/ miércoles 2 de diciembre de 2020

Corren rumores | Amanecer en Dinamarca

El dinosaurio ahí estaba… Vaya, ayer me desperté muy ilusionado.

Lo primero que quise fue ir a pedir cita médica al Seguro Social o al Issste para estrenar los hospitales estilo Dinamarca, en donde no se atiende ni Obama, esto de acuerdo a la promesa presidencial que a partir del primero de diciembre tendríamos el mejor servicio de salud del mundo mundial.

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Y bueno, creo que me equivoqué de dirección porque el dinosaurio médico aún estaba ahí. Y además despierto. Bueno, el punto es que entramos al tercer año de gobierno, un año clave porque es el que influye en la gran elección intermedia de 2021, en donde va en juego la Cámara de Diputados y quince gubernaturas. No es cosa fácil, porque además es un factor para ver cómo se contabilizará el sexenio. Porque si no tiene el control la contabilidad es así: 1,2 y 3. Luego es 3,2 y 1, hasta que se llega vacío de poder como le pasó a Enrique Peña Nieto. Ah, pero si gana, se corre hasta el seis y llega con enorme poder como pasó con Echeverría. Incluso más, porque puede aspirar a reelección o de perdida al Segundo Maximato.

Nada fácil lo que sigue .. El presidente Andrés Manuel López Obrador inicia el tercer año con calificaciones aprobatorias. De acuerdo con un análisis del doctor Luis Estrada Straffon, director de la empresa SPIN Taller de Comunicación, hecho de las encuestas de Mitofsky a todos los presidentes al terminar su segundo año, AMLO tiene a noviembre 58.4% de aprobación con tendencia a la baja. Por su parte Peña Nieto tenía 40.8% en caída libre. Felipe Calderón tenía 61.3%, Vicente Fox 54.4%, Ernesto Zedillo con todo y crisis tenía 56.8% y Carlos Salinas de Gortari, en archienemigo al término de su segundo año llegó a una calificación de 66.6%. La historia del resto de esos sexenios ya la conocemos, por lo que no hay que hacerse muchas ilusiones.

Sismos y tormentas… El tercer año no se ve tan fácil. Es más, hay muchos nubarrones que presagian fuertes tormentas. En el terreno económico se puede presentar una fuerte desaceleración de continuar con las mismas medidas económicas. Los proyectos de inversión presentados en la semana en realidad son un catálogo de buenas intenciones y eso lo dicen los empresarios, porque los siguen dejando solos y el Gobierno sólo participa otorgando permisos y facilitando trámites. En Sonora, por ejemplo son dos carreteras las que están consideradas, cuando el grito es productores agrícolas que no tienen apoyo. De pescadores que el combustible es caro. Constructores sin apoyo en los programas de vivienda. Pequeños empresarios sin rescates financieros. En fin, la cosa puede estar ardiendo.

Tema electoral... Luego se contaminará todo con el tema electoral. Es obvio esperar campañas muy sucias, porque no vemos cómo los chayochairos puedan actuar de otra forma. Con todo y que a lo mejor se firma pacto de civilidad, lo cierto es que no van a resistir la tentación de sacarse trapitos al sol. Recurrir a golpes bajos, como volver a usar la tragedia del ABC como la usaron los padrecistas. Vamos a ver una lucha donde se vale todo. Esto va a polarizar a la población y seguramente provocará un fuerte enfrentamiento social. A nivel nacional pasará lo mismo. Incluso, el propio presidente López Obrador ya inició la guerra al atacar desde su tribuna presidencial las alianzas de la oposición. Todo esto seguramente va a tener respuesta.

¿Y Sonora? Como el resto de los gobiernos que no son de Morena, será ahorcada financieramente para hacer quedar mal al Gobierno estatal. Es muy posible que vengan al rescate de los ayuntamientos de Morena porque de lo contrario la mayoría van a hundirse por el pésimo desempeño de sus alcaldes. Si no les tiran un salvavidas la catástrofe es inminente. Además, tienen que hacer una labor fina para poder sentar a los que con malas calificaciones pretenderán reelegirse. Porque aunque no lo crean les late el corazón. Incluso hay algunos con el síndrome Terán, pues quieren dejar de heredera en las alcaldías a la esposa. Algo totalmente absurdo, pero se la creen.

