Además de haber marcado un antes y un después para la historia de la humanidad, la llegada de la pandemia del Covid-19, marcó la fecha de caducidad de una relación que tenía poco más de 4 años, incluyendo planes de boda.
Poco después de que se confirmara el primer caso de coronavirus en Sonora, durante marzo, múltiples empresas anunciaron a sus empleados sobre el confinamiento, lo que no sonaba tan mal, debido a los riesgos que implican estar en las calles; sin embargo, esta pareja no estaba muy acostumbrada al convivio diario.
“Éramos muy felices, pero creo que nuestra relación no estaba preparada para un aislamiento total, nosotros solíamos salir a juntarnos con amigos míos o de ella, pero ahora que lo pienso, no tuvimos muchos momentos donde estuviéramos ella y yo completamente solos”, dijo Manuel Valenzuela, quien afirma que el Covid-19 arruinó su relación amorosa.
Fue en el mes de junio cuando surgieron los problemas, pues la empresa para la que ella trabaja, exigió su presencia para seguir con sus labores, lo cual molestó realmente a Manuel, quien con el tiempo, empezaba a desconfiar hasta de su propia fobia para confirmar lo que tanto rondaba en su cabeza en esos momentos “infidelidad”.
“Todo fue ascendiente, primero empecé a desconfiar porque usaba el celular todo el día, la veía en línea y me enojaba, sabía que estaba mal, pero el hecho de que usara faldas me ponía los pelos de punta, yo pasaba mis días encerrado, mientras ella salía y se arreglaba tan bonito, que sólo yo quería admirarla, me hice muy posesivo”, reconoció.
Lo anterior desencadenó una serie de peleas y "alegatas" que no llevaban a ningún punto, por lo que decidieron arreglar las cosas y mantenerse como la relación feliz que siempre habían sido, pero ese pensamiento de un posible triángulo amoroso, torturaba la cabeza de Manuel diariamente, al punto de tener el deseo de revisar su celular y sus redes sociales para monitorear con quién hablaba ella.
Con las fiestas decembrinas, después de interiorizar y analizar la situación, Manuel llegó a la conclusión de hacer un cambio de actitud para lograr confiar al 100% en su amada; sin embargo, ella ya estaba tan afectada por tantas peleas y el ambiente nocivo en el que se encontraba actualmente, por lo que decidió prestarle su celular para que lo revisara.
Posteriormente, tras una inspección en el celular y sus cuentas personales en redes sociales, Manuel pudo confirmar una sola cosa, “ella no era infiel”, fue la frase que lo ha perseguido durante estos últimos días, pues no pudo encontrar una sola prueba que pudiera comprometer la fidelidad de su pareja.
Pero ella se fue, decidió terminar su relación y cambiar de página, en búsqueda de su propia felicidad.
“Se llevó toda su ropa y sus cosas, me siento mal porque mi cabeza fue la que hizo que esta relación terminara, quisiera tener certeza de que ella aún me ama, quiero cambiar mis pensamientos y que vuelva a estar a mi lado”, explicó.
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Como su última esperanza, Manuel pretende hacer algo especial este 14 de febrero, con la ilusión de que ella vuelva a sus brazos, para así, cumplir los sueños que juntos habían deseado, como casarse y hacer una familia.