Anaís Durazo Durazo, de 24 años, originaria de Granados, Sonora, pasó momentos de desesperación, tristeza e incertidumbre al no tener comunicación con su mamá y hermano durante dos días debido a las fuertes lluvias en el estado.
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Jueves y sábado la señal telefónica y de internet se vio afectada durante dichos días, por lo que Anais tenía miedo que su familia se encontrara en peligro debido a las inundaciones en su municipio natal.
“Pensé que mi mamá y hermano habían muerto, estuve muy angustiada esos días porque no podía hablar con nadie, mi preocupación era que si la presa se desbordaba iba a inundar a los pueblos; en Granados subió el agua del río y llegó a la orilla del pueblo y se inundó todo”, contó.
Su mamá y hermano, como el resto de los habitantes de Granados, tienen como sustento principal la ganadería y la agricultura, por lo que lamentablemente al desbordarse el río perdieron todo el ganado: vacas, caballos, becerros.
“El agua llegó a la orilla del pueblo y se inundó todo, se llevó vacas, caballos, entre otros animales; mi hermano ya tiene dos días buscando a su yegua que teníamos con ella desde que yo estaba pequeña; lo dejó en nuestra milpa y ya no lo encontró. Se divisaban sombras de los caballos pero no están seguros si están muertos o quedaron atrapados en los alambres”, agregó.
Desafortunadamente en la milpa de su familia está completamente inundada, lugar donde era campo de trabajo para su mamá y hermano, pues hacían machaca, carne seca y aparte tenían ganado.
“Ahorita está todo el pueblo en quiebra porque de eso dependen, se llevó la tierra, todo; pero a pesar de todo esto la gente está tranquila, se sientan a la orilla del rio a tomar café, es gente de mucha oración y muy unida”, expresó.
Por lo tanto, ella y un grupo de jóvenes que son originarios de Granados están en colecta constante de ropa abrigadora, zapatos, cobijas, material de limpieza, para apoyar a sus familiares; asimismo quien desee brindar ayuda puede comunicarse con Narciso Monje al 6624309619.
Anais actualmente es paramédica, egresada de la Universidad Tecnológica de Hermosillo, también se encuentra en séptimo semestre de medicina en la Universidad Durango Santander y cumplirá un año en la academia de bomberos de Hermosillo, lugar donde hace guardias voluntarias, pues es su mayor pasión.
“Me he pagado mis estudios porque he trabajado cuidando a enfermos en hospitales o casas, también mi familia me ha ayudado muchísimo con la venta de ganado, machaca y carne seca; pero sí ha sido muy difícil, pero me gusta”, indicó.
Con tal solo 24 años ha logrado distintas metas, sin embargo su mayor sueño es ser bombero y posteriormente entrar al Ejército Mexicano, aunque también desde pequeña aprendió a hacer queso, machaca y carne seca, pues considera que puede laborar en cualquier trabajo honrado.
“Les digo a los jóvenes que sí está bien vivir la vida, pero hagan todas las carreras que puedan hacer; la gente piensa que nomás es terminar la carrera, casarse y tener hijos, esto es de crecer, de cumplir tus metas. Quiero seguir capacitándome”, puntualizó.
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