Ahí viene Echeverría… Pues no es por nada, pero a todas las broncas parece que ahora viene otra contra los productores agrícolas y ganaderos del país, porque un senador de Morena de nombre José Narro Céspedes tuvo la genial ocurrencia de proponer una reforma al artículo 27 con el fin de incorporar la denominación de propiedad social, que sería un equivalente al ejido de antes, pero viene peor. Porque el Gobierno federal tendrá facultad para fraccionar, vender, donar o ceder en dominio a otras personas (no a sus dueños actuales) todas las propiedades que superen las cien hectáreas de riego o humedad de primera. En pocas palabras, van a tronar la producción agrícola y de nuevo parcelar todo el territorio. Y claro, a mantener a todos esos grupos “sociales”, que como en tiempos de Echeverría de tierra sólo sabían lo que traían en las uñas. Esta denuncia, hay que decirlo, lo hizo en forma muy valiente la senadora Lilly Téllez, dando la voz de alarma.

Malos recuerdos… Esta denuncia de Lilly Téllez, que obvio le costará otra campañita sucia en su contra, hará recordar a los productores sonorenses de aquellos años de los 70, cuando por orden de Echeverría se invadieron tierras para dársela a mecánicos, choferes, carpinteros, taqueros, pero menos a los trabajadores agrícolas. Se trató de fregarse a los productores sonorenses y más o menos lo lograron, pero la resistencia surgió entonces y de ahí, no olviden aparecieron los Bárbaros del Norte y todo cambió para el sistema. Bueno, advertidos por si pretenden mover este avispero.

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En fin, como dijo el Gordo Verdugo, el derecho al respeto ajeno, es llevar la fiesta en paz. Sale.

El dinosaurio ahí estaba… Vaya, ayer me desperté muy ilusionado.

Lo primero que quise fue ir a pedir cita médica al Seguro Social o al Issste para estrenar los hospitales estilo Dinamarca, en donde no se atiende ni Obama, esto de acuerdo a la promesa presidencial que a partir del primero de diciembre tendríamos el mejor servicio de salud del mundo mundial.

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Y bueno, creo que me equivoqué de dirección porque el dinosaurio médico aún estaba ahí. Y además despierto. Bueno, el punto es que entramos al tercer año de gobierno, un año clave porque es el que influye en la gran elección intermedia de 2021, en donde va en juego la Cámara de Diputados y quince gubernaturas. No es cosa fácil, porque además es un factor para ver cómo se contabilizará el sexenio. Porque si no tiene el control la contabilidad es así: 1,2 y 3. Luego es 3,2 y 1, hasta que se llega vacío de poder como le pasó a Enrique Peña Nieto. Ah, pero si gana, se corre hasta el seis y llega con enorme poder como pasó con Echeverría. Incluso más, porque puede aspirar a reelección o de perdida al Segundo Maximato.

Nada fácil lo que sigue .. El presidente Andrés Manuel López Obrador inicia el tercer año con calificaciones aprobatorias. De acuerdo con un análisis del doctor Luis Estrada Straffon, director de la empresa SPIN Taller de Comunicación, hecho de las encuestas de Mitofsky a todos los presidentes al terminar su segundo año, AMLO tiene a noviembre 58.4% de aprobación con tendencia a la baja. Por su parte Peña Nieto tenía 40.8% en caída libre. Felipe Calderón tenía 61.3%, Vicente Fox 54.4%, Ernesto Zedillo con todo y crisis tenía 56.8% y Carlos Salinas de Gortari, en archienemigo al término de su segundo año llegó a una calificación de 66.6%. La historia del resto de esos sexenios ya la conocemos, por lo que no hay que hacerse muchas ilusiones.

