Por años ha existido una alta marginación para los integrantes de las distintas etnias, no sólo en Sonora, sino en todo el país, sin embargo a pesar de eso, algunos han logrado salir del anonimato y convertirse en servidores públicos o políticos de trascendencia.
Una muestra del rezago es la implementación de los planes de justicia que promueve el Gobierno federal, donde se da la recuperación de terrenos, se mejoran condiciones de vida, entre otros beneficios, pero falta el más importante, el reconocimiento de quienes integran esas comunidades para ser representados en las tribunas de los distintos poderes.
De un universo que se estima es superior a los 60 mil personas, según el censo publicado en 2010, sólo pocos personajes han logrado figurar en la escena política o han estado a cargo de instancias de un alto rango, como es el caso de los exdiputados José Ignacio Martínez Tadeo y Zacarías Neyoy Yocupicio.
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Actualmente existen 19 regidores en municipios como San Luis Río Colorado, San Ignacio Río Muerto, Puerto Peñasco, Navojoa, Plutarco Elías Calles (Sonoyta), Navojoa, Huatabampo, Guaymas, Etchojoa, Caborca, Benito Juárez, Bácum, Altar y Álamos desde 2021, lo que representa una de las más altas inclusiones en las últimas décadas en el estado.
En el caso de Hermosillo se tiene un solo edil con esa característica, Alberto Mellado Moreno, quien es oriundo de Punta Chueca, territorio Comcáac, que se ubica en la zona rural Poniente del municipio. Aparece como su suplente Viviana Lizeth Valenzuela Romero.
Fuera de estos representantes en los cabildos no hay otros que ostenten puestos de mayor trascendencia, lo cual confirma que hay más asignaciones para personajes de esas comunidades, sin embargo sigue la asignatura pendiente de que estos lleguen a otros niveles con más poder de decisión.
Es necesario afinar mecanismos
Para el investigador de la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas de la Secretaría de Cultura, Tonatiuh Castro Silva, la participación de los pueblos originarios en la vida política de México debe basarse tanto en la iniciativa de sus propios miembros, como en una afinación de los mecanismos republicanos que se han dispuesto para tal fin desde la conformación del Estado posrevolucionario, y sobre todo, de la década de 1990 a la fecha.
Dado a que la población indígena representa un sector minoritario en términos demográficos, culturales e incluso genómicos, la sociedad mexicana se ha conformado a partir de las diversas etnias originarias, por lo que la cultura contemporánea, mestiza y urbana, e incluso nuestra constitución como individuos biológicos, guardan tales orígenes, considera el también maestro.
“La exclusión de los miembros de las diversas etnias del país traería como consecuencias la prolongación de los conflictos existentes, así como la aparición de nuevas problemáticas, básicamente por dos motivos: en tanto su inclusión y participación ya están dispuestas normativamente, por documentos tanto locales como internacionales, y los pueblos son conscientes de ello”, externó.
Además, subraya que el grado de conciencia étnica entre este sector poblacional se ha incrementado, por lo que cada vez es más común que aparezcan en la escena pública y en los ámbitos en los que es necesario tomar decisiones para transformar entornos, en este caso comunidades.
Sostuvo que hay exigencias como demandas de reconocimiento, respeto o resarcimiento, que parten del territorio y medio ambiente, infraestructura y equipamiento, sistema de partidos y participación política, básicamente, y pudieran sumarse rubros como salud pública y educación.
Personajes que han trascendido
José Ignacio Martínez Tadeo, (yoreme/yaqui) fue diputado federal en la 57 Legislatura de 1997 al 2000 por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), anteriormente diputado local en el Congreso del Estado, además de convertirse en líder de la Confederación Nacional Campesina (CNC) en el 2015 y luchar por los derechos de los trabajadores del campo.
El conocido “Yaqui Justiciero”, originario de Pótam, recibió hace unas semanas un homenaje por parte de ese partido al ser considerado como un líder político por sus más de 50 años en la gestión de la defensa de los derechos de las comunidades indígenas en América Latina.
Quien también logró ocupar un escaño en el Poder Legislativo en Sonora es Zacarías Neyoy Yocupicio (yoreme/mayo), docente normalista que alcanzó a ser presidente de la Mesa Directiva en el 2008.
Desde comisiones y tribuna, impulsó la iniciativa de Ley de Derechos y Cultura Indígena en el Estado, también una reforma electoral, entre otras acciones que fueron representativas y que marcaron un precedente en esos rubros.
Otro profesor que figuró en la escena pública es Juan Silverio Jaime León, de ascendencia yaqui, quien fue regidor y llegó a ser titular de la Dirección Indígena en el Gobierno de Sonora, además de asumir otras responsabilidades años después en la Delegación de Bienestar para el Gobierno federal y fue partícipe de la fundación del primer Centro Integrador Indígena de los Servidores de la Nación dentro de la 4T.
En el 2020 falleció a los 63 años y se le recuerda por haber sido pieza fundamental para que se dieran las negociaciones entre la administración estatal y federal para que se concretara el Plan de Desarrollo Integral de la Tribu Yaqui en los sexenios de Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo.
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También faltan mujeres
El maestro Castro Silva menciona que existe una participación notoria de mujeres provenientes de alguna de las etnias en el ámbito de la cultura, no tanto en el servicio público o dentro de funciones políticas, incluso con reconocimiento y proyección a nivel nacional, por el talento mostrado al ser artesanas, promotoras culturales, fotógrafas, cantantes, entre otras actividades.
Con el impulso que han tenido las candidaturas ciudadanas, no se descarta que en este o en los siguientes procesos electorales aparezcan representantes de las comunidades indígenas, en busca de sobresalir y llegar a puestos de decisión en los que se haga valer la voz de quienes integran las etnias, que por muchos años han estado en el olvido.
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