La exposición de niñas, niños y adolescentes a situaciones de violencia, como enfrentamientos armados cerca de los planteles educativos o en las comunidades en las que habitan pueden provocar un tema de estrés postraumático, así lo explicó Katia Muñoz Lizárraga.
En entrevista para El Sol de Hermosillo, la Psicóloga clínica y terapeuta familiar sistémica, detalló que pueden surgir diversos cambios emocionales en los menores, en torno a un episodio en donde se hayan sentido inseguros, independientemente si es en la escuela, en su casa o un espacio público.
Las consecuencias que pueden provocar este tipo de hechos en niños y niñas en una situación de riesgo dentro de un ambiente que consideran seguro, como es la escuela, dijo van desde problemas para dormir o para comer, ya sea que dejen de ingerir alimentos en su totalidad o que los consuman en exceso. Además, se puede dar el caso de que empiecen a mojar la cama, aun cuando ya no lo hacían; situaciones de cambio de temperamento e incluso malestares físicos, todo lo anterior son señales de alarma para buscar ayuda.
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“Actualmente hemos normalizado muchas de las cosas que pasan en este país, en torno a la violencia, tanto que la música y muchos contenidos tienen un tono más agresivo, se ha normalizado tanto que no sabemos cómo reaccionar a este tipo de circunstancias, de tal modo que, hasta que se viven nos comenzamos a cuestionar por qué están sucediendo”, apuntó.
Una de las principales recomendaciones para los padres de familia cuyos hijos atravesaron una situación de este tipo es llevarlos a terapia, para que aprendan a hablar del hecho ocurrido, y así, se trabaje en las emociones que se vivieron en ese momento.
“No debe ser algo que el infante tenga que cargar durante mucho tiempo, ya que procesan sus emociones de manera sumamente diferente a la de los adultos, pueden repetirse un millón de veces en la cabeza el mismo episodio donde sintieron esa inseguridad y ese miedo profundo, y eso puede transformarse en ansiedad o depresión, cosas que los niños pequeños no saben controlar por sí mismos” dijo.
Hablar con menores antes de que se presenten estas situaciones
Muñoz Lizárraga resaltó que, en caso de que no hayan pasado por este tipo de situaciones, es recomendable hablar con ellos, explicándoles que en cualquier circunstancia en la que se sientan inseguros, con miedo o se dé una situación de inseguridad deben ponerse en resguardo; instruirlos de cómo deben resguardarse y mantenerse en un lugar con un adulto cerca, enseñarle al niño a mantener la calma, lo anterior ayudará a que, cuando se sienta en una situación adversa, sepa cómo cuidar esas emociones que está sintiendo y procesarlas en el momento.
“Últimamente ha habido simulacros dentro de algunas escuelas, porque es una situación que se presenta comúnmente (enfrentamientos), lo hacen como si fuera un simulacro de sismo o incendio, pero la realidad es que los están preparando para cualquier eventualidad que pueda ocurrir dentro de la escuela”, resaltó.
Además, expresó que, “es muy importante estar atentos a las emociones de nuestros hijos, en ocasiones dejamos pasar circunstancias que pueden convertirse en un problema mayor y que posteriormente es más difícil tratarlas; los niños pequeños están sometidos a una lluvia de información constante y muchas veces no pueden procesarla de una manera adecuada, cuidar lo que ven lo niños y no normalizar este tipo de situaciones”.
La especialista mencionó que, en todas las instituciones de salud se debe de contar con un psicólogo, no necesariamente debe ser un especialista o un terapeuta infantil, pero se pueden recurrir a estas instancias para buscar ayuda.
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Cabe recordar que, en las últimas semanas se han suscitado una serie de enfrentamientos entre personas del crimen organizado y elementos de seguridad, principalmente en la zona norte de Sonora, en los municipios de Altar, Caborca, Santa Ana, Benjamín Hill, entre otros, donde las autoridades de seguridad municipal, así como de los planteles educativos han realizado acciones para salvaguardar la integridad de las niñas, niños y adolescentes.
En redes sociales se han viralizado videos de planteles donde los menores se encuentran resguardados en el suelo, mientras sus maestras y maestros tratan de calmarlos mediante canciones o alguna actividad. Uno de los casos más recientes ocurrió en Tijuana, en el vecino estado de Baja California, donde se pudo observar esta situación en redes sociales, lo que pone sobre la mesa el tema de las afectaciones a la salud mental que esto puede ocasionar en los menores.
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