Robos, maltrato animal, así como violencia familiar, son algunas de las problemáticas más sentidas en diferentes colonias de Hermosillo, sin embargo, pocas tienen un bagaje histórico tan amplio como la colonia Cinco de Mayo.
Diego, residente de la colonia desde hace 29 años, relató que al tratarse de una de las colonias más antiguas de la capital, aquellos problemas sociales que antaño se presentaban con mayor frecuencia, como robos y asaltos, han disminuido con el pasar de los años, ya que aquellos personajes dedicados a la mala vida se encuentran hoy tras las rejas, retirados o muertos.
En su propia experiencia, dijo, ha sido víctima de algunos vecinos problemáticos que, en busca de provocaciones, no se detienen para vandalizar su carro, mientras que en otras ocasiones acuden a las afueras de su casa para molestar a sus perros, entre los que cuenta una rottweiler de casi tres años, un chihuahua de casi dos años y otro mestizo de siete años.
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“Ahorita, en las noches, más que nada, aquí se juntan en los barandales que están aquí enseguida y se ponen a fumar o lo que sea, pero también si le hablo a la patrulla no va a venir. No les importan ni a sus papás, menos a la policía”, comentó.
Asimismo, ver pasar a personas con machete en mano se volvió habitual con el tiempo, y aunque nunca ha sido testigo o víctima de un ataque, el hecho de verlos pasar infunde miedo, hasta que recientemente las autoridades tomaron cartas en el asunto con la llegada de elementos de la Guardia Nacional, los cuales han mitigado este problema.
Cinco de Mayo, en el top ten
Actualmente, la colonia figura entre las primeras 10 con mayor índice delictivo en Hermosillo, de acuerdo con el número de llamadas al 9-1-1 atendidas por las autoridades de Seguridad Pública.
Entre tales colonias, además de la Cinco de Mayo, se encuentran demarcaciones como el Centro, Solidaridad, San Benito, Palo Verde, Villa de Seris, Balderrama, La Cholla, Centenario y Jesús García, las cuales reportan delitos como violencia familiar, robo en diferentes modalidades, incendios provocados, entre otros.
A pesar de lo anterior, Diego, quien lleva toda su vida en la colonia Cinco de Mayo, afirmó que es raro que se hablen de estas cosas entre los vecinos, aunque todavía se cuentan historias de algunos personajes que poblaron la colonia y generaron aires de inseguridad, como lo fue “El Tun”, quien murió alrededor de los 45 años en el 2019 por causas naturales, pero que en su tiempo se dedicó a robar comercios a lo grande.
Y es que la reputación de la colonia Cinco de Mayo siempre se ha visto manchada por algunos casos sin remedio, pues a pesar de ser una de las colonias más antiguas de Hermosillo y, por consiguiente, poblada hoy en día principalmente por personas de la tercera edad, ha sido el escenario de tragedias imborrables de la historia de la capital.
El último fusilamiento
Ignacio Lagarda, cronista de Hermosillo, lo registró en su investigación histórica sobre el último fusilamiento que se llevó a cabo en Sonora en el año de 1957, en las instalaciones de la Penitenciaría Estatal, donde uno de los dos condenados a morir frente al paredón, aquella mañana del 18 de junio, fue quien violó y arrebató la vida a una menor precisamente en la colonia Cinco de Mayo.
El infame relato comienza la mañana del 18 de enero de 1955, en las calles 16 de Septiembre y Nuevo León, donde María de la Luz Margarita Mendoza Noriega, de 6 años de edad, salió de su casa para vender tomates en compañía de José, su hermano mayor, sin saber que esa era la última vez que la pequeña sería vista con vida.
Para las 19:00 horas de ese mismo día, la Policía recibió el reporte de que la niña no había regresado a casa después de vender tomates, por lo que se inició la búsqueda de la pequeña, dando aviso a la comunidad a través de las estaciones de radio local, para dar con el paradero de la menor.
Fue su hermano mayor quien declaró que en las calles Cinco de Mayo y Nuevo León, un sujeto, conocido como “Pancho Ruiz”, lo mandó a comprar cigarros a cambio de 15 centavos, mientras que a su hermana la llevó a su casa con la promesa de comprarle todos los tomates que llevaba para vender; asimismo, una señora testificó que vio pasar a un hombre con las señas del sujeto tomando de la mano a una niña, al parecer llevándola a la fuerza.
Más tarde se confirmó que la identidad del sujeto era Francisco Ruiz Corrales, residente de la colonia, quien contaba con historial delictivo, por lo que fue arrestado cuando llegaba a su casa por un agente vestido de civil, siendo trasladado a la comandancia, donde confesó haber violado y estrangulado a la pequeña.
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“Con engaños se llevó a la pequeña a un paraje despoblado ubicado entre la Carretera Internacional y el Country Club, donde la niña empezó a gritar. El desalmado confesó haberle tapado la boca, al mismo tiempo que la violaba; acto seguido la ahorcó del cuello hasta que su víctima murió”, detalló la investigación del cronista.
Es así como uno puede concluir que, aunque las calles de una vieja colonia estén colmadas de tranquilidad y sus mismos habitantes aseguran que la criminalidad ha disminuido, algunos rincones ocultan historias sombrías.
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