/ lunes 13 de septiembre de 2021

Democracia y debate | Nacer con dolor

Con dolor darás a luz los hijos… Génesis.

Los partos son con dolor, en las diferentes culturas, los partos son motivo de muchas cosas, de celebración, de continuación, de consolidación, de esperanza, pero en casi todos hay dolor, un dolor controlado por el mismo cuerpo y los químicos que éste genera para protegerse, un dolor que se pierde en la memoria, esto dicen los ginecólogos y las madres, ya que, de registrarse el dolor en la memoria de largo plazo, no volverían a pasar por el dolor de un parto. Así nace la humanidad y sus civilizaciones, con dolor y si este no se supera, el florecimiento y la continuidad humana estará condenada.

Así el nacimiento de culturas, de civilizaciones, de países, de naciones, de pueblos, de ideas. Nacer es abrir paso, nacer es enfrentarse a lo desconocido y nacer duele, dolores que se superan tarde que temprano, pero en algunos casos como parece que es el nuestro, el nacimiento todavía duele. Así lo han dejado claro diferentes manifestaciones dirigidas a estatuas de Cristóbal Colón en Chile, Argentina, Venezuela, Bolivia, Boston, manifestaciones que van desde su reubicación, hasta su destrucción. Previo a estos acontecimientos en Estados Unidos varias ciudades habían modificado celebraciones a Colón, por celebraciones dirigidas a los pueblos indígenas.

En este contexto recordemos la carta del presidente Andrés Manuel López Obrador, dirigida a Felipe VI, rey de España, en marzo del 2019, donde señala el “acontecimiento fundacional de la actual nación mexicana”, acontecimiento que califica como “doloroso”, por lo que hace López Obrador, la invitación al Rey a una “reconciliación histórica”. Nacemos pues en México de forma “dolorosa”.

La Raza Cósmica, escribe Vasconcelos, es fruto de la mezcla, donde se reconoce la legitimidad que tienen todos los pueblos, que van sumando todas sus aptitudes y en donde sólo hace falta reconocer el “amor”, para que se logre la organización armónica. Amor que al parecer es hoy urgente, frente al dolor en el nacimiento fruto de la mezcla. Todo indica entonces, que estamos buscando una reconciliación amorosa.

Resultado de estos dolores de parto, se ha retirado del Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México la estatua de Colón, descubridor de América, lo que invita a hacer una revisión de los hechos históricos que nos dan origen, no sólo en México, también a nivel continental.

En Sonora puede ser que la visión sea diferente, más cercanos a la figura del padre Kino y la evangelización de los jesuitas, que a la “conquista” de los soldados de Cortés acompañado de mercedarios, franciscanos y dominicos, más cerca Sonora de Arizona que de Guatemala, sin embargo, el origen continental es el mismo.

Debemos tener en cuenta que, en algunos casos, el proceso de nacimiento de las naciones que nos integran como América fue más violento en unos países que en otros, sumando todavía hoy la necesaria e incontenible migración mundial que sigue resultando en nuevos nacimientos y nuevas generaciones de americanos con muchas identidades, con orígenes generosamente diversos y con múltiples “aptitudes” como señaló José Vasconcelos.

Nadie ha llegado de los barcos, todos venimos de los vientres y nacemos con dolor, pero busquemos que sea con más amor, esto puede ser posible cuando se reduzca la distancia entre lo que pensamos que somos y lo que realmente somos, cuando aceptemos como lo señala el poeta Joseph Brodsky, que no somos árboles, haciendo referencia a una idea equivocada de tener “raíces”. El único patriotismo ético, dice Habermas, es el constitucional y es el que nos garantiza una sociedad donde tengamos menos dolor y más amor. Quizá entonces sin dolor darás a luz a tus hijos.

Con dolor darás a luz los hijos… Génesis.

Los partos son con dolor, en las diferentes culturas, los partos son motivo de muchas cosas, de celebración, de continuación, de consolidación, de esperanza, pero en casi todos hay dolor, un dolor controlado por el mismo cuerpo y los químicos que éste genera para protegerse, un dolor que se pierde en la memoria, esto dicen los ginecólogos y las madres, ya que, de registrarse el dolor en la memoria de largo plazo, no volverían a pasar por el dolor de un parto. Así nace la humanidad y sus civilizaciones, con dolor y si este no se supera, el florecimiento y la continuidad humana estará condenada.

Así el nacimiento de culturas, de civilizaciones, de países, de naciones, de pueblos, de ideas. Nacer es abrir paso, nacer es enfrentarse a lo desconocido y nacer duele, dolores que se superan tarde que temprano, pero en algunos casos como parece que es el nuestro, el nacimiento todavía duele. Así lo han dejado claro diferentes manifestaciones dirigidas a estatuas de Cristóbal Colón en Chile, Argentina, Venezuela, Bolivia, Boston, manifestaciones que van desde su reubicación, hasta su destrucción. Previo a estos acontecimientos en Estados Unidos varias ciudades habían modificado celebraciones a Colón, por celebraciones dirigidas a los pueblos indígenas.

En este contexto recordemos la carta del presidente Andrés Manuel López Obrador, dirigida a Felipe VI, rey de España, en marzo del 2019, donde señala el “acontecimiento fundacional de la actual nación mexicana”, acontecimiento que califica como “doloroso”, por lo que hace López Obrador, la invitación al Rey a una “reconciliación histórica”. Nacemos pues en México de forma “dolorosa”.

La Raza Cósmica, escribe Vasconcelos, es fruto de la mezcla, donde se reconoce la legitimidad que tienen todos los pueblos, que van sumando todas sus aptitudes y en donde sólo hace falta reconocer el “amor”, para que se logre la organización armónica. Amor que al parecer es hoy urgente, frente al dolor en el nacimiento fruto de la mezcla. Todo indica entonces, que estamos buscando una reconciliación amorosa.

Resultado de estos dolores de parto, se ha retirado del Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México la estatua de Colón, descubridor de América, lo que invita a hacer una revisión de los hechos históricos que nos dan origen, no sólo en México, también a nivel continental.

En Sonora puede ser que la visión sea diferente, más cercanos a la figura del padre Kino y la evangelización de los jesuitas, que a la “conquista” de los soldados de Cortés acompañado de mercedarios, franciscanos y dominicos, más cerca Sonora de Arizona que de Guatemala, sin embargo, el origen continental es el mismo.

Debemos tener en cuenta que, en algunos casos, el proceso de nacimiento de las naciones que nos integran como América fue más violento en unos países que en otros, sumando todavía hoy la necesaria e incontenible migración mundial que sigue resultando en nuevos nacimientos y nuevas generaciones de americanos con muchas identidades, con orígenes generosamente diversos y con múltiples “aptitudes” como señaló José Vasconcelos.

Nadie ha llegado de los barcos, todos venimos de los vientres y nacemos con dolor, pero busquemos que sea con más amor, esto puede ser posible cuando se reduzca la distancia entre lo que pensamos que somos y lo que realmente somos, cuando aceptemos como lo señala el poeta Joseph Brodsky, que no somos árboles, haciendo referencia a una idea equivocada de tener “raíces”. El único patriotismo ético, dice Habermas, es el constitucional y es el que nos garantiza una sociedad donde tengamos menos dolor y más amor. Quizá entonces sin dolor darás a luz a tus hijos.