/ martes 13 de febrero de 2024

Democracia y debate | La magia del juego

El domingo pasado, como ha pasado un domingo al año durante muchos años, se celebró en Estados Unidos un encuentro deportivo que es al mismo tiempo un cúmulo de sucesos que son consecuencia del mismo, acciones y transacciones millonarias que tienen como plato principal un juego, en el cual no sólo es importante lo que está pasando en la cancha, en el terreno de juego, lo que ocurre en unas pocas horas explota en derrama económica en muchos sentidos y en muchos países.

Así es el gusto por el llamado futbol americano, que tanto gusta a nivel mundial y que cuenta con una liga muy exitosa en la Unión Americana trasciende al país que lo inventó y logra pasión en prácticamente todo el mundo.

Por miles y miles de millones se cuentan las ganancias generadas en torno al juego final de la NFL, en México, por ejemplo, prestadores de servicios llenan sus restaurantes y bares de aficionados que durante algunas horas gastan gustosos su dinero apoyando a uno o a otro, se dan viajes internacionales procurando estar lo más cerca posible del lugar del evento, es bien sabido el éxito formidable del aguacate mexicano y su alto consumo durante el juego.

Las televisoras, radiodifusoras, plataformas digitales, casas de apuestas, todos ganan, mucho más que un día regular.

Sin embargo, este año tuvo un elemento nuevo y que sumó más y más millones de dólares a esta historia deportiva, fue la aparición del romance tan americano de la Mujer Maravilla y el Capitán América, pongan el nombre que gusten a los personajes, pero este deseo de llevar un sueño americano al trono se vio y se logró con la participación romántica de un jugador y de una cantante.

La cantante suma por millones nuevos seguidores del juego, de un equipo en particular, se abrieron nuevas apuestas en torno a esta pareja, en fin, una historia de esas tan de cine se construyó mientras el juego se desarrollaba, incluso antes del mismo y seguramente posterior a este.

Multiplicar el dinero, como los panes bíblicos es una lección que quizá deberíamos aprender muchos en nuestro entorno comercial y profesional, esa genialidad tan americana de darle al público lo que quiere en una envoltura que rebasa los deseos mismos del soñador o soñadora.

Nuevamente fuimos testigos de un juego y también vimos pasar los millones frente a nuestros ojos, lo disfrutamos y nos divertimos, con la particularidad que hoy muchos estuvimos acompañados de una nueva generación de fanáticos que sumados por una cantante es posible que encontraran y descubrieran la magia del juego.


El domingo pasado, como ha pasado un domingo al año durante muchos años, se celebró en Estados Unidos un encuentro deportivo que es al mismo tiempo un cúmulo de sucesos que son consecuencia del mismo, acciones y transacciones millonarias que tienen como plato principal un juego, en el cual no sólo es importante lo que está pasando en la cancha, en el terreno de juego, lo que ocurre en unas pocas horas explota en derrama económica en muchos sentidos y en muchos países.

Así es el gusto por el llamado futbol americano, que tanto gusta a nivel mundial y que cuenta con una liga muy exitosa en la Unión Americana trasciende al país que lo inventó y logra pasión en prácticamente todo el mundo.

Por miles y miles de millones se cuentan las ganancias generadas en torno al juego final de la NFL, en México, por ejemplo, prestadores de servicios llenan sus restaurantes y bares de aficionados que durante algunas horas gastan gustosos su dinero apoyando a uno o a otro, se dan viajes internacionales procurando estar lo más cerca posible del lugar del evento, es bien sabido el éxito formidable del aguacate mexicano y su alto consumo durante el juego.

Las televisoras, radiodifusoras, plataformas digitales, casas de apuestas, todos ganan, mucho más que un día regular.

Sin embargo, este año tuvo un elemento nuevo y que sumó más y más millones de dólares a esta historia deportiva, fue la aparición del romance tan americano de la Mujer Maravilla y el Capitán América, pongan el nombre que gusten a los personajes, pero este deseo de llevar un sueño americano al trono se vio y se logró con la participación romántica de un jugador y de una cantante.

La cantante suma por millones nuevos seguidores del juego, de un equipo en particular, se abrieron nuevas apuestas en torno a esta pareja, en fin, una historia de esas tan de cine se construyó mientras el juego se desarrollaba, incluso antes del mismo y seguramente posterior a este.

Multiplicar el dinero, como los panes bíblicos es una lección que quizá deberíamos aprender muchos en nuestro entorno comercial y profesional, esa genialidad tan americana de darle al público lo que quiere en una envoltura que rebasa los deseos mismos del soñador o soñadora.

Nuevamente fuimos testigos de un juego y también vimos pasar los millones frente a nuestros ojos, lo disfrutamos y nos divertimos, con la particularidad que hoy muchos estuvimos acompañados de una nueva generación de fanáticos que sumados por una cantante es posible que encontraran y descubrieran la magia del juego.