/ domingo 16 de enero de 2022

Al bat | “Cananea” Reyes fue un jugador muy versátil

Benjamín “Cananea” Reyes no sólo trascendió en la historia del beisbol en su rol de estratega, sino también como jugador, primero amateur y luego ya a nivel profesional.

Verá qué cosa:

El debut de “Cananea” Reyes con los Naranjeros de Hermosillo ocurrió en la temporada 1963-1964 y vea de qué forma: en aquella edición, bajo el mando de Leo Rodríguez, fueron campeones, algo a lo que iba a estar muy acostumbrado en los años siguientes de aquella época del beisbol mexicano.

Aquella campaña del gallardete le fue por demás inolvidable junto con Héctor Espino, Jorge Fitch, Miguel Sotelo, Juan de Dios Villarreal, Rubén Esquivias, Eusebio Elizalde, Horacio Solano, Andrés Rodríguez, Roberto “Tawa” Lizárraga, Mauro Ruiz, Obed Plascencia, Marco Antonio Manzo… entre otros.

En esa campaña bateó sólo .168 en 58 veces al bat, con tres jonrones, once impulsadas y tres dobles.

Luego en las siguientes tres temporadas pegó .250, .264 y .231.

En total, con su único equipo en la Invernal de Sonora, casi siempre de jardinero, acumuló, .246, 20 jonrones, 70 producidas, 26 tubeys y tres triples, con 44 estafas.

Antecedentes

Antes de saltar a la pelota profesional, Benjamín Reyes compartía su tiempo estudiando en la UNAM la carrera de Derecho con el equipo “Sonora” que dirigía en la Ciudad de México Francisco “El Viejo” López Palafox.

De ahí decidió jugar en la Metropolitana con el “Kings Tailor” de Tránsito López y luego con los equipos que dirigía Miguel Oropeza (Monte de Piedad), además de ser parte del equipo del Distrito Federal en campeonatos nacionales amateurs.

Incluso jugó con la selección juvenil mexicana en el Campeonato Mundial celebrado en La Habana, Cuba, en 1961.

El toque distintivo de su forma de jugar era su versatilidad y agresividad, potencial que años más tarde iba a poner muy en práctica como timonel.

Contaba Tomás Morales que fue Tránsito López quien lo recomendó para que jugara con los Piratas de Campeche en la Liga del Sureste, decidiendo el sonorense abandonar sus estudios por el beisbol de paga.

En Campeche (1964), impondría marca de estafas con 54, además de batear .278 y, un año después, los Charros de Jalisco lo adquirieron a cambio de Hilario “Cuadrado” Peña.

Fue así como debutó en la Liga Mexicana (1965) con .264, 20 robos, tres cuadrangulares y 26 producidas.

Sin embargo, una fractura en una pierna le truncó su carrera como jugador de posición.

Esa lesión le llevó a tomar la decisión de ser manager, lo que inició en 1968 con Fresnillo, sucursal de los Charros en la Liga Central.

¡La suerte estaba echada…!

Y es que para el 69 iba a conquistar el primero de sus catorce banderines de por vida en el beisbol profesional.

Lo anterior, le diré, forma parte del trabajo/libro que ya tengo muy avanzado sobre la trayectoria del “Cananea” Reyes, por supuesto enriquecido con más datos y detalles.

Dimensionar la carrera de Benjamín Reyes, olvídese, son-serán palabras-conceptos de mucho peso.

De demasiado peso, creo que finalmente diría mi doble compadre Paco Martínez Martínez… el “Cuadrado” para nuestra querida maestra Josefina Carreón de la entonces gloriosa Secundaria Unison.

Vale.

Benjamín “Cananea” Reyes no sólo trascendió en la historia del beisbol en su rol de estratega, sino también como jugador, primero amateur y luego ya a nivel profesional.

Verá qué cosa:

El debut de “Cananea” Reyes con los Naranjeros de Hermosillo ocurrió en la temporada 1963-1964 y vea de qué forma: en aquella edición, bajo el mando de Leo Rodríguez, fueron campeones, algo a lo que iba a estar muy acostumbrado en los años siguientes de aquella época del beisbol mexicano.

Aquella campaña del gallardete le fue por demás inolvidable junto con Héctor Espino, Jorge Fitch, Miguel Sotelo, Juan de Dios Villarreal, Rubén Esquivias, Eusebio Elizalde, Horacio Solano, Andrés Rodríguez, Roberto “Tawa” Lizárraga, Mauro Ruiz, Obed Plascencia, Marco Antonio Manzo… entre otros.

En esa campaña bateó sólo .168 en 58 veces al bat, con tres jonrones, once impulsadas y tres dobles.

Luego en las siguientes tres temporadas pegó .250, .264 y .231.

En total, con su único equipo en la Invernal de Sonora, casi siempre de jardinero, acumuló, .246, 20 jonrones, 70 producidas, 26 tubeys y tres triples, con 44 estafas.

Antecedentes

Antes de saltar a la pelota profesional, Benjamín Reyes compartía su tiempo estudiando en la UNAM la carrera de Derecho con el equipo “Sonora” que dirigía en la Ciudad de México Francisco “El Viejo” López Palafox.

De ahí decidió jugar en la Metropolitana con el “Kings Tailor” de Tránsito López y luego con los equipos que dirigía Miguel Oropeza (Monte de Piedad), además de ser parte del equipo del Distrito Federal en campeonatos nacionales amateurs.

Incluso jugó con la selección juvenil mexicana en el Campeonato Mundial celebrado en La Habana, Cuba, en 1961.

El toque distintivo de su forma de jugar era su versatilidad y agresividad, potencial que años más tarde iba a poner muy en práctica como timonel.

Contaba Tomás Morales que fue Tránsito López quien lo recomendó para que jugara con los Piratas de Campeche en la Liga del Sureste, decidiendo el sonorense abandonar sus estudios por el beisbol de paga.

En Campeche (1964), impondría marca de estafas con 54, además de batear .278 y, un año después, los Charros de Jalisco lo adquirieron a cambio de Hilario “Cuadrado” Peña.

Fue así como debutó en la Liga Mexicana (1965) con .264, 20 robos, tres cuadrangulares y 26 producidas.

Sin embargo, una fractura en una pierna le truncó su carrera como jugador de posición.

Esa lesión le llevó a tomar la decisión de ser manager, lo que inició en 1968 con Fresnillo, sucursal de los Charros en la Liga Central.

¡La suerte estaba echada…!

Y es que para el 69 iba a conquistar el primero de sus catorce banderines de por vida en el beisbol profesional.

Lo anterior, le diré, forma parte del trabajo/libro que ya tengo muy avanzado sobre la trayectoria del “Cananea” Reyes, por supuesto enriquecido con más datos y detalles.

Dimensionar la carrera de Benjamín Reyes, olvídese, son-serán palabras-conceptos de mucho peso.

De demasiado peso, creo que finalmente diría mi doble compadre Paco Martínez Martínez… el “Cuadrado” para nuestra querida maestra Josefina Carreón de la entonces gloriosa Secundaria Unison.

Vale.