la sentencia de muerte, por tu cabeza pasan veinte mil cosas, y uno en este tipo de situaciones lo que uno debe mostrar es tener fortaleza para dársela a la niña, pero lloras y mejor te vas dónde no te vean y luego ya regresaba con ella, pero se vive con miedo, estás preocupada por las calenturas, por los pinchazos porque se les acaban las venas”, explicó Raquel sobre cómo experimentaron el inicio de la enfermedad y el inicio del tratamiento.
Esta mujer, madre de dos, describió que el sufrimiento de ver a su niña, que no entendía porqué tenía que estar en el hospital para su quimioterapia y no en su graduación del Kínder aún con su vestido y su ilusión listas, es indescriptible, escuchar su dolor, su llanto, y tener que hacerle ver una terrible realidad, nadie tiene la vida comprada, ni resuelta.
“Kendra es una niña preciosa, con sus ojos pestañudos, hermosa, y había estado reaccionando bien pero el día que su cabello se empezó a caer sentimos tan feo, y a ella le pegó mucho, pero la fortaleza llegó y es un proceso que está llevando, además ya tiene una conciencia más desarrollada y ve la vida muy distinta, la niña tiene una conciencia ahorita que cada noche ora a Dios por otro día para ella y por otros compañeritos de ella que ya no están en esta vida”, explicó.
Los niños con leucemia, así como con otros tipos de cáncer, deben permanecer en el Hospital, para estar ante la vigilancia constante de los médicos, sobre todo para que puedan ir atendiendo sus necesidades derivadas de los tratamientos que reciben, intensos o no, y por ese tiempo que permanecen ahí las niñas y los niños se hacen familia, así que cuando alguno de ellos pierde la vida a causa de la enfermedad todos sufren, y el miedo llega nuevamente, pero en contraparte se mantiene la ilusión de tocar la campaña de la victoria, y para Kendra a sus seis años, escuchar ese sonido es su más grande ilusión.
Raquel Nahomy indicó que al inicio, el diagnóstico que le daban de éxito del tratamiento era de un 70%, pero cada vez que sus defensas bajan y hay necesidad de hospitalización, como es el caso de Kendra este día, la preocupación y la angustia que nunca se va, se incrementa e invade el corazón y la mente, pero la fe no abandona.
“Kendra a sus seis años se encomienda a Dios, y siempre dice ´Con el favor de Dios voy a estar bien, voy a luchar mamá’, es una niña que amamos y que queremos ver bien, pero además es muy inteligente, y te mantienes positivo pero pues el único tratamiento que hay para ella es la quimio y eso le adelgaza mucho sus venas y como ya sabemos no sólo mata las células cancerígenas, sino que agarra parejo, pero no hay otras alternativas; este miércoles la van a internar otra vez, porque siempre va a estar en observación, y cada cierto tiempo hay que llevarla nuevamente, ha sido muy fuerte todo esto”, expresó.
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Por esta condición Kendra ha ido muy pocas veces a la escuela, pero sus compañeritos la han cuidado y todo ha estado bien, sin embargo ella siempre pregunta ‘¿cuándo voy a ir a la escuela?’ cuenta su mamá, además de que afortunadamente ha sido muy cobijada en ese entorno, pero saben que una vez sana completamente podrá recuperarse todo el tiempo.
El tratamiento de Kendra es de dos años y medio, tiempo que tendrá que repartir entre su casa y el hospital, tiempo que deberá volver a sentir los pinchazos una y otra vez, tiempo en el que los peinados con la cabellera que solía tener, deberán esperar, dos años en los que la entereza que ha desarrollado sostendrán la fortaleza y la fe de su familia.
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