Sismos y tormentas… El tercer año no se ve tan fácil. Es más, hay muchos nubarrones que presagian fuertes tormentas. En el terreno económico se puede presentar una fuerte desaceleración de continuar con las mismas medidas económicas. Los proyectos de inversión presentados en la semana en realidad son un catálogo de buenas intenciones y eso lo dicen los empresarios, porque los siguen dejando solos y el Gobierno sólo participa otorgando permisos y facilitando trámites. En Sonora, por ejemplo son dos carreteras las que están consideradas, cuando el grito es productores agrícolas que no tienen apoyo. De pescadores que el combustible es caro. Constructores sin apoyo en los programas de vivienda. Pequeños empresarios sin rescates financieros. En fin, la cosa puede estar ardiendo.

Tema electoral... Luego se contaminará todo con el tema electoral. Es obvio esperar campañas muy sucias, porque no vemos cómo los chayochairos puedan actuar de otra forma. Con todo y que a lo mejor se firma pacto de civilidad, lo cierto es que no van a resistir la tentación de sacarse trapitos al sol. Recurrir a golpes bajos, como volver a usar la tragedia del ABC como la usaron los padrecistas. Vamos a ver una lucha donde se vale todo. Esto va a polarizar a la población y seguramente provocará un fuerte enfrentamiento social. A nivel nacional pasará lo mismo. Incluso, el propio presidente López Obrador ya inició la guerra al atacar desde su tribuna presidencial las alianzas de la oposición. Todo esto seguramente va a tener respuesta.

¿Y Sonora? Como el resto de los gobiernos que no son de Morena, será ahorcada financieramente para hacer quedar mal al Gobierno estatal. Es muy posible que vengan al rescate de los ayuntamientos de Morena porque de lo contrario la mayoría van a hundirse por el pésimo desempeño de sus alcaldes. Si no les tiran un salvavidas la catástrofe es inminente. Además, tienen que hacer una labor fina para poder sentar a los que con malas calificaciones pretenderán reelegirse. Porque aunque no lo crean les late el corazón. Incluso hay algunos con el síndrome Terán, pues quieren dejar de heredera en las alcaldías a la esposa. Algo totalmente absurdo, pero se la creen.

Ahí viene Echeverría… Pues no es por nada, pero a todas las broncas parece que ahora viene otra contra los productores agrícolas y ganaderos del país, porque un senador de Morena de nombre José Narro Céspedes tuvo la genial ocurrencia de proponer una reforma al artículo 27 con el fin de incorporar la denominación de propiedad social, que sería un equivalente al ejido de antes, pero viene peor. Porque el Gobierno federal tendrá facultad para fraccionar, vender, donar o ceder en dominio a otras personas (no a sus dueños actuales) todas las propiedades que superen las cien hectáreas de riego o humedad de primera. En pocas palabras, van a tronar la producción agrícola y de nuevo parcelar todo el territorio. Y claro, a mantener a todos esos grupos “sociales”, que como en tiempos de Echeverría de tierra sólo sabían lo que traían en las uñas. Esta denuncia, hay que decirlo, lo hizo en forma muy valiente la senadora Lilly Téllez, dando la voz de alarma.

Malos recuerdos… Esta denuncia de Lilly Téllez, que obvio le costará otra campañita sucia en su contra, hará recordar a los productores sonorenses de aquellos años de los 70, cuando por orden de Echeverría se invadieron tierras para dársela a mecánicos, choferes, carpinteros, taqueros, pero menos a los trabajadores agrícolas. Se trató de fregarse a los productores sonorenses y más o menos lo lograron, pero la resistencia surgió entonces y de ahí, no olviden aparecieron los Bárbaros del Norte y todo cambió para el sistema. Bueno, advertidos por si pretenden mover este avispero.

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En fin, como dijo el Gordo Verdugo, el derecho al respeto ajeno, es llevar la fiesta en paz. Sale.