Alfredo Jiménez Mota fue un reportero sonorense que cubría la nota roja en el periódico El Impacial. Desapareció el 2 de abril de 2005, cuando investigaba el tráfico de drogas y crimen organizado en el estado, especialmente los lazos con el poder que lo hacían posible.
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Con esta desaparición iniciaría uno de los períodos más peligrosos para el periodismo en México, considerado entre los peores países para ejercer esta profesión. Según la entonces Procuraduría General de la República, más de 20 líneas de investigación llegaron a ser abiertas investigando el caso de Jiménez Mota, ninguna de las cuales ha dado resultado.
Lo último que se sabe del periodista de El Imparcial fue que se reunió con dos funcionarios del entonces gobierno sonorense, entre ellos el subdirector del Sistema Estatal Penitenciario, Andrés Montoya García. Según el exfuncionario, esa noche se encontró con Jiménez Mota en un supermercado antes de que tuviera que partir a ver a otra fuente.
La última llamada en el celular del periodista fue de quién en aquél entonces fungía como subdelegado de la Procuraduría General de la República en Sonora, Raúl Fernando Rojas Galván, de quién no se ha publicado una declaración por las investigaciones derivadas.
Desde entonces se señala al grupo criminal “Los Salazar”, ligados al Cártel de Sinaloa, como los probables autores materiales del crimen, en contubernio con exfuncionarios de los tres niveles de gobierno, según investigaciones independientes realizadas por colegas de Alfredo.
Junto a la falta de resultados se incluyen acusaciones por parte de la comunidad de periodistas en Sonora hacia las autoridades responsables por ocultar los hallazgos que se han realizado en afán de dejar “enfriar” el caso: mientras tanto el diario El Imparcial continúa contando los días de ausencia dentro de sus páginas.
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Alfredo era hijo de Esperanza Mota y Alfredo Jiménez; al igual que muchos miembros de su gremio era egresado de la Universidad de Occidente, donde realizó la carrera en Ciencias de la Comunicación. Tenía 25 años de edad.
Desde 2018 una placa en su honor permanece en la plaza El Tinaco, donde ahora el gobierno Federal realizará una disculpa pública y acuerdo de solución pacífica a su familia por su fallo en hacer justicia.
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