/ jueves 11 de abril de 2024

Democracia y debate | Programas sociales

El gran tema electoral y las grandes mentiras de las campañas están sustentadas en los programas sociales, por un lado, el botín político que se ha formalizado y comercializado por la vía de los apoyos sociales, se ha consolidado una clientela electoral que votará con miedo y sin información clara para conservar los programas.

Los programas sociales son derechos constitucionales de los usuarios que tienen las condiciones o las particularidades para acceder a estos, son dinero que resulta de los impuestos de los pocos que pagan impuestos en nuestro país, no olvidemos que la mayoría de los empleos en nuestro amado México son resultado de la economía informal.

Ahora, la moneada de cambio electoral rumbo a este 2 de junio está basada en la mentira de señalar que si gana la oposición se van a cancelar los programas sociales, una mentira, un engaño que al parecer de momento está funcionando.

Es necesario y urgente para la oposición dejar claro que los programas sociales no se van a suspender, ya que la clientela, los usuarios, los beneficiarios de los mismos se han acostumbrado ya a recibirlos y en muchos casos representa apoyos fundamentales ante la ausencia de políticas públicas en salud, por ejemplo.

Los apoyos que entran por una bolsa, salen por carencia e ineficacia gubernamental por la otra bolsa, es claro el incremento de las farmacias y consultorios privados, así que, en lugar de darte consulta y medicamentos, con los apoyos sociales van los mexicanos gastarlo en el sector privado.

Ojo, países desarrollados, garantizar con servicios públicos eficientes, seguridad, salud, alimentación, vivienda a los ciudadanos, no tendríamos por qué esperar menos, sin embargo lo que alcanzamos a tener es dinero para satisfacer las carencias gubernamentales.

Es la compra del voto, así lo están haciendo de forma institucionalizada, ordenada y lo hicieron legal.

Los programas sociales están ya garantizados en la Constitución y gane quien gané no se moverán, pero sería mejor que las instituciones funcionaran.

El voto a la venta y el rehén es el ciudadano a cambio de programas, así lo están vendiendo unos y los otros tienen que aclararlo.

El gran tema electoral y las grandes mentiras de las campañas están sustentadas en los programas sociales, por un lado, el botín político que se ha formalizado y comercializado por la vía de los apoyos sociales, se ha consolidado una clientela electoral que votará con miedo y sin información clara para conservar los programas.

Los programas sociales son derechos constitucionales de los usuarios que tienen las condiciones o las particularidades para acceder a estos, son dinero que resulta de los impuestos de los pocos que pagan impuestos en nuestro país, no olvidemos que la mayoría de los empleos en nuestro amado México son resultado de la economía informal.

Ahora, la moneada de cambio electoral rumbo a este 2 de junio está basada en la mentira de señalar que si gana la oposición se van a cancelar los programas sociales, una mentira, un engaño que al parecer de momento está funcionando.

Es necesario y urgente para la oposición dejar claro que los programas sociales no se van a suspender, ya que la clientela, los usuarios, los beneficiarios de los mismos se han acostumbrado ya a recibirlos y en muchos casos representa apoyos fundamentales ante la ausencia de políticas públicas en salud, por ejemplo.

Los apoyos que entran por una bolsa, salen por carencia e ineficacia gubernamental por la otra bolsa, es claro el incremento de las farmacias y consultorios privados, así que, en lugar de darte consulta y medicamentos, con los apoyos sociales van los mexicanos gastarlo en el sector privado.

Ojo, países desarrollados, garantizar con servicios públicos eficientes, seguridad, salud, alimentación, vivienda a los ciudadanos, no tendríamos por qué esperar menos, sin embargo lo que alcanzamos a tener es dinero para satisfacer las carencias gubernamentales.

Es la compra del voto, así lo están haciendo de forma institucionalizada, ordenada y lo hicieron legal.

Los programas sociales están ya garantizados en la Constitución y gane quien gané no se moverán, pero sería mejor que las instituciones funcionaran.

El voto a la venta y el rehén es el ciudadano a cambio de programas, así lo están vendiendo unos y los otros tienen que aclararlo.